Las comunidades latinas en Estados Unidos comparten el interés de progresar y aportar a la sociedad, pero hay diferencias notables entre diversos grupos étnicos y frente a la población blanca en el país, de acuerdo con una analista de la Institución de Análisis Económicos Brookings, Tonatzín Carmona.

Carmona dijo a LPO que en este periodo pre electoral es primordial que los latinos tengan en cuenta su diversidad económica para tomar decisiones políticas que convengan a todos por igual.

"Los legisladores, las organizaciones civiles, las instituciones, deben poner atención a los temas de los latinos, la riqueza, y la manera en que los latinos experimentan la riqueza en Estados Unidos, para beneficiar al país en conjunto", dijo Carmona.

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El ingreso promedio anual de los estadounidenses de raza blanca es de $188,200 dólares, mientras que el promedio para los latinos es de $36,100 dólares anuales. Pero las comunidades latinas están conformadas por una enorme diversidad en la que cada grupo y subgrupo experimenta la riqueza de distinta manera, de acuerdo con la especialista.

"Por ejemplo, mientras el ingreso promedio de los dominicanos es de $9,400 dólares anuales y el de los cubanos es de $92,700; los mexicanos tienen un ingreso promedio anual de unos $52,000 dólares", dijo Carmona.

El ingreso promedio anual de los estadounidenses de raza blanca es de $188,200 dólares, mientras que el promedio para los latinos es de $36,100 dólares anuales. Pero entre los hispanos, hay una enorme diversidad. 

Para la Institución Brookings, es importante considerar claramente todas las variantes para luego proponer el avance económico de la comunidad latina como un solo grupo ante otros colectivos arraigados en Estados Unidos.

"Esto es muy importante, pues se ha comprobado que si a los latinos les va bien, a Estados Unidos le va bien", declaró la analista, texana de nacimiento, y latina de quinta generación por parte de su padre y de tercera por parte de su madre.

Los latinos equivalen a uno de cada cinco estadounidenses, 62.5 millones de personas, según la proyección de este año. Van a ser el 22 por ciento de la población en el país dentro de cinco años y, con su crecimiento demográfico aumenta su poder adquisitivo, que ahora representa unos $2,800 millones de dólares anuales.

La analista que es experta en datos de la comunidad hispana agregó que a las diferencias de ingresos anuales se suman otras, como las oportunidades que tienen, dentro de una misma comunidad. No es igual la situación de los latinos que nacieron en el extranjero y son inmigrantes que la de los que vienen de familias que llevan varias generaciones en el país.

Carmona remarca que todos los latinos que están en Estados Unidos comparten el anhelo de progresar y de aportar. Sin embargo, dice, cada uno lo hace desde su historia migratoria. Ese es el punto de partida con muy distintas posibilidades.

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También, aunque es reconocida la aportación cultural diversa de las comunidades latinas, incluso en ese renglón hay diversidad dentro de cada grupo. La realidad de los inmigrantes y las personas de mayor edad contrasta con la de los latinos más jóvenes que viven su cultura de una manera no tan tradicional como sus mayores.

En un análisis en Brookings, Carmona dice que los latinos han sido uno de los grupos demográficos de más rápido crecimiento en los Estados Unidos durante décadas, pero remarca que las causas subyacentes de la brecha de riqueza entre las familias latinas y blancas a menudo se malinterpretan. Eso da como resultado, afirma, la priorización de soluciones programáticas de menor escala sobre políticas de mayor escala.

Para Carmona, las narrativas públicas sobre la condición económica de los latinos ponen demasiado énfasis en los comportamientos individuales del grupo, en lugar de factores estructurales como la discriminación, el racismo y la segregación.

Carmona dice que en consecuencia, hay una perspectiva que no es la ideal hacia los latinos. De acuerdo a su enfoque, los esfuerzos para abordar las disparidades en la riqueza tienden a concentrarse únicamente en corregir los comportamientos y la toma de decisiones de los latinos al proporcionar recursos de educación financiera. A su criterio, se trata de un abordaje insuficiente y debe ser combinado con soluciones de políticas para sortear las barreras sistémicas que, para empezar, impiden que los latinos generen riqueza.

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La analista explicó que toda esa diversidad no debe verse como un problema, sino como una fortaleza de los latinos en general en Estados Unidos. Pero lo que es ahora clave, de acuerdo con Carmona, es considerar toda esa diversidad para promover en el periodo pre electoral las mayores aspiraciones de los latinos y hacer que se reflejen en resultados electorales y en iniciativas legislativas. Unidos por el mismo déficit, la imposibilidad de advertir estas particularidades, los estrategas republicanos y demócratas deberían escucharla. 

"Por ejemplo la vivienda. Tener un hogar propio es una aspiración común para todas las comunidades latinas, y necesitamos legislación que proporcione acceso a la vivienda, pero considerando toda la gama de capacidades adquisitivas de los latinos en el país", dijo la analista.