El nombre de Kevin McCarthy quedará en la historia pero no por las razones que a él le hubieran gustado. El presidente de la Cámara de Representantes enfrentó desde el primer dÃa una resistencia furiosa del ala ultraconservadora de su partido y esa debilidad de origen le pesa cada dÃa en el ejercicio del poder. McCarthy juega contrarreloj para evitar el cierre del gobierno cuando comience octubre, pero sus planes no cuentan con el apoyo necesario y su autoridad se resiente cada vez más.
Tras el segundo fracaso del jueves -y su tercera derrota en el año- para aprobar una norma que abarcarÃa el proyecto de ley de financiación del Pentágono, McCarthy se resignó y postergó para el martes próximo las tratativas. Apenas cuatro dÃas lo separan del tiempo lÃmite para aprobar el presupuesto y habrá que ver si las concesiones que está dispuesto a hacer le alcanzan.
El californiano que asumió como orador después de dos décadas de liderazgo de la demócrata Nancy Pelosi prefiere no asumir sus propios lÃmites y culpa a la bancada rebelde republicana. "Este es un concepto completamente nuevo de individuos que sólo quieren quemar todo el lugar. No funciona", dijo McCarthy a un grupo de periodistas después del segundo fracaso.
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La resistencia republicana contra McCarthy fue liderada por cinco republicanos entre los que se destaca la trumpista Marjorie Taylor Greene, representante de Georgia hasta hace poco cercana al orador que rechazó la asistencia a Ucrania. Como si fuera parte de un movimiento mayor en contra del orador, la gran aliada de Donald Trump votó a favor de las reglas de McCarthy el martes y se dio vuelta el jueves. El resultado de 214 a 216 volvió a encender las alarmas y reactivó entre los cronistas parlamentarios de Washington una idea: los republicanos están divididos y no están en condiciones de volver a gobernar.
Aunque McCarthy ha hecho malabarismos desde el primer minuto para lograr consensos entre los conservadores, por primera vez apareció en la última semana un voluntario que pretende ocupar su lugar. Entre las especulaciones sobre la posibilidad de que la extrema derecha busque desplazarlo, el representante trumpista de Florida, Matt Gaetz, se convirtió en el gran protagonista de la semana. El más estridente de los crÃticos de McCarthy tiene una moción para desalojarlo de su puesto.
El californiano es un orador que pierde votos incluso sobre reglas de procedimiento para proyectos de ley, algo que nunca le ocurrió a Pelosi. Por eso, con muy poco, Gaetz pasó a ser considerado el arquitecto de la nueva estrategia legislativa del Partido Republicano en la Cámara de Representantes.
Los lÃderes del partido están adoptando ahora un plan de Gaetz para pasar la próxima semana aprobando una serie de proyectos de ley presupuestarios individuales que parecen destinados a morir en el Senado. Según publicó PolÃtico, los piratas se han apoderado del barco y será mejor que McCarthy mire a Gaetz, porque ahora es el capitán. Desde la extrema derecha, Steve Bannon, uno de los enemigos de McCarthy coincidió con eso. "Gaetz es ahora efectivamente el presidente de la Cámara. Gaetz dijo en el fondo de la Cámara que 'harÃa que McCarthy cumpliera'. Él puede", le dijo Bannon a Newsweek este viernes.
Tal como contó LPO, la mirada es compartida desde hace tiempo por el consultor republicano Mike Madrid, uno de los fundadores del Lincoln Project que hizo campaña contra Trump entre los latinos. Para Madrid, McCarthy es el el peor orador de la historia.
La afirmación de que Gaetz es el nuevo lider parece hija de la precariedad porque su estrategia es aprobar proyectos de ley restringidos a un solo tema y deja en el limbo a la financiación global del presupuesto. Por ahora el trumpista de Florida sólo está interesado en tratar cuatro temas que el Comité de Reglas tomó como propios: Defensa, Seguridad Nacional, Operaciones Estatales en el Exterior y el proyecto de ley Agricultura-FDA.
Dos horas después de su nuevo y estrepitoso fracaso, Gaetz fue a visitar a McCarthy en su despacho para ofrecerle el plan que después trasladó a un grupo más grande de republicanos. Asà se erigió en el gran ganador de una semana que consagró la humillación del orador al que trata casi como si fuera su principal enemigo.
Con la pérdida del control sobre los proyectos de ley que llegan a la Cámara, el poder más importante que tienen los oradores, McCarthy quedó herido de muerte como lÃder partidario en el Congreso. Su autoridad polÃtica está en terapia intensiva.
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