Gavin Newsom sabe que el precio de la gasolina es el problema más grave que enfrentan los californianos y que ese flanco débil ilusiona a los republicanos con una oportunidad histórica. Por eso, busca mostrarse ocupado en un tema para el que, hasta el momento, no encuentra solución. El gobernador de California está subido a una campaña contra las grandes petroleras que, según repite, están estafando a los habitantes de su estado. En ese punto, Newsom coincide con la línea que acaba de expresar Joe Biden a nivel nacional.
En su discurso de este miércoles, cuando anunció la liberación de 15 mil barriles de reservas de petróleo, Biden advirtió que las petroleras estaban canalizando las ganancias hacia los accionistas en lugar de aliviar el bolsillo de los consumidores a medida que disminuye el costo por barril. El presidente afirmó que deberían usar estas ganancias récord para impulsar la producción y "bajar el precio que cobra en la bomba para reflejar lo que paga por el producto", dijo Biden. Poco después, el gobernador Newsom salió a respaldarlo.
En el Estado demócrata, la discusión es candente. Mientras el gobernador quiere establecer un impuesto a las ganancias extraordinarias de la gasolina en California, la industria dice que es solo culpa del estado porque impone limitaciones y un grupo defensor de consumidores dice que el alto precio es simplemente especulación.
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El precio del combustible en California es el más caro en todo el país, y así ha sido desde la primavera, de acuerdo con la Asociación de Conductores Estadounidenses.
En California cuesta $6.15 en promedio el galón de gasolina; el precio promedio nacional es de $3.90, de acuerdo con la asociación. En algunas carreteras sin zonas urbanas cercanas, la gasolina alcanza los $7 en California.
El gobernador cuestiona al sector privado. Dice que, cuando los precios se dispararon en California, en los primeros meses del año, la industria energética lo atribuyó a que el precio del petróleo en el mercado internacional había subido por la invasión rusa a Ucrania. Sin embargo, apunta Newsom, los precios del petróleo crudo han bajado, pero las compañías de petróleo y gas han subido los precios en las gasolineras de California. "Aquí hay algo que no cuadra", afirmó el gobernador demócrata en los últimos días. "No nos vamos a quedar de brazos cruzados mientras las codiciosas compañías petroleras despluman a los californianos", agregó.
Newsom anunció que pedirá a la legislatura que desde el primer día que regrese a sesionar establezca un impuesto para garantizar que las ganancias excesivas se devuelvan para ayudar a millones de californianos que están siendo estafados.
La corporación Valero, energética texana, ha sido la primera en responder al gobernador con un comunicado. Allí, la compañía afirmó que los impulsores del mercado son la oferta y la demanda, que, junto con los costos y especificaciones impuestos por el gobierno, determinan el precio de mercado. En otras palabras, dice que, si la gasolina es cara en California, se debe a las decisiones que toma el gobierno.
"Las políticas de California han dificultado el aumento de la capacidad de refinación y han impedido que los proyectos de suministro reduzcan los costos operativos de las refinerías", dijo el vicepresidente de Valero, Scott Folwarcow. Además, sostuvo que imponer impuesto a las ganancias extraordinarias llevará a que la gasolina se venda aún más cara a los californianos.
"Agregar costos adicionales, en forma de nuevos impuestos o restricciones regulatorias, sólo ejercerá más presión sobre el mercado de combustibles y afectará negativamente a las refinerías. En última instancia, esos costos pasarán a los consumidores de California", advirtió el ejecutivo.
Pero el presidente de la mayor organización sin fines de lucro que defiende a los consumidores de California, incluso ante decisiones del gobierno, Jamie Court, de Consumer Watchdog, dijo que se trata simplemente de especulación.
La oficina de Court en Los Ángeles ha monitoreado por años los precios y los procesos de la gasolina. En su consideración, las refinerías en California son muy pocas y proporcionan cantidades que apenas cubren la demanda de gasolina en el estado, así que cuando alguna deja de producir, por pequeña que sea, provoca escasez y por lo tanto carestía.
La Junta para la Calidad del Aire de California informa que en el 2017 había 18 refinerías en el estado y a partir del 2020 hay 15. Al sacrificar tres refinerías, la industria genera un déficit permanente.
Pero, además, las corporaciones que venden la gasolina, como Valero, Shell, Chevron, establecen su precio promedio más alto que el de las gasolineras independientes. "Es la misma gasolina que llega de la misma refinería a un expendio de corporación y a uno independiente, pero el precio al público puede ser incluso de dólares por galón", sostuvo Court.
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El fiscal general de California, Rob Bonta, adelantó que investigará el asunto aun antes de que la legislatura decida si establece ese impuesto por ganancias extraordinarias. En la legislatura, la mayoría demócrata y las presidencias del senado y la cámara baja o asamblea han expresado que apoyan la iniciativa del gobernador.
"Mi oficina advirtió a las refinerías que no se aprovecharán de las continuas perturbaciones del mercado, y quiero ser claro nuevamente: la manipulación del mercado es ilegal. Mi oficina está monitoreando el mercado de cerca y no dudaremos en tomar medidas si encontramos evidencia de que se está violando la ley", declaró Bonta.
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