El presidente Joe Biden casi consiguió llevar a cabo una gira de tres días para recaudar fondos de campaña por California, manteniendo a distancia a manifestantes que le exigen a Israel un alto al fuego en Gaza. Casi lo logró. En San Francisco un grupo se metió al hotel donde se alojaba el presidente para exigirle que no se esconda.
Entre 30 y 40 manifestantes se mezclaron entre huéspedes en el lujoso hotel Fairmont y, cuando le mandatario menos lo esperaba, iniciaron una protesta en la que le corearon "no te puedes esconder, te acusamos de genocidio". La gira de tres días del presidente elevó más la tensión de la comunidad musulmana estadunidense que ahora pide un boicot de votos para el mandatario.
Biden, sin embargo, parece dispuesto a polarizar al electorado al reunirse en varias paradas en California casi exclusivamente con contribuyentes pro-israelíes. Algunos días alegidos por su campaña incluso fueron tomados como una provocación por parte de la comunidad pro-palestina, en su mayoría de tendencia demócrata e independiente que simpatía más con el partido azul.
Joe Biden inició la gira en Los Ángeles y se reunió con figuras ricas e influyentes. También, con organizaciones que apoyan a Israel. Lo hizo horas después de que su administración fuera la única voz discordante en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, al rechazar el llamado al cese al fuego en Gaza que respaldaron 13 de los 15 países miembros, con el Reino Unido en abstención.
La visita del presidente generó un paisaje extraño. Las calles céntricas de Los Ángeles estaban completamente vacías en horario laboral, mientras las recorría solamente un largo convoy de seguridad y protección oficial.
La policía mantuvo a los manifestantes a varias cuadras de distancia del lugar donde el mandatario se reunía con sus anfitriones Haim y Cheryl Saban, más Casey Wasserma, en un acto de recaudación que cobró las entradas al evento hasta en $250,000 dólares.
El acto de fundrising se llevó a cabo justo cuando la comunidad musulmana estadunidense exige, junto a sus simpatizantes y grupos pro-palestinos abstenerse de votar por Biden en las elecciones generales de noviembre. Algunos van más allá y proponen darle como castigo el voto a Donald Trump. "La comunidad musulmana estadounidense se está quedando sin palabras para describir nuestros sentimientos sobre el apoyo de la administración Biden al genocidio de Gaza", declaró el Consejo de Relaciones Islámicas-Estadounidenses (CAIR).
El CAIR expresó que "el presidente Biden debería dejar de actuar como el abogado defensor de Benjamin Netanyahu y empezar a actuar como el presidente de los Estados Unidos". Mientras el presidente aumenta los recursos para su campaña de reelección con su posición abiertamente en favor de Israel, pone en riesgo unos 3,5 millones de votos de musulmanes estadunidenses, más los de sus simpatizantes, en su mayoría demócratas, molestos por la campaña bélica de Israel.
"El presidente dice que Israel tiene derecho a defenderse, pero queremos que nos explique cómo destruir un millón y medio de vivienda y matar en bombardeos a casi 30,000 personas, muchas de ellos niños, es manera de defenderse", se quejó un residente de San Francisco y demócrata que esta vez, según expresó, no dará su voto a Biden.
"Para mí esa no es defensa, es literalmente un genocidio", aseveró ante LPO, entre personas que portaban pancartas que decían "Dejá de financiar el genocidio: pon fin a toda la ayuda estadounidense a Israel". Las protestas en California durante la gira de Biden incluyeron a un importante grupo de judíos estadunidenses que se oponen a la campaña militar de Israel en Gaza.
El grupo de Judíos por la Paz demandó en tres paradas de la gira que las fuerzas israelíes dejen de bombardear hospitales. Durante su visita a Buenos Aires, el Secretario de Estado Anthony Blinken dijo que Israel debería hacer un cese del fuego. Pero lo cierto es que en la ONU, el gonbierno de Estados Unidos no votó en esa línea para quedar enfrentado a su aliando histórico. Pero el conflicto en Medio Oriente empieza a impactar en la campaña.
Una encuesta de la semana pasada en el estado de Michigan, donde radica un porcentaje mucho menor de demócratas que en California, determinó que el 53 por ciento de los consultados apoya un alto al fuego mientras se negocia la liberación de rehenes israelíes. Pero en ese 53 por ciento, tres de cada cuatro personas son demócratas y el 64 por ciento son independientes. Paradójicamente la mayoría de los republicanos coincide con la posición de Biden, al menos la que toma en la práctica, de no exigirle a Netanyahu un inmediato alto al fuego.
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