El impulso del presidente Biden para vender a los estadounidenses su historial económico se volvió más complicado. Los datos publicados recientemente mostraron que la economía del país se contrajo por primera vez desde 2020 durante los primeros tres meses del año a pesar de que muchas otras medidas de actividad económica se mantuvieron sólidas.

El producto interno bruto (PIB) cayó a un ritmo anual del 1,4 por ciento durante el primer trimestre, según la Oficina de Análisis Económico, marcando la primera contracción económica desde el año 2020. Un aumento en las importaciones y una disminución en las exportaciones restaron suficiente del PIB para impulsar el crecimiento.

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"La cifra principal del PIB no es realmente una buena representación de lo que sucede debajo del capó", dijo Andrew Hunter, economista senior de la firma de investigación Capital Economics, en una entrevista el jueves. "La razón por la que el crecimiento fue realmente negativo se debió casi en su totalidad a un aumento en las importaciones", que la Oficina de Análisis Económico resta de las cifras del PIB, explicó, "y eso refleja en parte la fortaleza de la demanda interna".

La alta inflación, los problemas de la cadena de suministro y la escasez de mano de obra ya habían afectado gravemente los índices de aprobación de Biden antes del informe del PIB, incluso después de que la economía agregara un récord de 6,4 millones de empleos y creciera un 5,7 por ciento durante su primer año en el cargo.

El senador republicano Kevin Brady junto al ex presidente Trump

Y a medida que la inflación alcanza máximos de cuatro décadas, un número creciente de votantes se ha vuelto contra el manejo de la economía por parte de Biden, según encuestas recientes. 

La inflación acelerada, una crisis laboral y el riesgo creciente de una recesión significativa son los fracasos económicos característicos de la administración Biden, y probablemente empeorarán. Esto es lo que sucede cuando un presidente atesora su impopular agenda socialista por encima de las necesidades de los trabajadores, las familias y las empresas comerciales estadounidenses

La caída en el crecimiento económico también abrió otra línea de ataque para los republicanos en su intento de llevar la insatisfacción económica a las mayorías en la Cámara y el Senado. "La inflación acelerada, una crisis laboral y el riesgo creciente de una recesión significativa son los fracasos económicos característicos de la administración Biden, y probablemente empeorarán", dijo el representante Kevin Brady (Republicano de Texas).

"Esto es lo que sucede cuando un presidente atesora su impopular agenda socialista por encima de las necesidades de los trabajadores, las familias y las empresas comerciales estadounidenses", agregó.

Si bien el crecimiento negativo del PIB suele ser una señal de que se avecina una recesión, la actividad económica general aún se mantuvo bien a principios de año. Los gastos de consumo personal, una medida del gasto del consumidor, aumentaron a una tasa anualizada del 2,7 por ciento en el primer trimestre. El gasto del consumidor en servicios aumentó un 4,3 por ciento y el gasto en bienes aumentó un 4,1 por ciento anualizado, incluso cuando los precios al consumidor aumentaron un 7 por ciento durante el año pasado.