La funcionaria que tendrá a su cargo bajo el liderazgo de la alcaldesa Karen Bass aliviar la indigencia de unas 42,000 personas que hoy viven en las calles de Los Ángeles, Mercedes Márquez, sabe que su tarea no será facil. Márquez asume el cargo con una sensación ambigua: se declara motivada, pero también con tristeza y un "poquito" de vergüenza.
"Permitimos que el problema creciera hasta estas dimensiones. Dejamos que este problema se haga tan profundo", dijo Márquez, directora entrante del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano en Los Ángeles.
La indigencia es el asunto más crítico que actualmente enfrenta la ciudad, confirmó la funcionaria, y atenderlo va a necesitar de una combinación de estrategias que permitan involucrar al gobierno estatal, al sector privado y a las organizaciones comunitarias bajo la declaración de emergencia que decretó la alcaldesa Bass como primera acción de su gobierno.
Bass dijo que eligió a Márquez para el puesto por su experiencia en administraciones anteriores para fomentar la vivienda de los angelinos. El panorama que encuentra la primera alcaldesa afroamericana de la historia es preocupante. De 42,000 indigentes en la ciudad, el 44.5 por ciento de ellos son latinos. Se trata de 18,680 personas, de acuerdo con el conteo más reciente de la oficina de Autoridad de Servicios para Personas Sin Hogar de la ciudad de Los Ángeles. Peor aún, el conteo determinó que la indigencia se redujo entre el 2020 y 2022 entre todos los grupos étnicos, excepto entre los latinos, la comunidad en la que creció en 30 por ciento.
El condado no ha proporcionado estadísticas concretas de conteo, pero estima en términos generales que la cantidad de latinos que viven en las calles, también se aproxima el 45 por ciento. En total en el condado de Los Ángeles hay por lo menos 69,000 personas sin hogar. Según cifras oficiales, en todo el estado de California sobreviven sin hogar 173,800 indigentes.
De 42,000 indigentes en la ciudad, el 44.5 por ciento de ellos son latinos. Se trata de 18,680 personas, de acuerdo con el conteo más reciente de la oficina de Autoridad de Servicios para Personas Sin Hogar de la ciudad de Los Ángeles.
Un experto analista, el doctor en sociología Scott Myers de la Universidad Estatal de California, dijo que "no me sorprende que los latinos sean el grupo que más creció en la indigencia en los últimos años en California".
Explicó que decenas de miles de latinos tienen protecciones ante deportaciones pero sin ser ciudadanos estadounidenses o residentes legales en el país, son permisos renovables pero que se consideran temporales para permanecer en Estados Unidos. Pero con esa condición migratoria tienen prohibido recibir cualquier tipo de ayuda oficial, lo que se intensificó a lo largo de la pandemia por las reglas contra inmigrantes del gobierno de Donald Trump.
Trump prohibió que los inmigrantes recibieran ayuda y si la pedían, aun cuando se tratara de emergencias, se considerara una "carga pública", por lo que ya no se les renovarían permisos temporales de protección y serían deportados.
Lo mismo ocurría para residentes legales, quienes al recibir asistencia financiera por la pandemia el gobierno de Trump los consideraba carga pública, lo que les impediría eventualmente solicitar cambiar su condición migratoria de residencia legal a ciudadanía estadounidense.
Como los inmigrantes no tenían otra alternativa que trabajar, entre el 2020 y el 2021 las muertes por Covid entre latinos en Los Ángeles se dispararon en 1,000 por ciento, de acuerdo con cifras oficiales del Departamento de Salud. Con comunidades similares en número, los latinos enfermaban y morían tres veces más que los angelinos de raza blanca, quienes en su mayoría pudieron permanecer en casa y solicitar ayuda financiera por seguro de desempleo.
El estado de California ordenó que ningún inquilino debiera ser desalojado de su vivienda durante la pandemia pero pedía que quienes rentaban pagaran por lo menos 25 por ciento del total de renta y se comprometieran a saldar el resto cuando estuvieran en mejores condiciones económicas. Pero por la recesión de la pandemia, para muchas familias latinas incluso ese 25 por ciento fue demasiado y quedaron en la calle.
La alcaldesa Bass declaró en su primer acto público que la indigencia en Los Ángeles es una crisis humanitaria. "No aceptaré una crisis de personas sin hogar que aflige a más de 40,000 angelinos y que nos afecta a todos. Es una crisis humanitaria que cobra la vida de cinco personas todos los días", dijo Bass poco antes de firmar oficialmente la declaración de emergencia por indigencia.
La dirigente afroamericana afirmó que la declaración de emergencia "reconocerá la gravedad de nuestra crisis y abrirá nuevos caminos para maximizar nuestra capacidad de trasladar urgentemente a las personas a estar bajo techo, y hacerlo para siempre". Esa declaración, aseguró, también creará la estructura necesaria para una estrategia verdadera, unificada y en toda la ciudad para ponernos en el camino para resolver la falta de vivienda.
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