Cuando faltan tres semanas para las elecciones de medio término y el tema migratorio sigue siendo un problema sin solución para la administración Biden, el pase de facturas interno comienza a evidenciarse entre los funcionarios demócratas. Con el secretario de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas ratificado hasta el momento por el presidente Joe Biden, el que está ahora mismo en el ojo de la tormenta es su segundo, el comisionado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, Chris Magnus.

A medida que los encuentros con migrantes a lo largo de la frontera sur siguen batiendo récords, crece el fastidio de los colaboradores de Biden con el jefe de Aduanas y Protección Fronteriza. El sitio Político le dedicó a Magnus un largo artículo en base a comentarios y definiciones de funcionarios demócratas que lo cuestionan de mil maneras. En off the record, seis miembros del gobierno de Biden sostienen que Magnus no está comprometido con la monumental tarea que le toca resolver, no suele asistir a las reuniones de la Casa Blanca sobre la situación en la frontera y no ha establecido un vínculo fluido con otras agencias para abordar la incesante llegada de migrantes en la frontera. Al contrario, dicen, crítica a las oficinas con las que debería entenderse.

Los demócratas se quejan de que el jefe fronterizo de Biden no está familiarizado con algunas de las operaciones de CBP y se centra en un tema que consideran secundario, la reforma de la cultura autoritaria de la Patrulla Fronteriza, plagada de denuncias de racismo y violencia.

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El presidente Biden ha tenido infinidad de problemas para avanzar con una política migratoria propia y diferenciarse de la que impuso Donald Trump. El conflicto es tan evidente que los gobernadores republicanos aprovechan desde hace meses ese flanco débil para hacer campaña y castigar a los demócratas. Lo que comenzó como parte de una cruzada personal del gobernador de Texas Greg Abbott se extendió como política de su par de Arizona Doug Ducey y se convirtió en moda cuando Ron DeSantis, desde La Florida, la asumió como propia.

De 61 años, Magnus es un exjefe de policía con más de 40 años de experiencia y fue confirmado por poco margen en el Senado en diciembre pasado. Aunque fue jefe de policía en Tucson, Arizona, y Richmond, California, sus detractores dicen que no tiene conocimiento ni interés en el tema que debería resolver, la inmigración. El número 2 de Mayorkas está al frente de una agencia de más de 60,000 empleados en medio de un año récord de encuentros con migrantes en la frontera suroeste.

El festival de críticas que difundió Político parece ser una respuesta a su propio comportamiento. Magnus le llevó a Mayorkas páginas de quejas sobre el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, ICE por sus siglas en inglés. Mientras que CBP es responsable de controlar las fronteras y los puertos de entrada, ICE es la agencia responsable de arrestar y detener a personas indocumentadas dentro de Estados Unidos.

Magnus tiene 40 años de experiencia y fue jefe de policía en Tucson, Arizona, y Richmond, California. Sin embargo, sus detractores dicen que no tiene conocimiento ni interés en el tema que debería resolver, la inmigración.

Después de un viaje a principios de este año a la frontera para reunirse con sus colegas de la Patrulla Fronteriza, Magnus solicitó una reunión de emergencia con Mayorkas y se despachó con críticas contra el ICE que había recopilado.

Chris Magnus, antes de asumir al frente de la Oficina de Aduanas. 

En un comunicado, reconoció que ha pasado sus 10 meses en el trabajo poniéndose al día en las "muchas áreas complejas" de la agencia. Señaló que CBP es una agencia operativa, no de formulación de políticas. Pero agregó que está "estrechamente involucrado en las principales discusiones del DHS sobre inmigración, seguridad fronteriza, comercio y otras políticas". 

"Siempre he sido alguien que cuestiona agresivamente el statu quo, busca formas de hacer mejor las cosas y se relaciona directamente con el público y la fuerza laboral", dijo Magnus. "En cualquier organización, algunas personas se ven amenazadas por esto. No les gusta cuando alguien pregunta 'por qué' ciertas cosas deben hacerse de la forma en que siempre se han hecho. No estoy aquí para retroceder ante los desafíos predecibles de esas personas".

Entre las críticas contra Magnus que recogió Político, hay varios testigos que lo vieron quedarse dormido durante varias reuniones, incluida una a principios de este año sobre cómo manejar la oleada actual de venezolanos que cruzan la frontera. Magnus explicó que experimentó breves períodos de cansancio como efecto secundario de su esclerosis múltiple, la condición neurológica que le diagnosticaron hace 15 años; y que ajustó los niveles de medicación para hacer frente a esos efectos secundarios.

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Un portavoz de Mayorkas respaldó el liderazgo de Magnus y dijo en un comunicado: "En cuanto a la seguridad fronteriza, la CBP es un componente crítico de la campaña contra el contrabando de personas de $60 millones dirigida por el DHS que ya ha llevado a 5,000 arrestos con nuestros socios. El comisionado Magnus juega un papel clave en todo esto, y ahí es donde permanece nuestro enfoque".

Las quejas sobre la gestión de Magnus y su rechazo reflejan las últimas tensiones que han estallado dentro del aparato de inmigración de la administración Biden. Ha habido múltiples salidas de alto rango en el equipo dentro de la Casa Blanca y una confusión general sobre quién tiene qué cartera.