Bill De Blasio no puede aceptar que su nombre siga asociado al pasado. Pese a que carga con una larga historia de sinsabores y proyectos frustrados, el dos veces alcalde de Nueva York se prepara para competir otra vez por un cargo público. La oportunidad no parece haber surgido de la política sino de la cartografía. No se trata de un repentino ascenso en las encuestas sino del resideño del mapa de la ciudad más grande del país. 

La información comenzó a propagarse en las últimas horas. El encargado de dibujar los nuevos mapas del Congreso y del Senado estatal de Nueva York, Jonathan Cervas, publicó un borrador preliminar de los nuevos límites para la próxima década. Los 26 escaños de la Cámara del estado hacen esperar que 15 sean para los demócratas, 3 de tendencia republicana y 8 en el rango competitivo de 45-55%. El nuevo mapa divide 15 condados en comparación con los 34 condados que existían bajo el plan de la Legislatura anulado por el tribunal más alto del estado por manipulación inconstitucional el 27 de abril.

Según este nuevo escenario, el New York Post apunta que el ex alcalde demócrata que gobernó entre 2014 y 2022 planea postularse para el décimo distrito del Congreso recién trazado: se trata del escaño que el representante Jerrold Nadler dejará vacante para pelear con la ex aliada de mucho tiempo, la representante Carolyn Maloney en el reformado distrito 12.

Bill De Blasio, en un acto con la alcaldesa de Barcelona Ada Colau. 

El borrador del plan para el distrito 10 se extiende desde el Bajo Manhattan hasta Brooklyn, incluido el propio vecindario Park Slope, donde se encuentra la casa del exalcalde. El distrito también tiene un porcentaje muy pequeño de votantes negros, quienes fueron los partidarios más fuertes de De Blasio durante su alcaldía, según las encuestas. La población en edad de votar del nuevo distrito es 8% negra, 20% asiática, 37% hispana y 31% blanca.

Considerado uno de los peores alcaldes de la historia de la Gran Manzana, De Blasio ya demostró que siempre está dispuesto a reincidir en política. Heredó una ciudad notablemente segura y próspera, la culminación de un período de 20 años en los que primero Rudolph Giuliani y luego Michael Bloomberg llevaron el crimen a mínimos históricos y marcaron el comienzo de una Era Dorada de prosperidad. Sin embargo, su ciclo terminó en pura desilusión.

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De Blasio le dijo al asambleísta estatal Simcha Eichenstein que "está comprometido a participar en la carrera". "Está dentro, se está postulando, está llamando a la gente", dijo Eichenstein, quien afirmó que incluso ya tiene una lista de donantes para su campaña.

De Blasio ya había considerado postularse para el distrito 11, antes de que se desecharan los mapas de redistribución por primera vez, pero en febrero decidió abandonar su plan. 

"Estos vecindarios no son ajenos a él, ha estado representando a algunos de estos vecindarios desde 2001 y, ya sea que haya sido perfecto o no en todo momento, estas relaciones son duraderas y profundas", agregó Eichenstein sobre el nuevo distrito. "No estoy respaldando a nadie hoy. Veamos cómo se desarrolla esta carrera y quién finalmente estará en la boleta electoral" afirmó el asambleísta.

Desde que abandonó su cargo, de Blasio ha estado viviendo con su esposa, Chirlane McCray, en un hotel de Brooklyn. Su estadía allí coincide con el tiempo en que la pareja decidió renovar su casa en Park Slope.

Tras sus dos mandatos al frente de la ciudad de Nueva York, De Blasio se planteó la opción de ser gobernador. La decisión pareció marcar el final del camino político para el alcalde número 109 de la ciudad de Nueva York. Fue un final decepcionante después de un mandato mixto con tropiezos políticos que a menudo eclipsaron sus logros. 

Alguna vez considerado como uno de los políticos locales más inteligentes en la ciudad más grande del país, Di Blasio especulaba con postularse para gobernador. Lo veía como una forma de probar su propuesta emblemática -aumentar los impuestos a los ricos para financiar la educación temprana ampliada- en un escenario más grande, y todas sus señales apuntaban a desafiar a la gobernadora Kathy Hochul, el defensor público Jumaane Williams y el representante Tom Suozzi en las primarias de junio.

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Después de recaudar fondos, buscar respaldos y tratar de reunir personal para una candidatura a gobernador terminó por expresar en Twitter: "No voy a postularme para gobernador del estado de Nueva York, pero voy a dedicar cada fibra de mi ser a luchar contra la desigualdad en el estado de Nueva York"

El proyecto fallido para gobernador no es el único gran desafío que no llegó a materializar. También retiró su campaña presidencial en las primarias demócratas que colocarían a Joe Biden en la Casa Blanca. "Claramente no es mi momento", dijo el exalcalde a la prensa tras decidir abandonar. "He contribuido todo lo que puedo a esta elección primaria". 

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La salida del alcalde de las primarias del Partido Demócrata provocó un deleite no disimulado entre los neoyorquinos. Los tabloides locales elogiaron su candidatura presidencial con sarcasmo. Solo 6.700 personas donaron a la campaña de De Blasio, que es el 5 por ciento del umbral para unirse al debate de septiembre (y el 0,08 por ciento de la población de la ciudad de Nueva York).