A punto de iniciar la campaña electoral por su reelección, Joe Biden comenzó a enviar señales de que es capaz de girar a la derecha para pelear por el electorado independiente. En apenas unos dÃas, el presidente sorprendió a parte de su propio partido con posturas que insinúan un cambio en dos temas centrales, el crimen y la immigración. Asà generó preocupación y crÃticas por parte de dirigentes de la comunidad latina que ayudan a los migrantes y del ala progresista de su propio partido.
El primer dato surgió esta semana de un artÃculo de New York Times que sostiene que Biden está a punto de retomar la polÃtica de Donald Trump en materia migratoria y piensa afrontar el fin del TÃtulo 42, el 11 de mayo próximo, con medidas cada vez más restrictivas. Según NYT, la administración Biden analiza volver a implementar la práctica de detener a las familias migrantes que cruzan la frontera de manera ilegal, la misma polÃtica que el presidente suspendió en los últimos dos años porque -según decÃa- querÃa un sistema de inmigración más humano. El viraje es brusco porque las detenciones de familias era una de las polÃticas que el candidato Biden denunció personalmente durante el gobierno de Trump.
El segundo dato fue la votación de este miércoles, en la que el Senado votó 81-14 a favor de una resolución del Partido Republicano para anular una ley de reforma del crimen de Washington que habrÃa aliviado los castigos por algunos delitos violentos como el robo de autos. En un movimiento que contó con el aval de la Casa Blanca, treinta y tres demócratas, incluido el lÃder de la mayorÃa Chuck Schumer se unieron a los republicanos para respaldar la medida.
Cansado de que los republicanos traten de blandos a los demócratas en el debate sobre el crimen, Biden no dudó en tomar el libreto de la oposición y girar a la derecha para bloquear la ley. Asà enfureció a los demócratas de la Cámara que habÃan votado en sentido contrario. Al ala progresista del Partido Demócrata le preocupa el viraje de Biden en materia de delincuencia e inmigración y afirman por lo bajo que la Casa Blanca no consulta ni informa sobre sus movimientos intempestivos. De hecho, en una circunstancia similar, la Casa Blanca se habÃa opuesto a interferir con el autogobierno del Distrito en la Cámara y eso llevó a que 173 demócratas votaron en contra.
Tras la derrota de la alcaldesa Lori Lighfoot hace 10 dÃas en las elecciones de Chicago, una de las ciudades más afectadas por el aumento de la violencia urbana, los colaboradores de Biden promueven un endurecimiento de las polÃticas oficiales sobre el tema. Sin embargo, no es el presidente el único que quiere endurecerse en el tema del delito urbano. Los 33 demócratas del Senado que votaron a favor de la postura republicana lo demuestran.
El tema en las grandes ciudades no es nuevo. Ya antes de las elecciones intermedias del año pasado, una encuesta indicaba que el 61 por ciento de los votantes registrados declaraba que los delitos violentos influyen a la hora de elegir sus candidatos.
Como parte de la nueva campaña, Biden viajará el lunes que viene a la Costa Oeste para reunise en San Diego, California, con el primer ministro británico Rishi Sunak y el primer ministro australiano Anthony Albanese: el motivo es compartir una jornada el martes en Monterey Park, donde hablaran sobre cómo frenar la violencia armada.
En cuanto al cambio repentino y abrupto en relación a la crisis migratoria, las señales del presidente generaron la queja inmediata de los miembros del Caucus Hispano del Congreso, que dejaron trascender que no habÃan sido informados sobre el posible regreso a las detenciones familiares en la reunión que tuvieron con el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas el mes pasado. En una carta conjunta con otros demócratas, el CHC volvió a hablar con Mayorkas este martes en una reunión virtual y consideró que detenciones familiares marcarÃan un "regreso a las polÃticas fallidas del pasado".
Hasta ahora, el gobierno demócrata habÃa suspendido, en gran medida, la práctica de la detención familiar, liberando a las familias de manera temporal en territorio estadounidense y exigiendo que usen tobilleras, teléfonos celulares rastreables u otros métodos para conocer su paradero.
La administración de Biden rechaza desde siempre las comparaciones con la administración de Trump en materia de inmigración. Este mismo martes, en una muestra más de ese intento de diferenciación, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, recordó el apoyo de Biden a los dreamers, sus esfuerzos para reunir a las familias separadas en la frontera bajo Trump y el aumento en el número de refugiados admitidos en el paÃs. Sobre el crimen, Jean-Pierre buscó hacer un difÃcil equilibrio: dijo que, aunque Biden se opuso públicamente a la medida de la Cámara de Representantes para bloquear el proyecto de ley contra el crimen de D.C., nunca dijo que lo vetarÃa si se aprobaba.
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