
El gobernador de Florida, Ron de Santis, utilizó a los inmigrantes para dar un golpe polÃtico a los demócratas, y ahora se ve necesitado de ellos. Cuando el republicano mandó dos aviones fletados que transportaban a unos 50 inmigrantes a Martha's Vineyard, un enclave isleño frente a la costa de Massachusetts conocido por sus visitantes estacionales como los Obama, consiguió la atención mediática buscada.
Se puso de manifiesto cómo ciertas ciudades gobernadas por demócratas se quejan de la llegada de inmigrantes y el problema con el que lidian los estados republicanos del sur en esta crisis migratoria. Pero la llegada del huracán Ian generó un nuevo impacto y alteró la cuenta del gobernador.
Las acciones de De Santis, al igual que las de Abbott en Texas, han sido criticadas especialmente porque llevaban a los inmigrantes engañados. Algunos de los migrantes de Venezuela, incluidos padres e hijos, pensaron que los estaban mudando a comunidades con trabajo para ellos. La realidad con la que se encontraron estos inmigrantes, pese a las palabras de bienvenida de los respectivos alcaldes, fueron los de un escenario complicado y hostil.
Ahora, tras la destrucción del huracán Ian en Florida, decenas de migrantes venezolanos en la ciudad de Nueva York se han subido a varias camionetas fletadas para realizar el camino inverso que hicieron cuando les mandaron al norte.
Los inmigrantes, que salÃan de madrugada, tenÃan poca información sobre para quién trabajarÃan, pero aun asà se amontonaron en camionetas en el barrio de Queens "Nos quieren para la limpieza del huracán, nos pagarÃan $15 por hora, horas extras y $15 por comida diaria, creo", dijo Javier Moreno, de 37 años.
La realidad de muchos de los inmigrantes que llegaron a Nueva York en autobuses fletados desde Texas, ha sido muy difÃcil, especialmente complicada para encontrar trabajo. El alcalde Adams ofreció desde un inicio los albergues de la ciudad para acoger inmigrantes, pero la saturación de camas disponibles ha convertido estos enclaves en zonas de conflicto al crearse rencillas por poder dormir allÃ. Precisamente en varios de estos albergues es donde las empresas que buscan trabajadores a bajo precio están reclutando a candidatos que quieran ir a trabajar a Florida.
Ismael, otro de los inmigrantes venezolanos que se subió a una de las furgonetas en la pasada madrugada afirmó: "Voy por el trabajo. A los migrantes nos ha costado encontrar trabajo aquà en Nueva York, por eso nos vamos muchos¨.
Tanto FEMA, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, como la alcaldÃa de Nueva York, han confirmado que no tienen nada que ver con las furgonetas que transportan inmigrantes para trabajar en Florida tras el paso del huracán.
Los inmigrantes que están viajando de Nueva York a Florida, se suman a los 700.000 trabajadores agrÃcolas en Florida, aproximadamente la mitad de ellos indocumentados, que realizan trabajos precarios en la región.
Los inmigrantes indocumentados de Florida a menudo viven en casas rodantes, remolques y otras estructuras deficientes que pueden ser devastadas por las tormentas. Preocupados por llamar la atención sobre su estatus legal, por lo general se muestran reacios a evacuar a un refugio y no califican para la asistencia federal por desastre.
La realidad de estos inmigrantes, tanto los ya instalados en la Florida como los que están llegando de Nueva York, es la de una vulnerabilidad que se pone todavÃa más de manifiesto en situaciones de tragedia como la vivida tras el paso del huracán.
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