Las elecciones en Colombia que terminaron con un triunfo del izquierdista Gustavo Petro abren un nuevo y desconocido capÃtulo entre la Casa Blanca y ese paÃs. El senador de la Florida Marco Rubio fue uno de los primeros en encender las luces de alerta. "Por estrecha que haya sido la victoria, EE.UU. ahora se enfrenta a una Colombia que no conocemos, una que será dirigida por alguien de la extrema izquierda, un ex-guerrillero miembro del M-19 con un enfoque abiertamente hostil hacia los esfuerzos conjuntos de Estados Unidos asà como hacia nuestros intereses en promover un hemisferio más próspero", afirmó.
"Los resultados de las elecciones del domingo plantean una gran preocupación para la comunidad colombo-americana de Florida, que ven de cerca cómo su amada patria cae presa a manos de un lÃder marxista", arremetió Rubio. "EE.UU. debe permanecer atento a que las instituciones de Colombia, su estado de derecho y la libertad de prensa no sean socavadas", aseguró.
Petro gana en segunda vuelta y se convierte en el primer presidente de izquierda en Colombia
El electo presidente del paÃs sudamericano tuvo este martes su primer contacto con Joe Biden durante una charla telefónica. "En el camino de una más intensa y normal relación diplomática he sostenido ahora una conversación muy amistosa con el presidente Biden de los EEUU. En sus palabras una relación más igualitaria en provecho de los dos pueblos", dijo Petro en su cuenta personal de Twitter.
Pero en Washington se abren las alertas por los temas más sensibles de la relación con ese paÃs como el financiamiento. El plan de gobierno del lÃder de la izquierda es ya conocido: prohibir nuevas exploraciones petroleras y alejarse de los combustibles fósiles, luchar contra la pobreza, implementar reformas agrÃcolas y aumentar los impuestos a los ricos.
En el frente de la polÃtica exterior, ha cuestionado varios de los principios clave de la relación del paÃs con la polÃtica exterior de Estados Unidos como la "guerra contra las drogas" y la idea de renegociar el tratado de libre comercio que ha estado vigente desde 2012.
Estados Unidos ha enviado USD 12.000 millones en ayuda a Colombia desde 2000 para apoyar la lucha contra el narcotráfico. Además, han financiado parte del éxodo venezolano hacia ese paÃs. Se calcula que el 40% de los seis millones de venezolanos desplazados que han dejado su paÃs huyendo del régimen de Maduro fueron a Colombia.
El temor del ala más conservadora del paÃs es que Petro, un ex lÃder guerrillero, cambie la polÃtica interna y el equilibrio de poder en América Latina, ya que se suma a una ola de triunfos de la izquierda en la región.
"Brasil podrÃa ser el próximo triunfo de los socialistas si Lula da Silva gana las elecciones de ese paÃs en octubre. Esto fortalecerÃa un bloque de izquierda cuyo sentimiento pro-Rusia y China y puntos de vista decididamente antagónicos contra los Estados Unidos deberÃan ser una preocupación para Biden y las futuras administraciones estadounidenses", dice un artÃculo publicado por Fox News, el house organ del Partido Republicano.
Joseph Humire, director ejecutivo del Centro para una Sociedad Libre y Segura advirtió a Fox que si bien "la administración Biden puede simpatizar con la agenda polÃtica izquierdista de Petro, Estados Unidos debe prestar mucha atención a cualquier posible acción autoritaria o esfuerzo del nuevo gobierno colombiano para desmantelar, secuestrar o polarizar las instituciones democráticas del paÃs bajo el pretexto de una reforma constitucional".
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