Cambia todo cambia. Tal como adelantó LPO, el mayor fondo de inversión del mundo comenzó su incómodo giro hacia donde hoy calienta la política. Larry Fink, el CEO de BlackRock, se acercó a los republicanos en Texas para empezar una tenue transición en caso de que Donald Trump se convierta otra vez en presidente. El financista, que tiene un patrimonio personal de más de $1.000 millones, participó de una cumbre sobre energía en Houston convocada por el vicegobernador del estado, Dan Patrick.

Fink ensayó promesas y elogios hacia el estado gobernado por el trumpista Greg Abbott. Por un lado, se enmarca en el claro giro que está dando Fink -un demócrata confeso- que es usualmente atacado por varios referentes republicanos. Además, busca descomprimir una situación tirante desde que Texas incluyó a BlackRock en la lista negra por sus medidas para abandonar los combustibles fósiles.

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Sucede que Texas está a la vanguardia de los estados que restringen a sus fondos de pensiones públicos hacer negocios con BlackRock y otras firmas de Wall Street que han adoptado principios ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG). El mismo vicegobernador del estado contó que fue Fink quien se acercó a él para hacer la cumbre energética. 

Fink prometió que podría ayudar a Texas a conseguir $10.000 millones en inversiones privadas para fortalecer su red eléctrica. Y que más de 100 inversores que administran $2,2 billones asistieron a la cumbre energética de Texas

Dan Patrick (en el medio) junto a inversores en el foro en Texas

Houston Chronicle

Fink prometió que BlackRock podría ayudar a Texas a conseguir $10.000 millones en inversiones privadas para fortalecer su red eléctrica, después de que los episodios climáticos extremos de los últimos años dejaran a millones sin electricidad ni calefacción. Y sostuvo que más de 100 inversores que colectivamente administran alrededor de 2,2 billones de dólares asistieron a la cumbre y que esperaba que ayudaran a reforzar el sistema energético de Texas.

"BlackRock ha estado invirtiendo en Texas desde que abrimos nuestras puertas a finales de los años 80. Durante 35 años, el dinero de nuestros clientes ha crecido, en parte, porque Texas ha crecido. Y esa es una tendencia que esperamos que continúe durante los próximos 35 años", postuló Fink, en la Texas Power Grid Summit.

El fondo neoyorquino que maneja $9 billones en activos tiene una importante división de inversión en infraestructura, se ampliará adquiriendo la firma de capital privado Global Infrastructure Partners (GIP) por $12.500 millones. BlackRock invirtió más de $1.200 millones en energía de Texas, incluidas energías renovables y gas natural.

A través de sus fondos mutuos y de otro tipo, también tiene $125.000 millones en compañías energéticas que cotizan en bolsa con sede en Texas. Fink había dicho el año pasado que dejó de usar el término ESG, que abarca una variedad de prácticas comerciales éticamente responsables desde frenar las emisiones de carbono hasta combatir la discriminación en el lugar de trabajo, porque se ha convertido en un arma política. Sin embargo, BlackRock todavía administra algunos fondos centrados en ESG.

"Otro tema de gran preocupación es que Wall Street le dé la espalda a nuestra vital industria del petróleo y el gas y a los millones de texanos que dependen de ella. Nuestro objetivo era alentar a Wall Street a aumentar sus inversiones en combustibles fósiles de Texas y eliminar los requisitos ESG y DEI de cualquier negociación", recordó el vice de Abbott.

Y se mostró complacido con que BlackRock invite a inversores potenciales de Texas y de todo el país a Houston: "El objetivo es fortalecer nuestra red fomentando la construcción de plantas de gas natural, ya sea mediante inversión directa o aprovechando el plan de incentivos que aprobamos en 2023".

Pero le recordó a Fink lo obvio. "Mi postura sobre las políticas ambientales, sociales, de gobernanza (ESG) y de diversidad, equidad e inclusión (DEI) no ha cambiado ni cambiará. No deberían ser parte de ningún acuerdo de financiación en Texas. Aprecio a BlackRock, especialmente a Larry Fink, por traer una variedad de inversores. Texas es, desde cualquier punto de vista, el mejor lugar del planeta para invertir", remató el republicano.

AP

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BlackRock es una figura muy criticada por el ancho espectro de la política republicana, no solo por Trump o Abbott. DeSantis, que se bajó y apoya al ex presidente, ya en el 2022 retiró $2.000 millones que tenía su estado invertidos en BlackRock por las políticas de priorizar factores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Y acusó a este fondo de inversión de estar exacerbando el "wokismo". El excéntrico Vivek Ramaswamy, que ahora se postula para ser el vice de Trump, llamó a Fink "el rey del complejo industrial del wokismo". 

Fink ensayó promesas y elogios hacia el estado gobernado por Abbott. Se enmarca en el claro giro que está dando el ejecutivo en busca descomprimir una situación tirante desde que Texas incluyó a BlackRock en la lista negra por sus políticas ESG

El mismo CEO de BlackRock tuvo que salir hace un mes a publicar una carta en LinkedIn desmarcándose de las críticas, que se escuchan hace rato. Por un lado, negó que BlackRock estuviera disuadiendo de alguna manera a las compañías energéticas estadounidenses de perforar en busca de petróleo. 

Y dijo que los clientes de BlackRock han invertido más de 170.000 millones de dólares en empresas energéticas estadounidenses. También refutó que la firma estuviera persiguiendo una agenda ideológica. "La única agenda que tenemos es cumplir con nuestros clientes. Se nos ha confiado la administración de más activos que cualquier otra compañía en nuestra industria porque tenemos un historial de más de treinta años de administración de ahorros para la jubilación, y lo hacemos para 35 millones de estadounidenses en la actualidad. Estamos orgullosos de ese récord", publicó Fink.