Apenas se recibió de ingeniero electromecánico, viajó a Miami para perfeccionar su inglés. Tenía 22 años. Edgardo Defortuna nació en Buenos Aires, pero creció en la provincia de Córdoba. El plan original era explorar el sur de Florida y volver a la Argentina. Pero su hoja de ruta se modificó sobre la marcha. La firma Fortune International Group acaba de cumplir cuadro décadas de vida en Miami. En el camino, la desarrolladora inmobiliaria construyó casi un millón de metros cuadrados, rediseñando para siempre el skyline de la ciudad. Y Defortuna se convirtió en un gigante del real estate en los Estados Unidos.
Con base en Miami, la empresa se especializa en las torres de lujo cercanas al mar, el río y la playa. Pero en una ciudad donde no abundan los terrenos libres, ese sello no es un dogma. Y ahora mismo la compañía está construyendo la torre Ora by Casa Tua, en el corazón del distrito financiero de Brickell. Se trata de un condominio con una particularidad. Cuenta con un sector de restaurantes, bares y zonas de espectáculos abierto al público, porque Defortuna considera que la experiencia traumática de la pandemia potenció el deseo colectivo de salir a la calle, de buscar conexiones y encuentros entre las personas. En paralelo, el Grupo avanza con las dos torres de 75 pisos tituladas St. Regis Residences en Sunny Isles Beach.
A esta altura de su carrera, al empresario argentino lo estimula mejorar el estilo de vida de sus clientes. "Claro que me gratifica cuando alguien me dice que compró un departamento nuestro en 2002 y lo vendió en 2010, ganando un gran porcentaje. Es importante. Pero me da mucha más satisfacción cuando una persona me dice que sus hijos y su familia disfrutan de lo que yo cree. Es lo que más me entusiasma", confiesa.
Defortuna recibe a LPO en una de sus oficinas ubicada en Brickell. Sin apuro ni asistentes que le tomen el tiempo a la entrevista, el fundador del Grupo reflexiona sobre la economía, las finanzas y la política tanto de Estados Unidos como del país en el que creció. "Me siento muy argentino todavía", aclara. Dice que la pandemia resultó paradójicamente beneficiosa para el desarrollo inmobiliario en Florida y enumera los tres desafíos que tiene Miami por delante. Se ilusiona con el rumbo de Javier Milei en la Argentina y confiesa su decepción con la oferta presidencial de los EE.UU. "Podríamos tener mejores candidatos", castiga por igual a Joe Biden y Donald Trump.
Ante la escasez de terrenos, ¿qué zonas no tan consolidades de Miami le resultan atractivas para el desarrollo inmobiliario?
Como nos gusta siempre trabajar sobre el agua o la playa, nos hemos movido hacia el norte en vez de movernos hacia el oeste. Entonces estamos desarrollando un proyecto en Pompano Beach, un área no tan reconocida, a pesar de que las playas son divinas y está solamente a menos de una hora de aquí. Obtuvimos un terreno sobre la playa cruzando la calle y otro sobre la bahía. Hicimos una torre con un beach club y otra con Marina que tuvieron un gran éxito. Nos enfocamos en eso. Estamos buscando potencialmente propiedades aún más al norte, pero que sigan con el ADN de lo que hacemos.
Con la tasa de interés alta, la inflación a la baja y mucha migración interna de gente pudiente a Miami, ¿cómo caracteriza este momento del real estate al sur de Florida?
No dejo de lado el problema sanitario y el dolor por la pérdida de tantas vidas, por supuesto. Pero si bien la pandemia parecía un factor negativo para Miami, en La Florida resultó muy positiva desde el punto de vista económico y de la demanda. La gente descubrió que en Florida podés vivir al aire libre, a pesar de estar aislado. Advirtió que ayuda mucho vivir en lugares como este, por el clima, por la situación geográfica. Además mucha gente se dio cuenta que podía vivir aquí y trabajar para cualquier lugar del mundo. Entonces atrajo no solo al público típico que teníamos, el inversor o comprador latinoamericano o europeo, sino también muchos compradores de Estados Unidos. Sobre todo, de zonas con un clima no tan benévolo o de estados que te cobran impuestos estatales sumados a los nacionales. Vivir en Florida es mucho más atractivo.
