La inseguridad en Nueva York ha sido la principal preocupación para los habitantes de la Gran Manzana desde inicios de la pandemia, condicionados por noticias de un crimen rampante que ocupa las portadas de los periódicos de manera constante. Las cifras recién publicadas por el NYPD ( departamento de policÃa de Nueva York) constatan esta situación con un incremento del crimen general del 35,5% respecto al año pasado. Los robos menores crecen un 33,1% y los robos mayores suben un 58,1% Los tiroteos también suben un 31,6%. respecto a las cifras de enero del año pasado.
Estas cifras pueden tener una lectura demográfica que nos muestra cómo las vÃctimas de tiroteos son principalmente minorÃas: 74% de los impactados por balas son negros y el 22,5% latinos, según los mismos datos del NYPD. Respecto a los asesinatos, los negros y hispanos representan el 65% y 26% de los casos respectivamente.
Las cifras del crimen en Nueva York también tienen una localización geográfica, siendo el condado donde nació el propio alcalde, King county en Brooklyn, el lugar que concentra un tercio de los incidentes con armas de fuego. Luego lo siguen el Bronx y Queens, los barrios con mayor presencia latina.
La mayor comunidad ucraniana en el paÃs sale a las calles de Nueva York para pedir el freno a PutinLa realidad heredada por el nuevo alcalde ha visto en sus primeros meses muchas polémicas relacionadas con el crimen que han forzado una respuesta contundente por parte del ex policÃa que ganó las elecciones prometiendo resolver la violencia en la ciudad.Eric Adams pidió ayuda al gobierno federal para parar el tráfico de armas hacia su ciudad señalando que "necesitamos la ayuda de Washington para ayudar a parar el flujo de armas aquÃ, y en otras ciudades", ya que su existencia en las ciudades donde no son legales demuestra "un fracaso del gobierno federal".
La promesa de mano dura del nuevo alcalde, Eric Adams, choca con el ala progresista del partido demócrata. El contexto es distinto al de los sangrientos ochenta y noventa: tras la eclosión del movimiento Black Lives Matter, los excesos policiales están bajo la lupa. La inseguridad lastra la recuperación económica y alimenta la desigualdad en los barrios más afectados por la pandemia: en un cÃrculo vicioso, las zonas deprimidas generan y sufren la violencia, que luego alcanza a otros barrios.
Los sectores progresistas y movimientos sociales, incluidas agrupaciones latinas, han mostrado su preocupación ante los planes y prioridades del alcalde Adams. Incomoda la recuperación de la polémica medida de "parar y cachear" ("stop-and-frisk" en inglés) y la restauración de las unidades policiales de civil.
Alex Vitale, profesor de la Universidad de Brooklyn y coordinador del Proyecto Justicia Policial y Social, difiere sobre la eficacia de las nuevas medidas. "El plan del alcalde carece casi por completo de evidencias para respaldar sus intervenciones de mano dura contra el crimen. Se basa en consignas polÃticas y corre el riesgo de recrear las condiciones que han dado lugar al Black Lives Matter. El riesgo de una excesiva intervención policial tiene ahora más vigilantes que nunca", advirtió.
Como metáfora del desorden en los barrios, la llamada teorÃa de ventanas rotas que vinculaba en los 80 el desorden y la falta de civismo dentro de una comunidad con la ocurrencia posterior de delitos graves, ha resurgido con Adams. En base a esta premisa, el ex alcalde Giuliani impuso un nuevo orden en Nueva York con más arrestos, más acoso y el uso de la policÃa para controlar el desorden.
Con Adams, los crÃticos ven un retorno a polÃticas del pasado en un contexto donde Nueva York ve los niveles más altos de personas sin hogar desde la gran depresión, con más de 120.000 personas viviendo en la calle.
Varios factores entrelazados explican los problemas de inseguridad. Los sin techo y la violencia en el metro son dos de los factores más visibles de la situación que hoy vive Nueva York, con un aumento de las agresiones, un 27% de incremento respecto al 2020.
Varios asesinatos han captado la atención mediática y obligado a dar respuesta por parte de las autoridades. El alcalde Adams y la gobernadora Hochul han anunciado conjuntamente crear un comité que ayude a aumentar la seguridad en el metro de la ciudad y mediante un equipo de policÃas, enfermeros y trabajadores de la salud mental actuar en ellos trenes subterráneos.
Van a ser alrededor de 30 equipos de policÃas, empleados del departamento de vivienda y de la salud mental que trabajarán en varias estaciones.
Asociaciones vecinales como la que representa Carmen Acosta en Washington Heights, han hecho demandas para garantizar la seguridad en el metro. Acosta señala que hay "mucha inseguridad, mucho miedo, mucha tensión. Uno no se puede ni siquiera descuidar un momento, ni un segundo. Hay que estar pendientes que alguien no te vaya a empujar".
Ser empujado a las vÃas es un miedo que ha resurgido con varios incidentes protagonizados por personas con problemas de salud mental, obligando a la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA) a poner en marcha un plan piloto para instalar mamparas transparentes en los andenes de tres estaciones. La MTA consideró esta propuesta en 2012 y de nuevo en 2016 debido al aumento de muertes en las vÃas del metro, el sistema de transporte más grande en Estados Unidos y que usan 5,5 millones de pasajeros en los dÃas laborables.
Acosta, quien ha presenciado varios incidentes cerca de su casa en la parada de la calle 168, también reconoce que " apoyó el incremento en seguridad 100% y que a su vez busquen donde acomodar a los desamparados. Porque de verdad necesitan ayuda... sà deberÃan, da pena y hay que buscarle un sitio donde ellos puedan estar",
Los distintos frentes en los que se manifiesta el aumento del crimen en la ciudad de Nueva York han creado una reacción ciudadana de preocupación, que contrasta con la posición del nuevo fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, quien enfrenta intensas crÃticas por la polÃtica suave ante el crimen.
Bragg recoge las demandas de injusticia racial en el sistema penal americano y intenta combatir desde el ámbito penal las consecuencias discriminatorias del perfil racial. Bragg llegó a enviar un memorando a los fiscales de su oficina diciéndoles, entre otras cosas, que pidieran a los jueces que enviaran a las personas a prisión solo por los delitos más graves.
El nuevo alcalde de Nueva York tiene la difÃcil tarea de resolver la escalada del crimen sin aplicar polÃticas demasiado conservadoras. Nueva York, de mayorÃa demócrata, confió en el afroamericano y su postura enfática con el cumplimiento de la ley, ganando las elecciones al hablar de reforma de la policÃa y no de quitarle fondos.
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