George Santos dejó de ser congresista. Apenas cinco habÃan sido expulsados en la historia de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. Tres, durante la Guerra Civil. Los otros dos, condenados por delitos de soborno en 1980 y 2002. Sin ser condenado aún, George Santos es el sexto congresista echado por sus colegas.
La Cámara votó a favor de correr al republicano de Nueva York con 311 votos a favor y 114 en contra, superando el umbral de dos tercios requerido. Casi todos los demócratas apoyaron la medida, mientras que 104 republicanos la respaldaron. Es la primera vez que la Cámara expulsa a un miembro sin una condena desde la Guerra Civil.
Ese punto es el único que generaba cierta controversia: que este hijo de brasileños de 35 años todavÃa no fue sentenciado penalmente. Algunos congresistas planteaban que la expulsión sentarÃa un precedente peligroso. Por fuera de ese debate, Santos ya habÃa perdido apoyo de demócratas y gran parte de los republicanos, al punto de que existÃa una competencia de iniciativas para correrlo de la Cámara.
El republicano de Nueva York dijo a los periodistas al concluir la votación: "Se acabó. Simplemente sentaron un nuevo y peligroso precedente para sà mismos". Y no quiso hacer más comentarios.
La resolución fue patrocinada por el presidente del Comité de Ética de la Cámara, el republicano Michael Guest, después de que su panel publicara un informe explosivo con "evidencia significativa" de las irregularidades penales de Santos.
Al igual que su jefe polÃtico, Donald Trump, George Santos ya acumula múltiples imputaciones. Ya se enfrentaba a cargos de fraude y blanqueo de dinero. Pero ahora se le sumó el de robar las identidades de donantes a su campaña para usar sus tarjetas de crédito y, después, hacer decenas de miles de dólares en cargos no autorizados. Con un dato escandaloso extra: las acusaciones incluyen la información de que supuestamente usaba los fondos para financiar su estilo de vida lujoso, pagando servicios como OnlyFans.
Santos fue elegido representante por un distrito de Long Island y Queens (Nueva York) en las elecciones de medio término del año pasado, en las que los republicanos ganaron terreno a los demócratas en un Estado históricamente liberal.
Aunque admitió haber inventado buena parte de su biografÃa (falseó una licenciatura universitaria y un trabajo en dos gigantes financieros de Wall Street), Santos se declaró inocente y se resistÃa a renunciar. Rechazó reiteradamente los pedidos de los demócratas y de algunos de sus correligionarios republicanos. Incluso fantaseó con presentarse a la reelección el próximo año. La estrategia apuntaba a cubrirse ante los 20 años de prisión que le podrÃan caer si es declarado culpable de los cargos más graves, fraude electrónico y blanqueo de dinero.
Trump, bajo fuego por la promesa de bajar el Obamacare: "Afectará a 40 millones de personas"
El presidente de la Cámara, el republicano Mike Johnson, le sugirió a Santos el martes pasado que debÃa renunciar. Pero el neoyorquino lo descartó. "DeberÃa haber dimitido. No deberÃa haber llegado a esto. Pero lo hizo. Ahora vamos a permitir que el tercer distrito elija a un representante. Alguien en quien puedan confiar", dijo el representante Anthony D'Esposito, también republicano de Nueva York y uno de los principales crÃticos de Santos.
AsÃ, la suerte de este joven y audaz trumpista quedó echada. Además de las imputaciones penales que acumula en su contra, Santos mintió a sus votantes sobre una exitosa carrera profesional en Wall Street, logros académicos y deportivos, un voluntariado en el rescate de animales y hasta una supuesta herencia judÃa, en un distrito donde vive una extensa comunidad de descendientes de vÃctimas del Holocausto.
Please do not cut or paste our notes on the web, you have the possibility to redistribute them using our tools.