
La histórica huelga del sindicato United Auto Workers que se inició la semana pasada en las tres grandes fábricas de Detroit se mantiene hasta el momento sin resolución, pero ya genera un impacto en la actividad económica. Mientras la secretaria del Tesoro Yanet Yellen afirmó que todavÃa no es posible precisar qué consecuencias traerá el conflicto en la economÃa de Estados Unidos, Elon Musk disfruta de la parálisis que afecta a la industria de vehÃculos convencionales y beneficia a los autos eléctricos.
El sindicato automotriz que dirige Shawn Fain reclama un aumento de salarios para hacer frente a la inflación y recuperar parte de lo perdido durante la gran crisis de 2008. Pero el conflicto se da en un contexto especÃfico, justo cuando los tres grandes fabricantes de automóviles de Detroit se están preparando para desafiar a Tesla en el mercado de vehÃculos eléctricos. Con ese argumento, los voceros de Ford, General Motors y Stellantis comenzaron a alertar que cumplir con la demanda salarial de los trabajadores generarÃa pérdidas millonarias en una ecuación rentable y funcionarÃa en la práctica como una ayuda para la compañÃa de Musk.
Las diferencias que existen entre unos y otros son elocuentes porque las fábricas de Tesla no tienen actividad sindical. Por eso, los voceros de los tres gigantes de Detroit advierten que aumentar los salarios de sus empleados ampliarÃa la brecha que los separa de Tesla en materia de costos laborales.
Una gran huelga automotriz en Detroit altera las campañas de Biden y Trump
Hasta el momento, el presidente de la UAW Shawn Fain rechazó un aumento salarial del 21% que propuso Stellantis y calificó la oferta de la empresa matriz de Jeep como exigua. Después de reunirse durante el fin de semana con Ford y GM, el poderoso sindicato automotriz reanudó en las últimas horas las negociaciones con Stellantis.
El conflicto que se inició el viernes pasado tiene a casi 13.000 trabajadores en huelga con un reclamo que, hasta el momento, se mantiene inamovible. Exigen aumentos salariales del 40%, jornadas reducidas y mejores prestaciones.
En una disputa llena de paradojas, el magnate libertario Elon Musk sea el gran beneficiado de la polÃtica de autos eléctricos que Joe Biden promueve desde la Casa Blanca y Donald Trump rechaza con todas sus fuerzas. Reconocido por su apoyo a las demandas de los trabajadores, Biden eludió hasta el momento hacer un explÃcito reconocimiento de que su polÃtica favorece a una empresa abiertamente antisindical como Tesla. La compañÃa de Musk lidera la transición hacia los vehÃculos eléctricos y, según cifras de Cox Automotive, en el segundo trimestre de 2023 representó nada menos que el 60 por ciento de las ventas de vehÃculos eléctricos nuevos en Estados Unidos.
Según publicó PolÃtico, una huelga prolongada podrÃa hacer naufragar dos de los planes de Ford, GM y Stellantis para atraer nuevos clientes. En primer lugar, lanzar nuevos modelos de vehÃculos eléctricos y en segundo lugar, lograr una baja de sus precios en busca de ganar una mayor porción del mercado.
Los voceros de Ford han sido en los últimos dÃas los más insistentes en apuntar contra Musk. Según los datos que difundió la compañÃa, si se tienen en cuenta salarios y beneficios, sus costos laborales ya son un 25 por ciento más altos que los de Tesla. En ese escenario, y siempre según las cifras que aportó la empresa, otorgar el aumento salarial que reclama el sindicato UAW, ampliarÃa esa brecha hasta el 67 por ciento, lo cual volverÃa inviable el negocio de la compañÃa.
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