¿Hace la comparación especialmente con Nueva York y California?
Nueva York y California, básicamente. También, New Jersey, Connecticut, Chicago. Todos esos estados en que antes se podían deducir impuestos por las cargas nacionales, pero que desde la reforma de Trump no se pudo hacer más. Estos factores promovieron definitivamente el auge de Florida. Y no solo es cuestión del impuesto, sino la modalidad liberal que tienen muchos de los gobiernos de New York y California. La gente está un poco desilusionada de la libertad tal como se la aplica y comprende allí.
¿Se refiere a la crisis migratoria?
Es muy lindo esto de tener libertad, pero cuando la libertad es poner una carpa en el centro de la ciudad, instalarse ahí y que nadie te saque, realmente es un problema. Hoy Miami tiene menos de 1.000 personas homeless. Los Ángeles tiene 79.000, según datos de septiembre. San Francisco, 64000. Los Ángeles o San Francisco no son malas ciudades, pero en mi opinión están mal conducidas.
¿Le reconoce ese mérito al gobernador Ron DeSantis?
A DeSantis y al gran esfuerzo de las autoridades y las comunidades locales. Un poco en broma digo que no sólo en los gobiernos del resto del mundo, sino también otros gobiernos de los Estados Unidos parece que estuvieran empujando para que La Florida sea cada vez mejor. Si mirás en Latinoamérica, con la excepción de Argentina gracias a Dios, casi todos se fueron hacia la izquierda: Chile, Colombia, Perú, Brasil. Así, quienes normalmente miran al sur de La Florida ahora lo hacen aún más, porque la gente de buen nivel económico busca seguridades, busca inversiones alternativas que estén protegidas.
La migración interna y el renovado interés de latinoamericanos con buen nivel económico tiene una consecuencia: la inflación en Florida supera el promedio nacional. ¿Cómo lo ve?
En Miami o el sur de La Florida tenemos tres desafíos. Uno es poder tener casas para personas de medios y bajos ingresos. Como viene gente de mucho poder adquisitivo, se hacen productos para ese sector en vez de hacerlos de valores menores para que pueda acceder el empleado en general a tener su vivienda. Se han creado recientemente leyes interesantes para poder convertir propiedades comerciales como un Street Mall en propiedades residenciales que puedan tener la máxima densidad posible dentro del área de influencia.
¿Se refiere a la ley de Florida Live Local que da exenciones fiscales para los desarrollos que reserven unidades para viviendas populares?
Sí, eso te permite pasar de un Mall que tenga 6, 10 o 15 locales a poder tener un edificio de 30 o 40 pisos. Muchas de esas propiedades van a ser convertidas y requiere que tengas 40% de unidades que sean de bajo poder adquisitivo para los compradores o los inquilinos. Eso va a favorecer y solucionar un poco el problema que tenemos desde el punto de vista de vivienda de niveles accesibles. El segundo problema es el transporte. Con tanta migración, la gente se queja con toda la razón de que tenemos el tráfico cada vez peor. Y lamentablemente no tenemos un transporte público eficiente. No es fácil de hacer, pero mejorar el transporte público es muy importante.
¿Qué piensa de los proyectos para mejorar el transporte público que hay en danza en Miami?
Lo que se está planeando es expandir el tren que va ahora solamente a South Miami y convertirlo en un metro-mover. Pero lleva tiempo y mucha inversión. Y al principio crea más problemas que beneficios. La construcción genera un tráfico adicional.
¿Cuál es el tercer desafío urbano de la ciudad?
La educación. Muchos recién mudados son parejas jóvenes de alto nivel adquisitivo con hijos en edad escolar. La creación de nuevas escuelas, sobre todo de buen nivel, es otro desafío para Miami. Se están abriendo algunas escuelas importantes de Nueva York, pero no es un rubro fácil. Se requiere un terreno grande y bien ubicado. De acuerdo a nuestras posibilidades todos debemos poner un granito de arena para que esos problemas no se conviertan en situaciones insostenibles y que la gente se queje de lo caro, de que no tiene dónde poner a los chicos o que le lleva 2 horas ir y volver del trabajo.
¿En qué se va a convertir Miami en 20 a 25 años?
