
La decisión sin precedentes de Joe Biden de no conmemorar el aniversario del 11 de septiembre en uno de los tres lugares de los atentados de 2001, dio la oportunidad a la vicepresidenta Kamala Harris de reemplazarlo en la ceremonia de la Zona Cero en Nueva York.
Biden enfureció a las familias de las 2.977 personas fallecidas, al convertirse en el primer presidente que no visita Manhattan, el Pentágono o Shanksville, Pensilvania, para recordar el 22º aniversario de los ataques.
El gesto de Biden confirma una tendencia que se va acentuando en los últimos años, la del alineamiento republicano con los sÃmbolos patrios y el distanciamiento demócrata de las representaciones que anteriormente unÃan a los americanos. En este contexto gana presencia Harris, quien se ha caracterizado en todo el mandato por un papel muy residual. La presencia de Harris en el acto, puede querer decir dos cosas: o bien que la administración Biden no considera importante dedicar esfuerzos a un acto que abrazan polÃticamente los conservadores o se le quiere dar más notoriedad a la vicepresidenta.
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De fondo, existe el difÃcil momento que vive el presidente Biden con la ciudad de Nueva York y sus máximos representantes: la gobernadora Kathy Hochul a quien no recibió personalmente en la Casa Blanca y el más crÃtico de los demócratas, el alcalde Eric Adams, quien ha responsabilizado a Biden de que la crisis migratoria va a destruir Nueva York¨.
Harris sonrió durante una animada conversación con Hochul y se quedó aproximadamente una hora en el acto de la zona zero, antes de tomar su vuelo de regreso a Washington, mientras los familiares seguÃan leyendo en voz alta los nombres de las vÃctimas en la plaza del Memorial Nacional del 11 de Septiembre.
El alcalde y la vicepresidenta, por el contrario, no parecieron conversar mucho. La afinidad entre Hochul y Harris, que eran todo sonrisas en el acto, contrasta con el reciente desaire de Biden hacia la gobernadora demócrata, a quien no se le concedió reunión cuando visitó la Casa Blanca el 30 de agosto para discutir la creciente marea de personas que cruzan la frontera.
Harris, de 58 años, se unió a la conmemoración en el antiguo emplazamiento del World Trade Center junto con el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, el lÃder de la mayorÃa del Senado, Chuck Schumer (D-NY), la senadora Kirsten Gillibrand (D-NY) y el exalcalde de la Gran Manzana, Michael Bloomberg.
Los candidatos presidenciales republicanos de 2024, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, y el empresario Vivek Ramaswamy, también viajaron para reunirse con familiares de las vÃctimas del 11 de septiembre en Nueva York y encontraron en la plataforma solemne de la conmemoración de los atentados una oportunidad para abrazar un sentimiento patriótico de gran calado con el electorado conservador.
En Nueva York, hablar del 11 de septiembre, representa unir a todos en un sentimiento común no tanto de patriotismo sino de comunidad. Todos recuerdan lo que hacÃan aquel dÃa y se sienten parte de un episodio que marcó la historia de la Gran Manzana. Pero a nivel de Estados Unidos, el ataque terrorista es motivo de exaltación patriótica, tanto de los valores americanos como de ley y orden. Es en la reivindicación del papel de la policÃa donde los republicanos tienen un mensaje muy claro que se opone al sentir de una izquierda más radical que cuestiona, por motivos raciales, al patriotismo.
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Existen incidentes puntuales que reflejan las dos américas contrapuestas, la bandera de las barras y estrellas que cada vez más se impone como respuesta al puño de Black Lives Matter. En Chicago encontramos un ejemplo reciente, la quema de banderas americanas por parte de un grupo revolucionario comunista que coreó consignas anti-Estados Unidos durante una protesta organizada frente a un concierto del cantante Jason Aldean el sábado por la noche.
La exitosa canción de Aldean, que fue lanzada en mayo y todavÃa se encuentra en el Billboard Top 100, generó controversia después de que el video musical debutó en julio y mostró imágenes de los alborotos y saqueos que tuvieron lugar en 2020 después de la muerte de George Floyd.
El grupo activista atacó la canción de Aldean "Try That in a Small Town" (prueba eso en una ciudad pequeña), etiquetando la canción del artista nacido en Georgia como "una mierda fascista". La canción resalta los problemas actuales de violencia en Estados Unidos como una cuestión de grandes ciudades versus pequeños pueblos, mostrando dos conceptos de comunidad: el que representan los demócratas en las grandes urbes y el de la América rural republicana defensora de la ley y el orden.
Los manifestantes anticapitalistas continuaron gritando cánticos antiamericanos mientras la policÃa los escoltaba en la calle, visualizando al Partido Comunista Revolucionario, una organización que cree en la creación de una revolución marxista. El grupo critica a Estados Unidos como "el vientre de la bestia imperialista" en su página web y pese a no tener peso polÃtico, su discurso conecta con movimientos urbanos que en los últimos años han experimentado un importante auge.
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