Latinos
De pandillero a líder social: "Si quieren reducir la violencia, hay que ayudar a la reinserción"
El salvadoreño Alex Sánchez trabaja para dar empleo a ex delincuentes. En diálogo exclusivo con LPO, habló sobre los políticos que hacen campaña contra los latinos y contó cómo viven los centroamericanos.

70 millones de personas en Estados Unidos tienen antecedentes penales y según un estudio realizado por RAND, el impacto de los programas diseñados para ex-delincuentes pueden mejorar la realidad de muchos hispanos en Estados Unidos.

Este es el caso de Alex Sánchez, director de la ONG Homies Unidos, una organización social en Los Ángeles que ayuda a reinsertar a ex pandilleros, como lo fué el mismo. Cuando Alex Sánchez tenía nueve años llegó indocumentado a Estados Unidos y pronto se incorporó a la MS-13 (La Mara Salvatrucha, la pandilla más grande y reconocida en Estados Unidos)

La organización a la que perteneció Sánchez fue creada por un grupo de salvadoreños que huyeron de la guerra civil en su país. Hoy, entre sus miembros también hay inmigrantes de México, Honduras, Guatemala y otros países de Centroamérica y Suramérica, según un informe del FBI. Para el gobierno de EE.UU., los pandilleros son "criminales" que representan un serio desafío a la seguridad nacional.

LPO conversó con Alex Sánchez sobre la importancia de la reinserción de ex delincuentes y el impacto sobre la comunidad latinoamericana.

Tu historia de vida es un ejemplo de como poder pasar por la cárcel y reinsertarse a la sociedad, pero ¿cómo empezó tu periplo?

Yo podría culpar a mis padres... pero ya me di cuenta de que no, que trataron de disciplinarme de la mejor manera que pudieron. Puedo echarle la culpa a los Estados Unidos por intervenir en El Salvador durante tantos años en una guerra que nunca tuvo fin, pero veo las cosas ahora y digo... cuando vine aquí de niño con mi hermanito no hubo una comunidad que me acogiera. Llegó un punto que estaba acostumbrado a la violencia y por eso integrarme a las pandillas "fue algo natural".

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Los ex-delincuentes encuentran limitaciones para conseguir empleo, transporte y vivienda. ¿Cuál es la realidad de estas personas y el mayor obstáculo que enfrentan?

Una de las cuestiones principales para enfrentar la reducción de crímenes y violencia es que cuando la persona sale de la cárcel tenga dónde ir a trabajar, dónde vivir y dónde buscar recursos. Hemos detectado con este reporte de RAND que muchos obstáculos a los que el ex encarcelado debe hacer frente al recuperar su libertad tienen que ver con la inseguridad. Nosotros como organización recibimos a muchachos que buscan ayuda, y vemos qué empleador les puede dar trabajo. En un promedio de unas dos semanas, hay que conseguir empleo, ya que no tienen recursos y las familias no suelen poder aportar. Este estudio es crítico y hay que tomarlo en consideración cuando se hacen políticas en las ciudades o los estados. Si quieren reducir la violencia hay que ayudar a la reinserción.

Puedo echarle la culpa a los Estados Unidos por intervenir en El Salvador durante tantos años en una guerra que nunca tuvo fin, pero veo las cosas ahora y digo... cuando vine aquí de niño con mi hermanito no hubo una comunidad que me acogiera. 

Cada vez hay más hispanos en las cárceles de Estados Unidos: por primera vez en la historia, el número de latinos condenados por delitos federales supera en términos absolutos al de criminales de otros grupos étnicos en el país.. ¿Cómo ven esta realidad?

No solo es la preocupación de las dificultades que enfrentan estas personas. La comunidad latina enfrenta muchos más problemas, por el estatus migratorio por ejemplo. Necesitan regresar con su familia y se añade la deportación. Se les hace mucho más difícil buscar un trabajo con el dilema de estar indocumentados. La comunidad latina tiene un problema bien grande cuando tiene que ver con justicia criminal, pero no se ha puesto al frente de la discusión de lo que es la reinserción para esta población.

Vincular latinos al crimen es algo que ha sucedido recientemente. Lo vimos bien claro cuando Trump hablaba de los pandilleros salvadoreños. Muchos de estos centroamericanos van a buscar un trabajo y asumen que pueden ser miembros de una pandilla. Estas cosas se usan para discriminar a nuestra población pero es por la retórica de ciertos políticos que estereotipan a cierta población. Lo mismo pasó con el estigma de violadores con mexicanos. Sucede también con la vivienda, que se les niegan recursos.

De pandillero a líder social: "Si quieren reducir la violencia, hay que ayudar a la reinserción"

Existe alguna connotación política en la gestión de la reinserción de ex delincuentes en función de quién está gobernando?

La realidad acaba siendo parecida. Las personas que han estado encarceladas ven la dinámica de lo que les lleva a las prisiones. Podemos observar de dónde vienen esas personas y constatar que son comunidades donde no ha habido servicios y se sufre la falta de oportunidades. Se trata de la clásica injusticia donde el rico se hace más rico y el pobre más pobre. Hay una percepción de que el latino que es encarcelado va a votar demócrata, pero no es cierto.

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La mayoría de las compañías consideran contratar a ex-delincuentes basados en los incentivos de impuestos. ¿Funcionan estas iniciativas?

El estudio es algo mixto pues en California trabajamos en aplicaciones de trabajo. Al marcar esa caja como ex encarcelado ya no le llamaban para una entrevista. Al quitar esa caja de la aplicación, esperábamos que hubiera más oportunidades para los que tienen antecedentes y poder demostrar sus habilidades para esas posiciones. Pero hemos visto por medio de este estudio que el empleador percibe por el aspecto que ha podido ser encarcelado y ya ni les llaman para las entrevistas. Tienen el derecho de pedirte tu récord criminal o hacer un registro y esto lleva a muchos de los ex encarcelados a una vulnerabilidad donde el empleador puede abusar de sus derechos laborales.

Las personas que han estado encarceladas ven la dinámica de lo que les lleva a las prisiones. Podemos observar de dónde vienen esas personas y constatar que son comunidades donde no ha habido servicios y se sufre la falta de oportunidades. Si quieren reducir la violencia, hay que ayudar a la reinserción.

Hay organizaciones como la nuestra que están en la disposición de trabajar con empleadores que puedan aceptar a personas con antecedentes criminales con el acuerdo que van a tener un entrenamiento. Hay una demanda bien grande de trabajo, pero se tiene que buscar lugares con sensibilidad para poder dar la oportunidad a alguien que cometió un error y se quiere reintegrar. Hay muchas corporaciones y pedimos que no se den por vencidos. Cuando vas solo, es cuando te enfrentas a muchas cosas, por eso recomendamos que busquen a organizaciones que les pueda ayudar.

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