El colapso de Silicon Valley Bank es el más reciente sÃntoma de malestar en una industria tecnológica que resultó muy golpeada en los últimos meses del 2022 y principios de 2023 tras varias olas de despidos masivos en Meta, Alphabet, Amazon y otras compañÃas lÃderes del sector. El lunes pasado, Mark Zuckerberg declaró al 2023 como el "año de la eficiencia" al anunciar una nueva ola de despidos y confirmó el fin de una década de afluencia después de un 2021 que rompió récords de inversiones en Silicon Valley. Para entender tanto las posibles consecuencias de estos ciclos de ‘boom and bust', que caracterizan a Silicon Valley y que llevaron al cierre de SVB, es fundamental vislumbrar la estructura mediante la cual se financian y crecen las startups.
A diferencia de un emprendimiento tÃpico, una startup generalmente no genera ganancias orgánicas durante el primer término de su vida, y la mayorÃa depende de financiamientos externos para pagar salarios y seguir creciendo. Incluso compañÃas tan exitosas como Uber jamás han dado ganancia alguna: mientras las inversiones que recibe la compañÃa sigan compensando el diferencial entre sus ingresos y sus gastos, no es necesario tener una hoja de balance en positivo.
El rol de muchas figuras claves del trasfondo de Silicon Valley, como el financista conservador Peter Thiel y estudios de capital de riesgo como Union Square Ventures, Coatue Management, y Pear VC, consiste en proveer de financiamiento a estos proyectos. En los últimos tiempos, Thiel se convirtió en un protagonista clave de la polÃtica estadounidense y estrechó como nunca sus vinculos con Donald Trump.
Mientras inversores como estos sigan viendo potenciales ganancias, seguirán invirtiendo. Lo que el escritor Malcolm Harris ha llamado el "Sistema Palo Alto" requiere que aquellas startups que, a la vista de los inversores, no puedan alcanzar el éxito superlativo y la rentabilidad fracasen rápidamente para asà liberar fondos que puedan financiar otro proyecto.
En la última década, las bajas tasas de interés de la Reserva Federal-que llegaron a un piso récord de 0.5% en agosto de 2020, durante la pandemia de SARS COV2-fomentaron números récord de inversión en Silicon Valley. Esto tocó su techo en el 2021, con inversiones de $105mil millones en la región según un informe de CB Insights. Sin embargo, la inflación de entre 6 y 7% de 2021 y 2022 llevó a que la Reserva Federal cambie su polÃtica y suba sus tasas de interés hasta el 4,5% actual, volviendo más dificultoso el acceso a préstamos de bajo costo y reduciendo, por consiguiente, los volúmenes de inversión para ‘enfriar' la economÃa.
Previo a su cierre, SVB ofrecÃa muchos servicios altamente beneficiosos para pequeñas compañÃas de tecnologÃa con escaso capital, como préstamos asegurados contra futuros ingresos. Estos servicios de alto riesgo lo convirtieron en el banco por excelencia de las startups, pero también acrecentaron la vulnerabilidad de la organización.
Luego de años con elevados volúmenes de inversión en startups-capital que estas depositaron en el banco-SVB se encontró con grandes cantidades de liquidez. La fatÃdica decisión, que eventualmente ocasionó el colapso del banco, fue invertir estos fondos principalmente en bonos del tesoro a largo plazo, difÃciles de vender sin pérdidas significativas en caso de precisar liquidez en el corto plazo. Las startups dependen casi totalmente de esta liquidez para poder pagar sus costos operativos, sueldos, y demás obligaciones. Cuando cayó el volumen de inversión acorde a la suba de tasas de la Reserva Federal, estas se vieron obligadas a extraer fondos de SVB, fondos que ya no estaban disponibles al haber sido invertidos a largo plazo.
