El consejo de gobierno de la ciudad de Santa Ana, en el sur de California, inició un debate para determinar si a partir de las próximas elecciones permite que todos las personas en edad de votar participen en comicios locales, incluidos quienes no son ciudadanos, los residentes legales y los indocumentados.

El regidor Jonathan Hernández, uno de los impulsores de la idea, explicó que por un lado las personas en edad de votar son contribuyentes locales y también tienen aportaciones culturales y sociales. Además, dijo, permitirles votar les involucra en la vida cívica de Santa Ana, a unos 48 kilómetros al sur de Los Ángeles.

Al votar en comicios locales, los no ciudadanos participarían en la elección de los funcionarios de educación para sus hijos, de la seguridad pública que les afecta, en la inversión pública de recursos locales y en decisiones que se llevan a referendo, lo que incluye cambios a los códigos de la ciudad. Los latinos son el 76 por ciento de la ciudad de Santa Ana, de acuerdo con cifras de la Oficina del censo.

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Hernández calcula que el 24 por ciento de las personas en edad de votar no son ciudadanos. De ese total, algunos son residentes legales con interés de obtener la ciudadanía estadounidense, después de cinco años de residir con esa condición migratoria y sin tener antecedentes penales.

El regidor dice que ese 24 por ciento vive en la ciudad, trabaja y paga sus impuestos, con lo que ya participa en la vida social de Santa Ana. Por eso, propone que ese grupo poblacional tenga voz en las decisiones locales. Si el consejo de gobierno aprueba la propuesta, será presentada al electorado como proposición local en las boletas electorales de noviembre del 2024.

Los no ciudadanos participarían en la elección de los funcionarios de educación, de la seguridad pública, en la inversión pública de recursos locales y en decisiones que se llevan a referendo.

El consejo de gobierno que analiza la propuesta no tiene un solo miembro anglosajón. La alcaldesa, Valerie Amezcua y cinco de los seis regidores son latinos; el regidor restante es vietnamita, que es otra de las comunidades numerosas en la ciudad. El regidor Hernández dijo confiar en que el consejo aprobará su propuesta y que, de llevarse a los electores, también será aprobada.

Casi todos los residentes no ciudadanos estadounidenses de Santa Ana son familiares de ciudadanos, en su mayoría registrados para votar. "Si los no ciudadanos participan en las elecciones locales, aumentarían su compromiso de participación cívica, buscarían más abiertamente el bienestar colectivo en la ciudad", dijo el regidor Hernández.

La alcaldesa Valeria Amezcua, rodeada  de estudiantes latinos, durante una celebración de los últimos días. 

El funcionario electo explicó que los residentes no ciudadanos, legales o sin permiso, en Santa Ana ya participan localmente en una "tributación sin representación", es decir que aportan impuestos pero no participan en las decisiones acerca de cómo se usan esos impuestos. "Lo que queremos es promover sus derechos (electorales), es un paso en la dirección correcta", afirmó.

Una señora que se identificó como Consuelo Gómez dijo estar de acuerdo con la propuesta del regidor Hernández, especialmente en la idea de completar la obligación tributaria con el derecho a representación.

Gómez comentó que ella solo trabaja unas horas cada semana en limpieza de casas en el condado de Orange, pero a su hijo "le descuentan como el 30 por ciento de lo que gana, para impuestos. Yo no sé cuánto de ese total es para impuestos locales pero, cuando mi hijo estaba en la escuela, me hubiera gustado votar para elegir a los directivos de educación".

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Antonieta, ciudadana estadunidense, dijo por su parte estar en desacuerdo con la  propuesta. "Esto atenta contra la tradición y el derecho constitucional de que voten los ciudadanos, de otra manera cualquier día pueden venir a la ciudad cientos de electores no ciudadanos que cambien con sus votos las decisiones locales, sabrá Dios en favor de quién", opinó. Con ironía, la señora Antonieta se preguntó si después de eso pedirán que todos tengan pasaporte estadounidense.

Pero un ciudadano latino de Santa Ana que ha declarado para varios medios, Carlos Perea, dijo que ante cada propuesta como esta, surgen personas de derecha que tergiversan la información. Santa Ana fue en la década de los años 90 un bastión de grupos antiinmigrantes.

El consejo de gobierno que analiza la propuesta no tiene un solo miembro anglosajón. La alcaldesa, Valerie Amezcua y cinco de los seis regidores son latinos.

El experimento más reciente parecido a este proyecto se aprobó en el gobierno local de San Francisco el año pasado. El consejo de gobierno autorizó que los residentes no ciudadanos participaran en la elección de funcionarios locales de educación.

Solo se registraron unas cuantas docenas de personas, pero la iniciativa se detuvo por decisión de una corte que reiteró que los no ciudadanos tienen prohibido votar en Estados Unidos.