
En muy poco tiempo, la poderosa jefa de la Federación Laboral de California AFL-C Lorena Gonzalez, hizo un giro de 180 grados. La sindicalista latina sorprendió a todos con su decisión de contratar a un consultor de empresas.
González, que fue legisladora estatal y llegó a sonar como potencial congresista, contrató a su estratega político de toda la vida, Richie Ross, para que asesorara formalmente a la influyente AFL-CIO.
Ross es conocido por haber asesorado a las corporaciones más grandes del estado que gobierna el demócrata Gavin Newsom y haber participado en campañas antisindicales. En 2020, organizó el rechazo al aumento de impuestos a la propiedad de las grandes empresas que apuntaba a aumentar el financiamiento para escuelas y gobiernos locales.
El otoño pasado, la sindicalista había sugerido que los trabajadores debían armar una lista negra para los consultores que trabajan en contra de los sindicatos. Afirmó que a los consultores no se les puede pagar para que después de haber intentado destruir a los sindicatos se beneficien con el dinero de sus miembros. Ahora, acaba de hacer lo que criticaba con argumentos que no convencieron a nadie. La sindicalista explicó en una entrevista que la Federación Laboral tiene un proceso formal para incluir en la lista de "No Patrocinar" a determinados consultores y considero, que si alguno de los sindicatos quiere incluir a Ross en la lista, puede proponerlo.
El giro repentino de González generó diferentes reacciones en los circulos demócratas. Algunos consideran que es una incohencia imperdonable de su parte. Otros sospechan que el cambio de postura se debe al vinculo contractual que une a la sindicalista con el consultor.
En su rol de lobista profesional, Ross camina los pasillos del Capitolio de Sacramento y tiene una trayectoria que demuestra que sabe influir como pocos en los legisladores. En su historia se acumulan los antecedentes de haber trabajado para diferentes empresas en contra de las demandas de los sindicatos, actuó en defensa de la industria petrolera durante décadas y también fue consultor de la industria de bienes raíces. En 2020, enfrentó dos leyes que reclamaban los trabajadores en el Congreso y se paró en la vereda de enfrente de dos potencias sindicales, el Sindicato Internacional de Empleados de Servicios y la Asociación de Maestros de California.
Los demócratas que lo defienden sostienen que su profundo conocimiento institucional lo ha llevado a trabajar para gremios como United Farm Workers, la Federación Laboral del Condado de Los Ángeles, AFSCME, UNITE HERE, Enfermeras de California y varios legisladores de orientación sindical. Sin embargo, los críticos de Lorena Gonzalez afirman que no se puede confiar en alguien que trabaja para sectores opuestos porque trafica información y puede delatar a los sindicatos ante las corporaciones. Algo similar a lo que, se suponía, pensaba la propia jefa de la Federación Laboral cuando propuso armar una lista negra.
Al giro sorpresivo se suma un tema espinoso adicional que mencionó Político. Cuando la revista American Prospect informó en agosto que Minyon Moore, presidente de la Convención Nacional Demócrata, es director de una empresa que trabajaba para enemigos laborales como Lyft y Tenet Healthcare, González escribió en X: "Esto es asqueroso".
Su publicación fue eliminada más tarde, pero no antes de que llamara la atención de algunos demócratas de California. Moore es una de las mujeres negras más influyentes del partido. El consultor Ross es blanco. El comportamiento de Gonzalez sugiere que eso lo habilita para hacer lo que otros no pueden.
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