En busca de recuperar liquidez, SVB vendió más de $20mil millones en bonos, con una pérdida de casi $2mil millones. La homogénea clientela de SVB, casi Ãntegramente conformada por startups, extrajo aún más fondos al ver (en Twitter) la endeble condición financiera del banco. Rápidamente, varios estudios de capital de riesgo especializados en startups tecnológicas -en especial la Founder's Fund -que pertenece al propio Peter Thiel- llamaron a las compañÃas en las que habÃan invertido a sacar su dinero de SVB. Este ciclo vicioso, tÃpico de una corrida bancaria clásica, rápidamente desembocó en la clausura del banco y el magnate liberatario que fundaó PayPal junto a Elon Musk y fue el primer inversionista externo de Facebook jugó un papel preponderante.
Las consecuencias del espiral continúan: la FDIC, que tomó control de SVB luego de su colapso para resolver sus cuentas pendientes, busca actualmente un comprador para el banco para minimizar las pérdidas. Si un banco de mayor envergadura (o Elon Musk) no fuese a adquirir SVB, la FDIC venderÃa los activos de la institución, probablemente con pérdidas al menos parciales para sus clientes.
Signature Bank, un banco del estado de Nueva York con gran cantidad de depósitos en criptomonedas, también fue sujeto a una corrida motivada por el colapso de SVB que llevó a su cierre, aunque en este caso las autoridades ya han garantizado los fondos de sus clientes mientras buscan un comprador. Otros bancos regionales también vieron golpeadas sus valuaciones, y muchas startups que anteriormente tenÃan fondos depositados en SVB, Signature, y otros pequeños bancos-aquellas que lograron extraer sus fondos antes del cierre del banco-movieron sus capitales a bancos de mayor envergadura y solidez, como JP Morgan Chase o Citigroup.
La desaparición de Silicon Valley Bank será un golpe duro para muchas de estas startups debido a su rol fundamental dentro del ecosistema: SVB ofrecÃa productos altamente beneficiosos para esas organizaciones que eran además su principal y casi única clientela. Muchas perderán al menos parte de sus fondos y, consecuentemente, la habilidad de pagarle a sus empleados o continuar sus actividades, con lo que se verán obligadas a cerrar operaciones.
No obstante, la mayor preocupación-que este derrumbe pueda ocasionar una crisis similar a la del 2008-parece, por el momento, lejana. Los principales clientes del Silicon Valley Bank eran startups de pequeña y mediana envergadura, cuya importancia a nivel macroeconómico es menor al tener poco capital y un bajo número de empleados. Entre ellas, se encuentran la plataforma de streaming Roku y el mercado de artesanÃas virtual Etsy, que han asegurado la continuidad de sus operaciones al solo tener cantidades menores depositadas en SVB.
La quiebra de SVB golpea a los emprendedores latinos y alertan por un efecto dominó
Además, el ecosistema de Silicon Valley, y particularmente sus mayores protagonistas, se sostiene desde sus principios en los albores de la Guerra FrÃa con el apoyo del Departamento de Defensa. Las startups, por su parte, sobreviven fundamentalmente mediante las inversiones especulativas de Thiel y sus pares, asà como de inversores estatales y privados de la Costa Este, de Asia, y de Europa.
Debacles como la de SVB son producto de esta dependencia, que lo hace débil frente a las fluctuaciones relativamente menores de la economÃa. Las burbujas especulativas son moneda corriente en el negocio de la tecnologÃa y Silicon Valley tiene una larga trayectoria de tales crisis, desde la famosa ‘burbuja dot-com' de fines de los 90 hasta las criptomonedas, cuya prominencia se redujo enormemente luego de la caÃda de una de las principales plataformas de intercambio de crypto, FTX.
El contexto aparentarÃa ya no ser tan favorable para la inversión como lo fue en la década pasada, y este cierre dejará atrás a algunos aspirantes. No obstante, un nuevo boom especulativo ya nace. El New York Times reportó que la inteligencia artificial inspiró un nuevo frenesà inversor. ¿Otra promesa vacÃa? Sólo el tiempo lo dirá.
Please do not cut or paste our notes on the web, you have the possibility to redistribute them using our tools.