John Podesta está de regreso. Joe Biden acaba de rescatarlo. A los 73 años, el ex jefe de gabinete de la Casa Blanca durante la administración Clinton, que fue jefe de campaña de Hillary Clinton en su batalla infructuosa contra Donald Trump, vuelve a los primeros planos.
Se unirá al equipo de Biden como asesor principal en uno de los grandes proyectos que acaba de aprobar el presidente, la ley de Reducción de la Inflación que tiene un capÃtulo destacado en el área energética. Se ocupará de la innovación e implementación de energÃa limpia y estará a cargo de supervisar el desembolso federal de nuevas inversiones en energÃa limpia: nada menos que $370 mil millones estarán bajo su órbita.
"Esto fue como ver a Lázaro resucitar de entre los muertos", afirmó Podestá el dÃa que el Senado aprobó el proyecto de ley. Ahora será el dueño de un presupuesto exorbitante.
Lobista de primera lÃnea, con enemigos poderosos en el bando republicano, Podestá es un experto en energÃa y cambio climático que también trabajó con Barack Obama como uno de sus principales asesores en su difÃcil segundo mandato. Desde el viernes 16 de septiembre, cuando el gobierno haga una gran puesta en escena para festejar la aprobación del paquete de leyes contra la inflación, Podestá será el reemplazante de la actual asesora climática nacional Gina McCarthy.
Como asesor principal de Biden sobre innovación en energÃa limpia, decidirá cómo asignar millones de dólares en créditos fiscales e incentivos a las industrias que desarrollan energÃa eólica y solar, asà como a los consumidores que desean instalar energÃa solar con paneles, calientan o enfrÃan sus casas con bombas de calor eléctricas y compran vehÃculos eléctricos.
Considerado un hábil estratega por los demócratas, su caso es uno más de la liga de veteranos en el ala Oeste de la Casa Blanca que llegaron al poder en los años noventa y hoy vuelven a ocupar lugares destacados. En ese grupo distinguido, donde se destaca el actual jefe de gabinete de la Casa Blanca Ron Klain, figuran también otras figuras experimentadas como Steve Ricchetti, Bruce Reed, Susan Rice, Gene Sperling y Neera Tanden.
Para Podesta, ex jefe de gabinete de Clinton durante los procedimientos de juicio polÃtico, su tercera incursión a la Casa Blanca asoma como triunfal. Acababa de comprar una casa en San Diego donde esperaba jubilarse antes de que su viejo conocido Klain lo llamara para ofrecerle el nuevo puesto.
Durante los años en que se mantuvo fuera de la administración pública, fundó el Centro para el Progreso Estadounidense, un think tank de pensamiento progresista que todavÃa lo tiene como presidente de su directorio. Desde su sillón, Podestá ha venido asesorando informalmente a la administración de Biden y presionando a la Casa Blanca para que actúe de manera más agresiva sobre el cambio climático. Biden parece haberle prestado atención a sus consejos.
Las palabras que eligió el presidente para presentar a Podestá en un comunicado solo en parte describen por qué fue elegido. "Sus profundas raÃces en la polÃtica climática y de energÃa limpia y su experiencia en altos niveles de gobierno significan que realmente podemos comenzar a trabajar".
Ya desde el primer momento, Podestá dio muestras de que piensa asociar su tarea a la gesta del gobierno de Biden. Dijo que viene a "poner el peso de la polÃtica del gobierno federal detrás de un ciclo de inversión e innovación que no habÃamos visto antes en los Estados Unidos y que es casi único en el mundo". "La transformación de la economÃa energética va a ser lo más grande económicamente que está sucediendo en este paÃs", agregó. "Si las personas van a sentir esto en su vida diaria, será porque tienen un buen trabajo, pagan menos por la energÃa, respiran aire más limpio y sus hijos tienen un futuro que no está arruinado. por la amenaza del cambio climático".
Su tarea será clave para lograr que la inflación siga bajando y las chances de los demócratas mejoren en los dos meses que quedan hasta las elecciones de noviembre.
Entre los desafÃos que enfrenta Podestá está la ira de algunos progresistas por la nueva ley porque, si bien promete un nivel histórico de inversión en acción climática, también prevé nuevos proyectos de combustibles fósiles. No solo eso. Además, tendrá que reactivar muchas de las agencias que se encargarán de gastar el dinero y administrar los programas: en el gobierno dicen que fueron destruidas bajo la administración de Trump y perdieron a cientos de cientÃficos y expertos en polÃticas.
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Todo lo bueno que dicen de él los demócratas contrasta con las acusaciones en su contra que lanzan los republicanos. Podestá se convirtió en el centro de atención por las filtraciones de WikiLeaks y los mensajes que enviaba como director de campaña de la exsecretaria de Estado Hillary Clinton. Todo indica que cayó presa de una trampa tendida por hackers durante la campaña presidencial. El entonces presidente de la campaña Clinton fue vÃctima de un phishing que dio acceso a los contrincantes de Clinton a cientos de correos electrónicos de la campaña.
El hermano de Podestá, Tony, dirigÃa una exitosa empresa de lobby demócrata en Washington, que cerró en 2017. En los últimos dos años, Tony regresó a sus orÃgenes presentando a un puñado de clientes, incluido Huawei Technologies , una empresa china de telecomunicaciones.
John Podestá es también conocido como operador de poder en Washington. Fue el director de investigación de la oposición de Michael Dukakis, el candidato presidencial demócrata de 1988; se desempeñó en Capitol Hill como asesor principal del Senador Patrick J. Leahy, demócrata de Vermont; y también al Senador Tom Daschle de Dakota del Sur cuando se desempeñó como lÃder de la minorÃa demócrata. Además, trabajó junto a su hermano como consultor polÃtico.
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