Nueva York se convertirá en la primera ciudad de Estados Unidos en implementar un salario mÃnimo para los trabajadores de entrega de alimentos, lo que requerirá que compañÃas como Uber Eats y DoorDash paguen a los conductores al menos $17.96 por hora, frente a los 7 dólares que están ganando actualmente sin contar propinas.
El anuncio que beneficia a los repartidores de alimentos en Nueva York ha sido recibido con entusiasmo tanto por los trabajadores como por los defensores de los derechos laborales. Además del salario mÃnimo, la nueva regulación establece una compensación adicional para gastos relacionados con el uso de bicicletas o vehÃculos motorizados para las entregas.
Unas 65,000 personas se dedican a repartir comida en Nueva York, muchos de ellos hispanos, quienes fueron esenciales durante la pandemia y lo confirman cada vez que hay una emergencia. La muestra más reciente fue la pasada semana ante los humos de los incendios de Canadá que cubrieron el cielo de la Gran Manzana y dispararon los pedidos de comida a domicilio. Los llamados 'deliveristas' salen a las calles cuando el resto de neoyorquinos se queda en casa y deben enfrentar múltiples peligros.
"Every day Uber and Lyft keep a million dollars that belong to the drivers"
Repartir comida en bicicleta es una de las formas más accesibles de ganarse la vida para los jóvenes migrantes sin papeles en Nueva York. Todos los dÃas deben lidiar con el tráfico, los pagos miserables y el miedo a la deportación. Los accidentes son frecuentes, y sólo el año pasado se registraron 11 muertes de repartidores por atropello. Si un auto lastima a un repartidor mientras está trabajando y el conductor es culpable, el repartidor puede demandar al chofer en un tribunal por su cuenta. Sin embargo, esto casi no sucede porque los repartidores indocumentados tienen miedo y están aislados.
Antonio SolÃs, de 36 años, es repartidor y forma parte del colectivo Los Deliveristas Unidos, dijo a LPO que muchos como él se ven obligados a no tomar dÃas libres para poder mandar dinero a sus familias en sus paÃses de origen.
"No tenemos esa opción", lamentó SolÃs. Otros repartidores esperan que la inclemencia del aire motive a los clientes a dejarles propinas. SolÃs dijo que, por lo general, se necesita un clima extremadamente malo para que los consumidores tengan ese nivel de generosidad. "Lo que he aprendido en todo este tiempo es que hay que lidiar con el mal tiempo para que haya más pedidos o más propinas", expuso. "Solo recibimos buenas propinas cuando llueve, cae nieve o hay otro tipo de mal tiempo".
La nueva regulación es considerada un importante hito para los derechos laborales de los repartidores de alimentos, pero ha sido criticada por parte de las empresas de entrega. Uber y DoorDash argumentan que la legislación obligará a aumentar los precios y reducir la flexibilidad de los horarios. Es parte de un debate que recién comienza porque los sindicatos mientras afirman que las plataformas están manipulando a los empleados para que testifiquen en contra de la medida.
El vocero de Uber, Josh Gold, salió a cuestionar directamente a la alcaldÃa de Nueva York. "No está siendo honesta con los repartidores y les están diciendo a las aplicaciones: elimine trabajos, desaliente las propinas, obligue a los mensajeros a ir más rápido y acepte más viajes; asà es cómo se pagará esto", afirmó. En la misma lÃnea, el portavoz de DoorDash, Eli Scheinholtz, dijo que la compañÃa está considerando litigar contra la ciudad por las nuevas reglas de pago.
La comisionada del Departamento de Consumo y Derechos Laborales, Vilda Vera Mayuga, fue la encargada de defender la iniciativa. Sostuvo que la nueva tarifa de pago mÃnimo asegurará que los deliveristas ganen un mejor salario diario y, al mismo tiempo, permitirá flexibilidad tanto para las aplicaciones como para los trabajadores. La comisionada añadió que garantizar que estos trabajadores ganen un salario digno es una cuestión de equidad. "Como todos los trabajadores, los repartidores merecen un pago justo por su trabajo y poder mantenerse a sà mismos y a sus seres queridos", remarcó.
Por su parte, el contralor de la ciudad, Brad Lander, se refirió a la regla como "diluida" y dijo que su oficina calculó que al trabajador promedio en realidad se le pagarÃa $12.69 por hora debido a lo que llamó "doble lenguaje regulatorio".
El alcalde de Nueva York, Eric Adams, dijo que el Departamento de Consumo deberá monitorear si las aplicaciones y otras empresas cumplen con el nuevo requisito. Además, afirmó que la nueva ley de salario mÃnimo de la ciudad está marcando la pauta en todo Estados Unidos.
"Nos estamos asegurando de que los trabajadores que impulsan este sector obtengan su parte justa. Hay trabajadores subcontratados que tienen que cubrir muchos gastos ellos mismos, pagando la bicicleta o el automóvil o las facturas médicas, si se enferman o se lastiman. Y se merecen un aumento", dijo.
Adams logra con esta medida dar un guiño a la comunidad latina y sienta precedente para más regulaciones similares en otras ciudades. Este tipo de acciones acercarán a los votantes latinos a iniciativas demócratas que buscarán capitalizar de cara a las elecciones presidenciales
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