
La cuenta regresiva para las elecciones de noviembre ya comenzó y una vez más los estados swing van a definir al vencedor. Por el peso de la comunidad latina y su influencia nacional, Arizona tendrá un papel decisivo, quizás como nunca antes. En ese contexto, la división del Partido Republicano en el Estado puede ser un factor crucial.
En ningún lugar como en Arizona, la pelea de Donald Trump con Mitchell McConell resulta tan resonante. El lÃder de la minorÃa del Senado y gran responsable de los fondos de campaña decidió no financiar al libertario Blake Masters y se quejó en público de la baja "calidad de los candidatos" republicanos, todos alineados con el ex presidente. No se trata de una divergencia puntual, sino del capÃtulo más intenso de la disputa abierta entre Trump y el establishment republicano de cara a 2024.
Los fondos para Masters, el elegido de Trump para pelear por un lugar en el Senado, provienen del magnate Peter Thiel, un financista de gran protagonismo en este proceso de primarias, que también apoyó al trumpista JD Vance en Ohio. Tal como contó LPO, la relación entre Thiel y Masters es de lo más estrecha. Thiel contribuyó con $15 millones durante las primarias a un súper PAC pro-Masters, Saving Arizona, y donó $1,5 millones al comité en julio. Masters fue el director de operaciones de Thiel Capital, una firma de inversión fundada por Thiel. Sin embargo, esa cercanÃa no garantiza el triunfo en las generales de noviembre.
El candidato de Trump y Thiel en Arizona pierde en las encuestas y en la recaudación de fondos
Las encuestas coinciden en que el senador demócrata apoyado por Joe Biden en Arizona, Mark Kelly, sigue liderando las encuesta sobre el trumpista Blake Masters en la carrera por el Senado del estado. En la pelea por la gobernación, los republicanos también tiene su destino atado al de Trump: la candidata es la ex presentadora de Fox News en Phoneix, Kari Lake, una fervorosa defensora del ex presidente que le ganó las primarias a la postulante que respaldaba Mike Pence y lo hizo amplificando las denuncias de fraude contra Joe Biden.
Lo curioso es que Arizona siempre fue un bastión republicano. La historia del GOP en el Estado está asociada al liderazgo del senador Barry Goldwater, que encadenó cinco mandatos como senador y en 1964 llegó a competir sin éxito por la candidatura republicana contra el presidente Lyndon B. Johnson. Clásico conservador, muchos lo señalaron como el predecesor de Ronald Reagan a nivel nacional. En Arizona, su legado fue retomado por John McCain, el senador del Estado que perdió las presidenciales con Barack Obama en 2008.
El eclipse de Goldwater primero y de McCain después coincidió con la irrupción del trumpismo y la batalla contra el establishment. La aparición de Trump a nivel polÃtico se dio en medio de un proceso de cambio demográfico: los especialistas afirman que hoy Arizona tiene menos personas blancas con educación universitaria y más votantes hispanos y de clase trabajadora.
La grieta interna entre los republicanos en Arizona ya redundó en malos resultados para el Partido. En 2020, Biden ganó en el Estado y la zigzagueante Kyrsten Sinema se convirtió en la primera senadora demócrata por Arizona en mucho tiempo y hoy los dos senadores del Estado son del partido de Biden.
Arizona ya no es un territorio reservado a los republicanos sino que está en disputa y las victoria de los candidatos de Trump amplifican el temor de un establishment partidario que no tiene dudas: los republicanos van a las generales con los peores candidatos.
La misma batalla que Trump libra con sus rivales se da en todo el paÃs pero en pocos lugares adquiere los niveles de confrontación que se evidencian en Arizona. En las primarias de agosto, no solo Masters y Lake ganaron las primarias. Lo mismo sucedió en la pelea para Fiscal General del Estado y Secretario de Estado. Todos triunfaron con la denuncia de fraude y pese a haber gastado mucho menos dinero que sus rivales.
Entrevistado por CS Monitor, el consultor republicano Sean Noble afirmó que la división entre los republicanos ya le costó caro al partido en 2020. Ese año, 60,000 votantes de Arizona se abstuvieron de elegir candidato presidencial, mientras seleccionaban candidatos para otros cargos. "Ese es un problema exclusivamente trumpiano", dijo.
Noble afirma que, si Kari Lake quiere tener éxito en su pelea por la gobernación, lo primero que debe hacer es unificar a su partido. Según Noble, hoy los republicanos están librando una "guerra civil" interna. Su investigación muestra marcadas diferencias entre los partidarios de Trump y los partidarios del "partido", principalmente sobre si las elecciones fueron robadas (el 82% de los partidarios de Trump dicen que sÃ, pero solo el 50% de los partidarios del partido lo hacen). Después de eso, necesita llegar a los independientes, alrededor de un tercio del electorado, dice. Se trata, precisamente, del talón de Aquiles del trumpismo.
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