El aspirante demócrata a la gobernación de Texas, Beto O' Rourke, aprovechó la marcha atrás de Greg Abbot con el aumento de las inspecciones a los camiones en la frontera con México para castigar a su histórico rival, aunque esta vez con un argumento de lo más sensible. El candidato oriundo de El Paso culpó a Abbot por el aumento de la inflación en Texas y cuestionó la medida que había provocado largas filas de vehículos en las fronteras y comenzaban a complicar el comercio bilateral. 

Apenas unos días después de que se diera a conocer el dato de inflación más alto desde 1981 y Estados Unidos llegara al índice de 8,5% en los últimos 12 meses, O' Rourke le pegó a Abbot en la línea de flotación y lo definió como el "gobernador de la inflación". Además, afirmó que sus políticas "garantizan precios más altos para los consumidores de Texas" y consideró que su contrincante está llevando a que los "texanos paguen más, mientras arruina la economía de este estado". 

Con la mira puestas en las elecciones legislativas y distritales de noviembre, el republicano había decidido hace 10 días retomar una de sus banderas habituales y endurecer su política migratoria. Sin embargo, esta vez las encuestas delataron que el dos veces gobernador de Texas dio un paso en falso. Eso fue lo que, tal como contó LPO, lo llevó a firmar acuerdos con los gobernadores de los distritos mexicanos de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. El viernes pasado, Abbot decidió suspender la medida que había anunciado poco antes y archivar hasta nuevo aviso el aumento de las inspecciones a los camiones en la frontera.

Beto O'Rourke apuesta al voto latino para destronar a los republicanos en Texas

Según datos de la secretaría de Relaciones Exteriores del gobierno de Andrés Manuel López Obrador que difundió la agencia EFE, Texas y México son importantes socios comerciales y, solo en 2020, intercambiaron bienes y servicios por 177.800 millones de dólares: unos 89.000 millones fueron exportaciones de México a EE.UU. y 88.7000 fueron importaciones procedentes de EE.UU. 

Texas y México son importantes socios comerciales y solo en 2020 intercambiaron bienes y servicios por 177.800 millones de dólares. 

Pese a que Texas es uno de los bastiones inexpugnables de los republicanos, O' Rourke está decidido a competir en noviembre por la gobernación, una misión que no resulta nada sencilla en el Estado, menos todavía con los bajos índices de popularidad que registra Biden en todo el país. Para eso, su mensaje debe transitar por un camino de cornisa, centrado en la batalla estadual y despegado de la disputa nacional. Entre la crítica al gobernador y la distancia con el presidente. Algo de eso acaba de verse en una de las últimas declaraciones de Beto, que también salió a desmarcarse de una de las decisiones que más impacto puede provocar: el anuncio de que Biden dará de baja el Titulo 42, un recurso al que apeló Donald Trump en el inicio de la pandemia y que su sucesor mantuvo sin variantes desde que asumió. 

O'Rourke, la semana pasada, en el Valle de Río Grande, extremo sur de Texas. 

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Según informó la Casa Blanca, Biden eliminará el Titulo 42, el instrumento que le sirvió hasta el momento para expulsar 2 millones de inmigrantes del país en un tramite exprés. La semana pasada, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) informó Biden procesó a 221.303 migrantes a lo largo de la frontera con México, una cifra que superó el pico anterior de julio de 2021 y es la más alta desde el año 2000.

En un giro con respecto a su primer pronunciamiento sobre el tema, O'Rourke afirmó en los últimos días: "No tiene sentido terminar con esto hasta que haya un plan real y la capacidad para manejarlos a los inmigrantes y abordar los que vienen (...) Todavía tengo que escuchar un plan de la Administración Biden para abordar la dinámica que tendremos en la frontera una vez que finalice el Título 42".

De acuerdo a una encuesta reciente de la Texas Hispanic Policy Foundation, el presidente norteamericano es visto de manera desfavorable por el 57% de los texanos y sólo el 40% lo juzga de manera favorable. 

A la inversa, De acuerdo ese estudio, el expresidente Donald Trump es bien visto por el 48 % de los texanos y su rechazo es menor al de Biden, del 51 %. La mala performance del líder democrata impacta a nivel distrital: el gobernador Abbott cuenta con una aprobación del 48% y un rechazo del 45%, mientras O'Rourke es visto en forma favorable por un 42% de los consultados pero enfrenta un nivel de desaprobación que llega al 49%. El sondeo fue realizado el presentado el pasado 13 de abril y fue realizado entre 1435 votantes registrados en Texas.