Espero que no se convierta en la locura que tienen algunas ciudades con los problemas que te mencionaba. Que no sean trasladados aquí. Pero, en mi opinión y obviamente no soy muy imparcial porque me encanta y amo este lugar, Miami ya se ha convertido en una de las ciudades más importantes del mundo. Y tiene un potencial tremendo para ser aún más importante en todos los aspectos. Por eso las mayores empresas del mundo se están trasladando o poniendo un pie importante en Miami. Estamos a la expectativa y queremos que el crecimiento evite lo que pasó en otros ciclos de Miami.
¿Qué pasó en otros ciclos de crecimiento de Miami?
Había mucho inversor. Subía y subía, pero caía de repente porque era mucho inversor especulativo, mucha gente extranjera moviéndose con volatilidad. Y si pasaba algo en el extranjero o si la percepción de la economía o del Gobierno de los Estados Unidos los asustaba, se paraba violentamente. Este ciclo es mucho más sólido. No hay gente que viene de vacaciones o que viene a especular. Hay muchas empresas y gente mudándose permanentemente. Hay actividad en los edificios de oficina, de retail, de entretenimiento, comida y arte. Eso genera actividad y la gente trae más gente. Creo que es un movimiento casi imparable. Pero tenemos que convertirlo en algo sostenible y con la infraestructura apropiada, porque si no en años te crea un problema.
¿Es optimista para que no sea una burbuja de crecimiento?
Soy muy optimista. Tanto en el gobierno como en los privados hay muchas iniciativas que ayudan a que sea sostenible. El crecimiento continúa y es muy estable. Es como en Nueva York o San Francisco en su momento. Había una necesidad real y no sólo una demanda especulativa. La inflación y las tasas siempre tienen su impacto. Pero en este caso el efecto es menor, porque hay una convergencia de tanta gente, fuerza y poder económico que lo hace mucho más sostenible.
¿El clima tan polarizado de la campaña presidencial puede influir de alguna forma en el marcado inmobiliario de Miami?
En general, el presidente o el partido en sí realmente tienen relativamente poca influencia en lo que pasa en la macro en el sur de La Florida. Lo que sí crea es incertidumbre y un estado de pausa en la gente, porque no es sólo la elección presidencial, sino el Senado y el Congreso. Y para implementar políticas radicales que cambien la dirección de la economía del país, se necesitan las tres patas alineadas. Pero pienso que el panorama en el Congreso va a quedar bastante similar, independientemente del resultado presidencial.
¿Qué piensa del menú presidencial reducido a Joe Biden o Donald Trump?
Es un poco triste que, con la capacidad y el nivel de personas que hay en Estados Unidos, tengamos dos candidatos que no sean ideales. Los dos están bastante mayores y no son un reflejo de lo que podría ser el liderazgo del país. Pero en nuestra actividad el impacto es un poco de pausa a ver qué pasa en noviembre. Se sigue construyendo y comprando, pero con más raciocinio y análisis. Por otro lado, la campaña hace que se gaste mucho dinero en promover una región. Hay ventajas y desventajas. Gane quien gane, los dos van a tener que empujar la economía y tratar de controlar la inflación.
¿Tiene alguna preferencia entre Biden o Trump?
Me gusta más la política económica republicana que la demócrata, pero desde el punto de vista de las personas realmente pienso que podríamos tener mejores candidatos.
¿Qué evaluación hace de la presidencia de Milei en sus primeros 100 días?
Es difícil evaluarlo, es muy corto plazo. Pienso que se necesitaba un cambio radical, y lamentablemente por la situación en la que estaba el país es difícil que el cambio no tenga costos muy significativos al principio. No es fácil de manejar. Admiro que Milei continúe con ese camino convencido. Lamentablemente, mucha gente a través de ese camino sigue sufriendo. Posiblemente la que más sufría sigue sufriendo aún más. Pero si no lo hacés es un poco más de lo mismo. Es continuar lo que por 30 o 40 años fue probado que no funciona.
¿Qué medidas de Milei lo entusiasman?
