
La situación de Bob Menéndez se agrava como nunca. El senador demócrata de Nueva Jersey enfrentó este jueves un nuevo cargo de conspiración, acusado de actuar como agente no registrado del gobierno de Egipto. Se trata de una acusación durÃsima para la carrera polÃtica de un demócrata que durante décadas tuvo un papel crucial en la polÃtica estadounidense como jefe del poderoso Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
La acusación formal presentada en el tribunal federal de Manhattan acusa al latino Menéndez de violar la Ley de Registro de Agentes Extranjeros, que exige que las personas se registren ante el gobierno de Estados Unidos si actúan como "agentes de un mandante extranjero". Como miembro del Congreso, Menéndez tenÃa prohibido ser agente de un gobierno de otro paÃs.
El escándalo se conoce semanas después de que Menéndez y su esposa Nadine fueran acusados de aceptar sobornos en efectivo, lingotes de oro y un automóvil de lujo de tres empresarios de Nueva Jersey que querÃan la ayuda e influencia del senador en asuntos exteriores.
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La nueva acusación dice que la conspiración ocurrió entre enero de 2018 y junio de 2022, cuando supuestamente Menéndez realizó una serie de actos en nombre de Egipto, incluso en nombre de funcionarios militares y de inteligencia egipcios.
Junto al senador cubano-americano, están acusados su esposa y su socio comercial Wael Hana. Según la documentación, los dos cumplieron la función de nexo y se encargaron de comunicarle solicitudes y directivas de funcionarios egipcios a Menéndez.
El fiscal del caso dijo que, después de reunirse con un funcionario egipcio, Menéndez presionó a Mike Pompeo, el entonces Secretario de Estado de Donald Trump, para que aumentara la participación estadounidense en las estancadas negociaciones que involucraban a Egipto, EtiopÃa y Sudán para construir una represa sobre el rÃo Nilo, una cuestión clave de polÃtica exterior para Egipto.
Las acusaciones decÃan que mientras Menéndez era presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, tomó varias medidas para ayudar en secreto a funcionarios egipcios. Eso incluyó escribir una carta a otros senadores animándolos a levantar la suspensión de 300 millones de dólares en ayuda a Egipto.
También fue acusado de pasar información sobre empleados de la embajada de Estados Unidos en Egipto y de transmitir información no pública a funcionarios egipcios sobre ayuda militar.
La acusación formal alegaba además que en mayo de 2019, Menéndez, su esposa y Hana se reunieron con un funcionario de inteligencia egipcio en su oficina del Senado en Washington. De acuerdo al expediente, durante aquella reunión hablaron de un ciudadano estadounidense que resultó gravemente herido en un ataque aéreo del ejército egipcio en 2015 utilizando un helicóptero Apache de fabricación estadounidense.
Entre los miembros del Congreso que se opusieron a otorgar ayuda militar a Egipto por ese episodio, la percepción era que el gobierno egipcio no estaba dispuesto a compensar de manera justa al ciudadano estadounidense herido.
Poco después de la reunión en Washington, el funcionario egipcio le envió un mensaje de texto a Hana diciéndole que si Menéndez ayudaba a resolver el asunto, "se sentarÃa muy cómodamente". Hana respondió: "Órdenes, considérelo hecho", decÃa la acusación.
En un correo electrónico, el abogado de Hana, Lawrence Lustberg, le dijo a la agencia AP que "la nueva acusación de que Wael Hana era parte de un complot urdido durante una cena para reclutar al senador Menéndez como agente del gobierno egipcio es tan absurda como falsa".
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Después de que el gobierno egipcio concediera a la empresa de Hana un lucrativo monopolio para certificar que toda la carne importada a ese paÃs cumplÃa con los requisitos religiosos, dijeron los fiscales, Menéndez instó a los funcionarios de agricultura estadounidenses a dejar de cuestionar el acuerdo.
El poderoso senador latino, que durante años tuvo la influencia propia de un canciller, está acusado de intentar interferir en dos casos penales, presionando a los fiscales para que abandonaran una investigación o fueran indulgentes con los amigos de sus socios. A cambio, los fiscales dijeron que un empresario, José Uribe, le compró a Nadine Menéndez un automóvil de lujo de 60.000 dólares.
El mes pasado, acusado de tráfico de influencias y sobornos, Menéndez se declaró inocente de los cargos presentados en su contra y hasta se mostró desafiante. Dijo que se trataba de una campaña para dañarlo por su condición de latino, algo que fue rechazado por otros demócratas hispanos como Alexandria Ocasio-Cortez. Esta vez, sin embargo, la acusación es mucho más grave.
El nuevo cargo contra Menéndez se produce cuando más de 30 demócratas del Senado, incluido su colega de su estado natal, el senador demócrata Cory Booker, le han pedido que renuncie.
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