Alex Valencia forjó su nombre hasta convertirse en un referente de la mixologÃa mexicana. Con 19 años dejó Guadalajara para instalarse en Nueva York y hoy en dÃa tiene varios restaurantes en los que sigue trabajando 10 horas al dÃa detrás de la barra. No le gusta hablar de polÃtica porque dice que uno nunca sabe a quién le puede estar sirviendo un trago, pero admite que solÃa admirar a Donald Trump hasta que dió el salto a la polÃtica en 2016 y empezó a hablar mal de los mexicanos.
A los restaurantes de Alex se les atribuye constantemente el mérito de tener algunas de las bebidas más vanguardistas de la ciudad de Nueva York. La Contenta, el restaurante donde recibe a LPO, explora el potencial del tequila y el mezcal a la vez que promueve la coctelerÃa mexicana mediante el uso de bebidas espirituosas de "agave alternativo", como charanda, sotol, raicilla, tepache, pulque y más.
¿Cómo empezó tu sueño americano?
Llegué a los Estados Unidos a los 19 años debido a la necesidad en mi paÃs. Mi madre se habÃa endeudado con una casa y tras terminar el bachillerato en la Universidad de Guadalajara decidà emigrar para juntar dinero para mi familia. Somos 5 hermanos y mi padre se fue a Estados Unidos cuando yo era pequeño. Mi padrastro era alcohólico y mi infancia no fue fácil. Mis sueños los dejé de lado para ayudar a mi madre. Empecé a trabajar en fábricas, trabajando de 7 de la mañana a 11 de la noche y durmiendo incluso en la fábrica. Dos años después conocà a la que serÃa mi esposa y me convertà en papá a los 21.
Me libré de las deudas y pensaba en regresar a México, pero me convertà en padre y justo fue en la época que cayeron las Torres Gemelas, donde pasó a haber menos trabajo. Empecé a buscar otros trabajos y empecé a hacer entregas y lavar platos y poco a poco logré acercarme a la barra. En 2008 fui al mejor bar del mundo en ese entonces, Tibu Club, y conocà por primera vez lo que es la mixologÃa, gracias a que el dueño del restaurante me dió la oportunidad.
Tu historia es un ejemplo de que para triunfar no solo hay que trabajar duro: también hay que saber rodearse de personas que te apoyen.
Me gusta tomar consejos y algo que me ha servido mucho es tener varios mentores en diferentes áreas. Tengo un coach de negocios pero también uno espiritual. Yo les busco, y hay quienes me buscan a mÃ.
Que alguien te impulse cuando tienes ganas es la clave, y yo tuve un mentor que me abrió las puertas. Mi decisión en aquel momento fue que me morirÃa siendo mixologo. Me enamoré de la profesión. Empezamos a recibir a los medios americanos que hacÃan reportajes de la innovación que estábamos llevando a cabo con tragos latinoamericanos y abrà mi primer restaurante en 2015. Tuve un fracaso en 2016 con mi segundo restaurante. Mi tercer restaurante fue La Contenta Oeste, que es un éxito. En 2019 abrà La Contenta Next Door e iba a abrir otro en Australia, pero llegó el COVID.
Lo que me funcionó para triunfar fue rodearme de gente que me incentivaba dentro de mi medio. La satisfacción es la gasolina para seguir, pero el precio que se paga en mi caso fue no dedicar tiempo a mi hija. No estuve mucho en casa, a final de cuentas nadie se acuerda de las salidas que hacÃa para aprender pero en casa se acuerdan que no estaba. Con mi segunda hija, ya aprendà a organizarme mejor.
Abrazar tus orÃgenes latinos te ha reportado muchos logros.
En las tribus apaches, se ganaban el nombre y eso hice yo también: me gané mi nombre. La gente de la industria lo conoce y fue fruto de hacerme la pregunta ¿puedo vivir sin la mixologÃa? Sabiendo que era esencial en mi vida, solo hizo falta dedicación y foco.
En nuestros paÃses, de México para abajo, todo cuesta igual que aquÃ, pero la gran diferencia es que en Estados Unidos no hay gobiernos o carteles que te pongan tantas trabas. Como persona que ama sus orÃgenes, lo mÃo siempre fue regresar hasta que me di cuenta que si lo hacÃa no iba a poder tener lo mismo. La ventaja es que aquà encuentras gente que sin ser familia te ayuda al ver tu esfuerzo y se adhiere a tu lucha. La gente que se esfuerza aprecia el trabajo de los otros. Hay otros que te quitan el ánimo y te chupan la energÃa. Yo he aprendido a callarme y compartir solo con cierto tipo de gente.
Estados Unidos te dió el éxito, pero ¿hubieras preferido lograrlo en México?
Es triste ver que pasan los años y las generaciones, pero no cambia nada. Dejamos nuestras vidas para tener que adentrarnos en una cultura nueva. Nadie quiere dejar a su madre o hermanos. La balanza está desequilibrada y si se equilibrara cada uno se quedarÃa en su lugar. Mi papá se vino para acá en los 80. Si me dieras a elegir quedarme allá y poder lograr lo mismo que he conseguido en Estados Unidos, me hubiera quedado en México. Yo me aferré a mi sueño cuando lo tenÃa todo perdido. Es fácil a veces que te ofrezcan cosas tentadoras o dinero rápido en vez de trabajar duro honradamente. Me hice la pregunta, ¿qué prefiero? ¿200 dólares en una noche o 2 años de cárcel? Elegà trabajar.
¿Está en alza el sello hispanoamericano en mixologÃa?
Hace 15 años lo que estaba de moda era la cachaca y el pisco. Luego vinieron otras tendencias. El mezcal nadie lo conocÃa y fue un boom cuando lo empezamos a trabajar con los que apreciaban el tequila. Hoy están en alza los destilados asiáticos, como el saque. Un mixólogo siempre tiene que estar a la vanguardia. En mi caso, como mexicano, tengo mi cultura e intento sacar lo mejor de ella. Actualmente la gente se está acostumbrando a sabores como el mezcal, pero también lo relacionan al folclore. La cultura mexicana en Estados Unidos es grandÃsima y eso ayuda mucho. Como mexicano, chaparrito, abracé mi cultura y a la gente le gustó porqué habÃa pasión e innovación.
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