Eliminar gran parte del gasto público, balancear las cajas, promover la inversión local e internacional, y empujar más de libertad en todo sentido. Es muy difícil de discutir que eso no es lo mejor. Pero hay obstáculos de la gente a la que no le conviene. Y no es fácil. Además no tiene el aparato ni los legisladores para sancionar leyes. De todos modos, ha tenido internacionalmente bastante aceptación. Ojalá lo logre porque me siento muy argentino y me encantaría ver que tengamos éxito en algo además del fútbol. Si pudiéramos subirnos todos al mismo barco y empujar para adelante, independientemente de que nos guste más un jugador u otro, probablemente seríamos mucho más exitosos. En el fútbol sólo nos hacía falta ser campeón mundial. Quizás acá hace falta sólo llegar a ser reconocido entre algunos de los países más serios.
¿Qué diferencia de idiosincrasia percibe entre Argentina y Estados Unidos respecto a la política?
Quizás sea una cuestión cultural, algo que no te lo inculcan tanto desde chico en la escuela. Esto de amar a tu país y dar más de lo que sacas de él es una cosa muy creada en los Estados Unidos, que tenés que contribuir más de lo que le pedís o de lo que sacás. La famosa frase de Kennedy: "No me digas lo que el país tiene que hacer por vos, sino qué va a hacer vos por el país". Eso realmente la gente lo siente y lo vive acá.
Los abogados de Trump abren un bufete jurídico y de lobby en la Argentina de Milei
¿Considera que los dos desafíos principales que enfrenta Milei son la viabilidad social y la resistencia política a su plan?
Seguramente. No soy un súper entendido de lo que está pasando en lo político, pero desde afuera creo que esos son los dos desafíos mayores.
¿Milei se parece a Trump?
Quizá en temas políticos o ideológicos puede ser que se parezca un poco a Trump. Pero Trump tiene un gran problema. Su ego y su opinión personal es que le importan, más que el país en general. O sea, si las cosas le impactan a él personalmente se toma una decisión que a lo mejor no es la mejor para el país. En cambio, a Milei lo veo mucho más del pueblo. Se sube a un avión de línea, se saca fotos con todo el mundo y es más uno más de todos. Parece un tipo más normal en ese sentido, a pesar de que no parece normal en otros.
¿En qué no parece tan normal?
Quizás, y lo digo entre comillas porque no lo conozco, en la agresividad. Él piensa que lo que él dice es lo que tiene que ser y realmente está muy convencido. Pero en parte es la forma de lograr cosas. Si vos mismo no estás muy convencido de las ideologías y de lo que pensás, es muy difícil llevar a cabo las cosas.
¿Tiene contacto con alguien del gobierno de Milei?
No directo. Desde ya me gustaría. Tengo más contacto con gente cercana a Mauricio Macri. Mucho más que con Milei, aunque hoy son espacios un poquito parecidos. Pero no lo tengo, me gustaría tener un intercambio.
En Argentina usted tiene una sociedad con los hermanos Soldati en real estate. ¿Piensa profundizar sus inversiones bajo el gobierno de Milei?
Me encanta mirar a Argentina. Pero proyectos inmobiliarios como los que nos gustan hacer llevan mucho tiempo. Desde que analizás, comprás la tierra, empezás, terminás y podés retirar cualquier tipo de inversión pasan cuatro, seis, ocho años. Lamentablemente las reglas cambian tanto que empezás con un set de parámetros, por más bueno que sea Milei, y todo cambia cuando querés repatriar tu capital o resolver la parte impositiva. Y ya no es lo que vos pensaste. Me encantaría y estamos mirando alternativas, sí, definitivamente. No es fácil, porque lo haría con alguien local que sepa.
Hizo proyectos residenciales en Córdoba hace varios años...
Hice dos o tres. Si bien todo el mundo cuando va de Córdoba me dice que son los mejores proyectos residenciales de la provincia, yo hago la broma de que todavía estoy viendo cuándo recupero el primer dólar. Mucha fama, pero cero plata.
¿No le fue bien?
