
"Creo que ahora hay un debate, pero nadie lo ve", minimizó Donald Trump. Se referÃa a lo que a esa misma hora de la noche ocurrÃa 20 kilómetros al este, en el Centro Adrienne Arsht para las Artes Escénicas, un teatro ubicado en el Downtown de la ciudad de Miami. El ex presidente dispuso esa superposición de eventos polÃticos. PodrÃa haber elegido otra hora, otro dÃa, otra ciudad. Pero el candidato MAGA quiso eclipsar el debate de los cinco sobrevivientes republicanos. Y por supuesto lo logró.
El acto protagonizado por Trump se realizó en un estadio de fútbol americano de Hialeah, un municipio suburbano de casas modestas, casi sin edificios ni las torres vidriadas tÃpicas del centro de Miami. Los comercios y fábricas de Hialeah se anuncian sin excepción en español. Se trata del corazón de la clase trabajadora de cubanoamericanos exiliados en Florida. Una zona con el 96% de población latina que se resiste a leer los diarios o hablar en inglés.
Ante esa audiencia Trump prometió empezar, desde el primer dÃa de su segunda presidencia, la "operación de deportación doméstica más grande en la historia de Estados Unidos". Y agregó: "Con Biden, el paÃs se convirtió en el vertedero del mundo. Están llegando a niveles nunca antes vistos, nunca antes vistos en ningún paÃs. Nunca ha habido algo asÃ. Nuestro paÃs está siendo invadido. Esto es una invasión". Un público con mayorÃa de cubanos republicanos lo aplaudió a rabiar.
"Con Trump hay seguridad de no caer en socialismo o comunismo que destruye a los pueblos y los valores humanos", explica Vitalia Pérez, una mujer de 60 años nacida en La Havana, residente de Hialeah desde hace 8. Su esposo Manuel asiente. EfraÃn y su hija adolescente, ya criada en Miami, acuerdan en que Trump es el mejor presidente de la historia de EEUU. MÃa, una estudiante del secundario de padres cubanos, opina que Estados Unidos está dejando de ser la tierra de las oportunidades que fue para sus papás.
Los trumpistas americanÃsimos, al filo del estereotipo WASP y también presentes en el acto, centran su fe MAGA en un razonamiento sencillo. "Con Trump esto funcionaba. PonÃa a América primero sin bullshit", explica Frank, lookeado con camisa y sombrero cowboy. "Necesitamos un lÃder fuerte", aporta la rubia AilÃn. El grupo de los Blacks for Trump, conducido por un controversial supremacista negro, demostró en Hialeah ser una de las tribus trumpistas más organizadas.
MAGA de todas formas suavizó sus dichos sobre la inmigración, aclarando que "nosotros queremos que vengan pero de forma legal".
Sin el peso de Biden en la campaña, los demócratas se liberan y ganan en estados adversos
También equiparó a la administración de Biden con "las dictaduras comunistas y marxistas de Cuba, Nicaragua y Venezuela". Consultados por LPO, los cubanos-americanos que llenaron la cancha coincidieron en que Trump representa el antÃdoto más eficaz en contra de la "amenaza socialista" que encarna Biden. En el césped de la cancha circulaban trumpistas con banderas de Estados Unidos, gorras con la sigla MAGA y cientos de remeras con la foto de reo del ex presidente, una imagen reconvertida en bandera de guerra y promesa de revancha.
El comité de campaña del presidente demócrata siguió con atención las palabras republicano. Apenas mencionó su operativo de deportación, los demócratas reaccionaron y difundieron un comunicado contraatacando. "Su apoyo al pueblo cubano es todo palabras y nada de acción. Trump dice que apoya al pueblo cubano y su "libertad", pero sus acciones se parecen mucho a las de los dictadores socialistas de los que huyeron muchos latinos: atacar la democracia, quitarles las libertades a los estadounidenses y usar su poder para llenar los bolsillos de los ultrarricos a expensas de los trabajadores", afirmó la vocera hispana de la campaña Maca Casado.
