
La regulación de las redes sociales e internet vuelven a estar sobre el eje de discusión después de que Elon Musk, el abiertamente defensor del libre albedrÃo en las distintas plataformas digitales, comprara Twitter. La administración Biden, que ya planeaba algún tipo de nueva regulación antes de ese hecho (básicamente después de la información "maliciosa" durante los ataques al Capitolio), confirmó que acelerará una reforma a la Sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones, algo que protege en gran medida a las plataformas online de ser responsables de lo que las personas publican. Esto traerá cortocircuitos con el Partido Republicano que discute que cualquier reforma entra en conflicto con la Primera Enmienda.
Pero la administración Biden tiene la idea de salir a jugar ese partido. La misma vocera presidencial, Jen Psaki, lo confirmó el mismo dÃa que se conoció la compra de Musk. "El presidente ha hablado durante mucho tiempo sobre sus preocupaciones sobre el poder de las plataformas de redes sociales, incluido Twitter y otros, para difundir información errónea", admitió.
El nuevo Twitter bajo el control de Musk y los vÃnculos con Trump preocupan a Biden
Pero el principal impulsor, entre las sombras, es precisamente Barack Obama. El expresidente se refirió a ese tema la semana pasada en un evento en Silicon Valley. Y no se anduvo con vueltas: afirmó que la difusión de desinformación en internet está dañando la democracia estadounidense y que la industria tecnológica necesita regulación y legislación para abordar el problema.
"El diseño mismo de estas plataformas parece estar inclinándonos en la dirección equivocada", advirtió Obama en un evento del Centro de PolÃtica Cibernética de Stanford. El ex presidente volvió a la Casa Blanca a mediados de mes por primera vez desde que dejó el mandato en un apoyo explÃcito a Biden en medio de crÃticas por sus bajos Ãndices de popularidad.
Los comentarios de Obama se producen cuando el Congreso considera una serie de reformas para controlar el poder de la industria tecnológica, incluidas las leyes de competencia, las protecciones de privacidad y los cambios en el escudo legal conocido como Sección 230, que permite la moderación del contenido pero también protege a las plataformas de la responsabilidad de los publicaciones que hacen los usuarios.
Obama recordó que la Primera Enmienda es un control sobre el poder del estado pero que no se aplica a empresas privadas como Facebook o Twitter, como tampoco se aplica a las decisiones editoriales tomadas por los grandes medios. "Las empresas de redes sociales ya toman decisiones sobre lo que está permitido o no en sus plataformas y cómo aparece ese contenido. Tanto explÃcitamente a través de la moderación de contenido como implÃcitamente a través de algoritmos. El problema es que a menudo no sabemos qué principios rigen esas decisiones", indicó.
Obama sugiere que las empresas de tecnologÃa deberÃan poder proteger su propiedad intelectual y al mismo tiempo seguir ciertos estándares de seguridad que "nosotros, como paÃs, no solo ellos, hemos acordado que son necesarios para el bien común".
Los referentes republicanos están en alerta por las intenciones de los demócratas. "Jen Psaki que Biden apoya la reforma de la Sección 230 y la promulgación de reformas antimonopolio. La compra de Twitter de Musk va a exponer a estos 'progresistas' por lo que son. Verán un ataque sin precedentes contra nuestra Primera Enmienda. Ellos ¡Estás en pánico!" escribió el candidato republicano al Congreso, Errol Webber. El senador por Texas, Ted Cruz, alertó en referencia a la Casa Blanca que "la izquierda está aterrorizada por la libertad de expresión".
"Musk comprando Twitter es peligroso para nuestra democracia. Es un recordatorio de por qué necesitamos un impuesto sobre el patrimonio y por qué necesitamos una regulación seria para Big Tech. Un multimillonario no deberÃa poder poner el mundo patas arriba solo porque juega con un conjunto diferente de reglas", dijo la senadora demócrata por Massachusetts, Elizabeth Warren, quien cree que el gobierno deberÃa dividir las grandes empresas tecnológicas para promover una mayor competencia.
La Sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones, aprobada en 1996, dice que un "servicio informático interactivo" no puede ser tratado como el editor o hablante de contenido de terceros, protegiendo asà a los editores de demandas contra el contenido generado por el usuario (con algunas excepciones que incluyen violaciones de las leyes penales federales).
El tema de la reforma de la Sección 230 obtuvo recientemente cierto apoyo bipartidista en el Congreso, pero sigue siendo controvertido, ya que algunos dicen que la ley está desactualizada y otros la llaman un pilar clave de la libertad de expresión en Internet.
De todas formas, Biden ya habÃa hecho un pedido de modificar la ley mucho antes de que se conociera siquiera que Musk tenÃa intenciones de comprar Twitter. Ya en el 2020 el actual presidente, en campaña, venÃa deslizando la necesidad de actualizar la ley.
Y en 2021 durante una entrevista afirmó que enviarÃa este año una nueva reforma, algo que estaba explicado por la repercusión que tuvo el asalto al Capitolio y cómo las redes sociales fueron claves para generar ese alzamiento popular.
Incluso los demócratas recuerdan que este tema es uno de los pocos que eran compartidos con Trump. El entonces presidente emitió una orden ejecutiva dirigida a la Sección 230 y las empresas de redes sociales en mayo de 2020, a medida que aumentaba su enemistad con Twitter. La orden, que pretendÃa eludir al Congreso y los tribunales, exigió que los reguladores redefinieran la Sección 230 de manera más estricta e incluso instó a las agencias a recopilar quejas de prejuicios polÃticos que podrÃan justificar una represión de las protecciones legales.
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