La mecánica es la de siempre. Donald Trump es capaz de generar una ola de respaldo en cuestión de segundos. Nadie puede hacerlo con tanta facilidad. El ex presidente anunció en las últimas horas que recibió una "carta objetivo" de los investigadores que trabajan con el fiscal especial Jack Smith y que su acusación es inminente en el expediente en el que se investiga el ataque al Capitolio.

En medio de una campaña de primarias que lo tiene como rotundo favorito dentro del Partido Republicano, Trump podría recibir así de un momento a otro la tercera acusación del año debido a su actuación para impedir la entrega de mando a Joe Biden en enero de 2021. Después de la que cosechó en Manhattan en el caso del presunto pago a la actriz porno Stormy Daniels y la que recibió en Florida por cargos federales en la causa en la que se investiga la apropiación indebida de archivos clasificados, ahora Trump se encuentra a las puertas de su tercer indictment.

La carta que recibió le ofreció la oportunidad de hablar con el gran jurado, que se reunirá en el juzgado federal en Washington DC, a finales de esta semana. Sería un comportamiento inusual porque los objetivos de las investigaciones penales no se presentan por lo general ante los grandes jurados, y Trump no ha ejercido ese derecho en los otros dos casos penales. Pero todo puede ser con el ex presidente. Por ahora, según consideró el líder republicano, la citación puede derivar en lo que deriva "casi siempre": un arresto y una acusación.

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Según se anticipó desde fuentes ligadas a la investigación, el equipo de Smith ha estado explorando posibles cargos de obstrucción relacionados con las acciones de Trump en los días previos al 6 de enero y ese mismo día. Los investigadores también han examinado la consideración de Trump de un plan para confiscar las máquinas de votación de los estados, su campaña de afirmaciones falsas de que las elecciones fueron robadas y su papel en el avance de un plan para reunir listas falsas de electores presidenciales para avivar un conflicto antes del 1 de enero.

Sea lo que fuere, el efecto de la futura acusación se adelantó y generó un inmediato impacto  político presentre y favorable a Trump entre los republicanos. Dos figuras de relieve nacional lo dejaron claro, con sus reacciones adversas. El presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, y el candidato a presidente Ron DeSantis.

APAndrew Harnik

En una reacción que dio cuenta de su incomodidad, el gobernador de Florida republicano dijo que el expresidente debería haber sido más contundente ese día, pero que no necesariamente cometió ningún delito. "Creo que se mostró cómo estaba en la Casa Blanca y no hizo nada mientras las cosas sucedían. Debería haber salido con más fuerza", dijo DeSantis en una conferencia de prensa en Columbia, Carolina del Sur, el martes. Bastó para que desde el trumpismo salieran a fulminarlo con críticas.

Aunque todavía no se conocen sus detalles, el efecto de la futura acusación se adelantó y generó un inmediato impacto político presente y favorable a Trump entre los republicanos 

Mc Carthy defendió a Trump con fuerza y enmarcó el expediente en la campaña electoral hacia la Casa Blanca. "Si se fijan recientemente, el presidente Trump subió en las encuestas y de hecho estaba superando al presidente Biden para la reelección", dijo a la prensa. "Entonces, ¿qué hacen ahora? Armar al gobierno para perseguir a su oponente número uno. Es una y otra vez. Creo que el público estadounidense está cansado de esto. Quieren tener justicia equitativa y la idea de que utilizan esto para perseguir a quienes no están de acuerdo políticamente con ellos es incorrecta". Si esa es la respuesta de McCarthy, un republicano con rol institucional y diálogo con Biden, la de los fervorosos fanáticos de Trump es todavía mucho más visceral.

Como ya había sucedido con las anteriores acusaciones al ex presidentre, la dificultad volvió a apoderarse de la campaña de su principal rival, DeSantis. El gobernador de Florida se mostró ambiguo en la respuesta. "Creo que se mostró cómo estaba en la Casa Blanca y no hizo nada mientras las cosas sucedían. Debería haber salido con más fuerza", dijo DeSantis en una conferencia de prensa en Columbia, Carolina del Sur, este martes.

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El líder de la mayoría de la Cámara de Representantes, Steve Scalise, también cuestionó el momento de la investigación del 6 de enero y recordó que la noticia llega cuando el Comité de Supervisión de la Cámara está programado para escuchar el testimonio de dos denunciantes en una investigación contra Hunter Biden.

"Ahora que ves a la administración de Biden persiguiendo al presidente Trump una vez más, surge esa pregunta: ¿hay un doble rasero? ¿Se está administrando la justicia por igual?". dijo Scalise.

Todos están convencidos de que, como en las anteriores ocasiones, es Biden el que orquesta la campaña judicial en contra de su archirrival. Para ellos, el fiscal Smith -que fue nombrado por el titular del Departamento de Justicia Merrick Garland- es un empleado de la Casa Blanca.

Si se fijan recientemente, Trump subió en las encuestas y de hecho estaba superando al presidente Biden para la reelección. Entonces, ¿qué hacen ahora? Armar al gobierno para perseguir a su oponente número uno.

No está claro si otras figuras asociadas con el esfuerzo de Trump también están en la mira de Smith. Los investigadores han entrevistado a decenas de figuras prominentes en la órbita de Trump, incluido Pence, en los últimos meses. Los teléfonos de los abogados John Eastman y Jeff Clark, dos asociados de Trump considerados aliados clave en su esfuerzo, fueron incautados el año pasado.

Trump reveló la carta objetivo justo cuando se preparaba para dar pelea en el otro frente judicial que tiene abierto y desplegar su estrategia en tribunales para retrasar el juicio penal relacionado con los documentos de Mar-a-Lago, en una investigación donde los cargos también corren por cuenta de Smith.

Los abogados de Trump estarán en la corte en Fort Pierce, Florida, el martes por la tarde para pedir ante la jueza latina Aillen Common que se posponga el juicio hasta después de las elecciones de 2024, una perspectiva a la que el equipo de Smith se ha opuesto con vehemencia.