Es que no te puede ir bien. Me fue bien en las ventas y la construcción. Tirando números al azar, cuando aportaste un millón de dólares que en ese momento eran un millón de pesos. Cuatro años o cinco años más tarde las ventas fueron por diez millones de pesos, pero siguen siendo el mismo millón de dólares. Y cuando lo querés sacar tenés que pagar el impuesto por nueve millones de pesos, que es el 40%. Perdiste la mitad de la inversión. Eso no puede ser, no tiene sentido. Nunca vas a conseguir inversión extranjera si no hay ajuste por inflación, si no hay algún sistema mucho más racional de hacer las cosas. Sin contar que tenés que pasar por un montón de piruetas para conseguir permisos y aprobaciones. Es una forma muy distinta de hacer negocios. Lo haría de nuevo solamente con un muy buen socio local.
¿Es difícil que Argentina reciba grandes inversiones si no se estabiliza la macroeconomía y se libera el cepo?
Es muy difícil, salvo que esas grandes inversiones sean tan exclusivas desde el punto de vista del producto, como gas o como...
¿Litio?
Litio o lo que sea que no podés conseguir en ningún otro lado y potencialmente los márgenes sean tales que la gente se arriesgue. Pero en otros rubros más normales, como el mío, no es fácil convencer a alguien como yo de que vaya a hacer lo mismo que hace en Argentina.
Los argentinos se mantienen al tope de los inversores y figuran terceros en el ranking de búsquedas web para comprar propiedades en Miami. ¿Qué lo explica y notó algún cambio reciente en ese interés?
El argentino por muchos años fue enamorado de Miami. Le encanta venir, ya sea para vacacionar, trabajar, disfrutar. Pero la economía y el peso están tan deteriorados que cada vez bajan más los tickets del precio que el argentino medio puede comprar o invertir. Y la curva acá fue al revés: cada vez los precios son más altos. Entonces si bien se les hace un poco más difícil venir, el apetito y el amor siempre están. Lamentablemente muchos chicos jóvenes capaces e inteligentes trataron de emigrar. Es otra parte problemática del proceso de gobierno que pasó en años anteriores. Si no pudo emigrar a Estados Unidos, la juventud se fue a España, Portugal o donde lo admitieran y pudiera tener un panorama un poquito más claro. Por suerte sigue habiendo muchísimo talento y posibilidades de hacer en la Argentina.
Aliados a los hermanos Mas, dos magnates argentinos desembarcan en el negocio del rugby en Miami
¿Qué potencialidad económica le ve a la Argentina?
Desde el punto de vista tecnológico, por ejemplo, nosotros hicimos una alianza con la compañía Globant que está basada en Argentina. Trabajamos juntos en una plataforma basada en blockchain para permitirle a los inversores argentinos participar en nuestros proyectos con montos más pequeños. Y toda la parte de tecnología y programación la hacemos en Argentina, no solo porque es más barato, sino porque se hace muy bien. Hay un recurso humano muy capaz. Es una lástima que solo se pueda exportar.
También invirtió con los empresarios argentinos Marcos Galperín y Alejandro Macfarlane en un equipo de rugby, los recién debutados Sharks de Miami. ¿De qué se trata esa apuesta?
Todavía está en pañales, pero me encantó más que nada el grupo. Es divertidísimo. Soy fanático de River y me encanta el deporte en general. Era una combinación de traer otro equipo profesional a Miami, que es básicamente el único que le faltaba, y encima con un grupo de gente encabezada por Marcos Galperín, a quien realmente admiro. Estoy muy entusiasmado. Pero desde el punto de vista deportivo organizar algo así cuesta un montón de esfuerzo.
El rugby no es un deporte tan popular en Estados Unidos...
No, pero salvando las distancias, pasaba lo mismo diez o quince años atrás con el fútbol. Y la MLS hoy es un deporte que se mira mucho y tiene mucha fuerza. Con el rugby puede pasar algo similar en el largo plazo. Y ayuda a hacer una vida sana, deportiva y a promocionar a Miami. Es una inversión interesante y divertida.
¿Tuvo impacto la llegada de Lionel Messi en la economía de Miami?
Es difícil de medir y cuantificar el impacto económico. La popularidad de Messi es increíble. Viendo solo el punto de vista de los seguidores de Instagram que tenía Inter antes y después de su llegada, hoy es el equipo profesional del mundo con más seguidores. Y se logró en 7 meses, algo imposible de otra forma. La venta de camisetas, los viajes para ver los partidos, las suscripciones a Apple... Miami se mencionó en todos lados. Todo lo que toca Messi crea un interés muy especial.
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