Trump jugó de local desde el instante en que saltó al escenario de Hialeah, poco después de las 8 de la noche. En las dos horas previas, una sucesión de dirigentes latinos de la zona, más Donald Trump Jr y la gobernadora de Arkansas Sarah Huckabee Sanders, hicieron de teloneros. El público los escuchó con respeto, pero no disimuló que el motivo de su presencia era otro. "¡Queremos a Trump!", coreaban sus seguidores de a ratos.
La espera se amenizó con una play list que mezclaba clásicos en inglés y español: desde Elvis y Johnny Cash a Jennifer López y Gloria Stefan. En la pantalla principal, un encadenado de spots hechos con tono y estética hollywoodense construÃan un relato explÃcito sobre la debilidad de Biden, la traición de Ron DeSantis, la maldad de Xi Jinping y la permeabilidad en la frontera con México.
Cuando anochecÃa, la gobernadora Huckabee Sanders aprovechó su momento para formalizar su respaldo a la postulación de Trump. Un aval que se suma al reciente del senador de Florida Rick Scott. Donald Trump Jr también logró protagonismo, con su lluvia ácida de crÃticas a la Casa Blanca y a los republicanos moderados. La performance de Jr, al borde del stand up radicalizado, incluyó la imitación de un Biden senil. La actuación de "Donny", como lo llama el padre, le valió una carcajada colectiva.
Los carteles electrónicos del acto advertÃan que "Florida es el paÃs de Trump". Esa hegemonÃa llegó al punto de que, en medio del discurso, el alcalde de Hialeah Esteban "Steve" Bovo subió al escenario para hacer un anuncio. Invitado por Trump, Bovo prometió rebautizar una calle de la ciudad con el nombre del expresidente. "Es un honor", agradeció el homenajeado.
El lÃder arrancó su discurso en simultáneo al inicio del tercer debate oficial del Partido Republicano. En los dos anteriores tampoco estuvo Trump. "El segundo tuvo el peor rating de la historia. ¿No creen que hicimos bien en no participar?", preguntó retóricamente el lÃder de la oposición. Las miles de personas que coparon el Ted Hendricks Stadium asintieron por las dudas.
Los postulantes que sà asistieron al cruce televisado fueron el gobernador de Florida Ron DeSantis; la exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley; el joven y excéntrico empresario Vivek Ramaswamy; el senador Tim Scott de Carolina del Sur; y el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie.
Trump no ocultó su favoritismo por uno en especial. ¿Quién? Ramaswamy, aunque evitó mencionarlo. Dijo que algunos califican al magnate conservador como un "Trump más joven". Y acto seguido subrayó "que igual ustedes prefieren al Trump viejo". La gente volvió a confirmar.
A DeSantis, en cambio, lo criticó por su supuesta falta de lealtad y polÃticas erráticas en Florida. Sobre Christie, en honor a la habitual incorrección polÃtica trumpista, se burló del cuerpo del ex gobernador de New Jersey. "¡No tiene cuello!", observó.
A lo largo de sus casi dos horas de speech, se quejó de la "persecución judicial" de Biden en su contra y prometió bajar la actual inflación. Señaló que la suba de precios es un problema clave de la gestión demócrata. Su hijo también habÃa hecho hincapié en ese punto. "Soy un millonario de Manhattan, pero voy a un supermercado y me enojo por el nivel de los precios. ¿Cómo puede ser qué no lo vean?", se preguntó Jr.
El ex presidente responsabilizó a Biden por la invasión rusa a Ucrania y por el ataque de Hamas a Israel. "Nada de esto hubiese pasado conmigo", se jactó. Además advirtió una y otra vez que "en 2024 no vamos a dejar que nos roben la elección". En referencia a la votación de 2020, Trump avisó: "No vamos a dejar que pase de nuevo".
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