Al impulsar a Michael Whatley como próximo lÃder del Comité Nacional Republicano, Donald Trump se centró en la "integridad electoral" del presidente del Partido Republicano de Carolina del Norte. La razón, según el ex presidente, es clara: que no puedan "robarle" la elección este año. Sin embargo, algunos de los partidarios más fervientes de Trump no están de acuerdo.
Algunos republicanos, según la agencia AP, han acusado a Whatley de esencialmente inventar su victoria como presidente del partido estatal el año pasado luego de una votación caótica, que resultó en una impugnación legal que ofreció evidencia de que algunos votos se emitieron incorrectamente. Si bien Whatley y sus aliados reconocieron que los problemas técnicos dificultaron la votación con la aplicación móvil del partido, niegan con vehemencia que las irregularidades hayan cambiado el resultado de la contienda y señalan que la demanda fue desestimada.Pero para algunos conservadores, preparados por años desde que Trump instó a estar alerta contra el fraude electoral, el episodio infundió la sospecha de que la contienda partidista fue robada. "Sólo puedo concluir dos posibilidades. Primero, sintió que necesitaba hacer trampa para ganar. Segundo, es completamente incompetente. Ambos son descalificantes", dijo el retador de Whatley, John Kane Jr., quien se describió a sà mismo como "incuestionablemente" el verdadero "candidato MAGA" en la contienda.
La controversia en torno a la elección de Whatley al principal cargo polÃtico del Partido Republicano en Carolina del Norte es una de varias señales emergentes que sugieren desafÃos futuros. Trump pretende arrebatar el control del Comité Nacional Republicano obligando a Whatley a lograr el derrocamiento orquestado de la actual presidenta de la organización, Ronna McDaniel.
Pero al hacerlo, está elevando a alguien con un perfil nacional relativamente escaso y un currÃculum que incluye vÃnculos con figuras del establishment en gran medida vilipendiadas por los activistas de lÃnea dura que más expresan su apoyo a Trump.
Si Whatley finalmente se convierte en presidente del Comité Nacional Republicano, se le encargarÃa liderar el esfuerzo para derrotar al presidente Joe Biden y llevar al partido a un flanco de extrema derecha. Para sus crÃticos, Whatley representa más de lo mismo en un momento en el que buscan cambios más dramáticos.
"Necesitamos una revisión completa del RNC. Elegir o ungir a alguien que sea la versión masculina de Ronna es exactamente lo opuesto a lo que el RNC necesita en este momento", dijo Sigal Chattah, miembro del comité del RNC para Nevada, a AP.
Los aliados de Whatley lo retratan como un pensador estratégico y de mano firme con décadas de experiencia polÃtica republicana, que se extiende desde las montañas del oeste de Carolina del Norte hasta los pasillos del Congreso y el poder ejecutivo.
Una experiencia polÃtica formativa se produjo cuando Whatley todavÃa era estudiante de segundo año en la escuela secundaria Watauga. Se ofreció como voluntario para la campaña de reelección de 1984 de Jesse Helms, un senador conservador intransigente cuyas cruzadas contra los derechos civiles, el arte y la homosexualidad presagiaron la adopción por parte del Partido Republicano de la polÃtica de agravios bajo impulsada por Trump.
Sin embargo, durante gran parte de su vida profesional, la sensibilidad polÃtica de Whatley parecÃa alinearse mucho más estrechamente con el establishment corporativo y dominante del partido.
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