La congresista republicana Marjorie Taylor Greene llegó a Nueva York decidida a agitar protestas en favor de Donald Trump, en claro desafío a advertencias que horas antes le había hecho públicamente el alcalde neoyorquino Erik Adams.

"Contrólense a cualquier alborotador potencial. La ciudad de Nueva York es nuestro hogar, no un patio de recreo para su ira fuera de lugar", había dicho Adams en una advertencia de que las autoridades locales no permitirian ningún tipo de violencia.

En su camino a Nueva York, donde anticipaba reunirse con su polémico colega George Santos, Greene salió al cruce del alcalde democrata. Respondió que está en su derecho constitucional de protestar pacíficamente y advirtió que Adams haría bien en cuidar de la seguridad de los residentes de la ciudad, en vez de preocuparse de protestas de congresistas.

Máxima tensión y un operativo nunca visto a la espera de que Trump se presente ante la Corte

Poco después, declaró en su cuenta de Twitter su apoyo al ex presidente. "Aquí en Nueva York para protestar con mi voz contra el uso de armas del sistema de justicia contra el inocente presidente Trump", escribió.

Un momento después de aterrizar rumbo a la corte neoyorquina y hacer declaraciones que provocaron un revuelo frente al tribunal, Greene aportó un indicio claro de su pensamiento. En declaraciones televisivas, dijo que Trump es victima de una persecución y lo comparó con Jesucristo y Nelson Mandela. "El presidente Trump se está uniendo a algunos de los más increibles personajes de la historia que fueron arrestados. Nelson Mandela fue arrestado y cumplió condena en prisión, ¡Jesús! ¡Jesús fue arrestado y asesinado por el gobierno romanno"... Hay mucha gente en la historia que fue arrestada por persecución", le dijo a RSBN. 

Con un perfil cada vez más elevado, la congresista de Georgia que hasta es mencionada como eventual candidata a vicepresidente de Trump es la gran líder de las protestas en apoyo al ex presidente y no dudó enn apuntar contra los detractores del republicano. "Los contramanifestantes vienen a cometer ataques que pueden causar daños auditivos a oídos de todos, incluida la policía de Nueva York. ¡Pero el alcalde Adams me advierte a mí!", advirtió. Además, apuntó contra el fiscal de Manhattan Alvin Bragg, responsable de la acusación contra el líder republicano.

Marjorie Taylor Grenne se va del acto frente a la Corte de Nueva York tras un momento de tensión.

AP

"Está tratando de intimidarme, amenazarme y evitar que use mis derechos de la Primera Enmienda para protestar pacíficamente por el uso inconstitucional de nuestro sistema de justicia por parte de los demócratas contra nuestro principal candidato presidencial republicano, el presidente Trump", declaró Greene.

Es una actitud provocativa muy característica de Greene, una líder de los negacionistas o partidarios de Trump que todavía niegan la legitimidad de Joe Biden y su triunfo en las elecciones presidenciales de 2020. Greene llegó al Congreso como fuerte representante de teorías de conspiración y del movimiento de QAnon, que supone a los demócratas pedófilos y a Trump como un enviado celestial para salvar al mundo.

Greene ha tomado más poder desde que los republicanos alcanzaron la mayoría en la cámara baja en noviembre y al ponerse del lado de Kevin McCarthy para presidente del congreso cuando un grupo de conservadores boicoteaban repetidas veces que el californiano pudiera tener los votos necesarios para la presidencia.

Como premio a esa solidaridad con McCarthy, Greene no solo recuperó la capacidad de regresar a comités del congreso, de los que la había sacado como sanción la mayoría demócrata de la legislatura anterior, sino que ahora fue asignada a comités con capacidad de dirección del resto de legisladores, en Seguridad Nacional y Supervisión y Responsabilidad de la cámara.

Usa el poder para socavar credibilidades. Durante el discurso de informe anual de gobierno del presidente Biden ante el congreso en febrero, Greene interrumpió al mandatario al gritarle "mentiroso", sin que nadie pudiera hacer algo o sancionarla.

Hace un par de semanas, Greene dio un paso contundente en su ofensiva para ganar protagonismo incluso más allá de las fronteras: hizo una declaración sobre el narcotrafico que resonó en México y fue tomada como una señal de alarma por los funcionarios de Andrés Manuel López Obrador. "Estamos en guerra con los cárteles mexicanos, por lo que estoy copatrocinando legislación para autorizar la fuerza total de nuestro ejército contra estos matones y asesinos", afirmó. Fue el ingreso en uan nueva fase de confrontación entre los republicanos y la 4T. Enseguida, una parte importante de sus colegas se plegaron a sus declaraciones y formularon tambien una declaratoria para esa guerra. Entre ellos, nada menos que el ex secretario de Estado Mike Pompeo siguió la línea de la republicana trumpista.

Los republicanos piden a Biden que utilice "la fuerza total del ejército contra los asesinos de los cárteles"

La acusación contra Trump es una nueva oportunidad que la congresista republicana no podía dejar pasar. A Nueva York llegó dispuesta a erosionar la autoridad moral del alcalde y a defender muy vocalmente a Trump.

La fervorosa lugarteniente del ex presidente se enfocó en una reciente petición del alcalde Adams para aumentar centros en los que las personas adictas puedan consumir drogas bajo supervisión como medida para prevenir muertes por sobredosis.

Greene fulimó al alcalde afroamericano con críticas por la situación en Nueva York. "De camino a mi hotel en Nueva York, he visto a muchas personas tan drogadas que ni siquiera pueden ponerse de pie. Simplemente se caen en las aceras por usar drogas en los centros gratuitos para del alcalde Adams", dijo.

Hace un par de semanas, Greene ganó protagonismo incluso más allá de las fronteras: llamó a la guerra contra los carteles y generó alarma entre los funcionarios de Andrés Manuel López Obrador. 

La actitud irreverente de Greene ha llegado a ser desconcertante para muchos republicanos pero no para el ex presidente Trump, con quien mantiene una clara cercanía.

El establishment partidario, sin embargo, la rechaza en forma manifiesta. Poco despues de su asunción en el Congreso, el líder de los republicanos en el senado, Mitch McConnell, un enemigo declarado de Trump, llegó a definirla como "un cáncer para los republicanos".

El senador se refería a la actitud grosera y a las teorías de conspiración, pero tambien al hecho de que hablara de naves extraterrestres que controlan los judíos, afirmara que los demócratas son todos pedófilos, o iniciara confrontaciones en los pasillos de las oficinas del Congreso.

Fue precisamente esa actitud y creencias con las que ganó la elección con el 65,9 por ciento de los votos en el distrito 14 de Georgia en noviembre del 2020. Es la fecha en que, según ella todavía insiste, Trump habría ganado la elección. Una de sus más recientes ideas es que los estados con gobiernos demócratas y republicanos se divorcien, por diferencias irreconciliables de caracteres.