Dylan Corbett es el director ejecutivo de Hope Border Institute / Instituto Fronterizo Esperanza (HOPE), que promueve el desarrollo y crecimiento de las comunidades en la frontera entre México y Estados Unidos. La organización congrega a líderes locales, comunidades de fe, abogados y legisladores para generar transformaciones y construir solidaridad en la frontera. Además, Corbett es consultor en Migraciones, funcionario de la Sección Migrantes y Refugiados del Vaticano, y participó de la iniciativa antipobreza Poverty USAS-CCHD. En entrevista exclusiva con LPO, habló sobre la situación en la frontera México-Estados Unidos y las políticas que allí se llevan a cabo.

¿Cómo es el trabajo en la frontera?

Las políticas siempre están cambiando, porque están muchas veces sujetas a los intereses políticos en la capital y un poco complicadas por las políticas a nivel nacional. Y también por estar en Texas tenemos la situación de la política local. Hay muchas políticas a nivel estatal que también afectan la realidad de la frontera, de los migrantes. De hecho, se va a implementar otra ley que va a permitir a los policías locales de Texas la aplicación de las políticas migratorias. En la práctica, van a poder deportar directamente a personas, van a poder dejar a las personas ahí en la frontera, personas que sospechan están aquí ilegalmente. Lo complicado es que las cosas siempre están cambiando. Los flujos también. Hay momentos de llegadas fuertes y momentos cuando el flujo no lo es tanto. Entonces, con los flujos, las leyes, las políticas, la política en general aquí en los Estados Unidos a nivel federal y también a nivel estatal, es una situación bastante compleja y siempre cambiante.

Antes se hablaba de crisis humanitarias, ahora usted habla de "catástrofe humanitaria".

Sí, otra cosa que tenemos aquí en Texas es que el gobernador (Greg Abbott) tiene su propio plan de migración, que es verdaderamente brutal. Incluye la construcción de muros, que ya empezó. Ahorita también en la legislatura hay planes para construir más muros, físicos, pero también hemos visto que están militarizando el río, poniendo obstáculos en el río para dificultar el cruce. Y ya hemos tenido situaciones en estos últimos meses en que mucha gente ha muerto, inclusive niños, debido a estas nuevas medidas. Han puesto alambre de púa, que ha lastimado a muchas personas intentando cruzar la frontera, y también hemos tenido situaciones de muerte. Desde mayo, aquí en El Paso, hemos tenido más muertes que en cualquier otro año. Es decir, el índice de mortalidad ya fue sobrepasado. Y eso es debido a las políticas del gobernador, pero también a políticas federales. Hay muchas personas que están esperando entrar en el país, que no tienen otra opción que usar el río, cruzar la frontera, el desierto. Cuando tienes esas políticas a nivel federal y también a nivel estatal, la situación es bastante letal para muchas personas.

La organización tiene diferentes programas, todos destinados al cuidado de los migrantes. ¿Tienen o tuvieron problemas, obstáculos o cuestionamientos por estas actividades?

Hemos tenido este tipo de tensiones, sin duda. Prefiero no entrar detalladamente sobre esa cuestión, porque durante el gobierno de Trump, sin duda hubo conflicto, dificultades. Este gobierno no ha mejorado algunas cosas. Por ejemplo, ha otorgado a muchas personas de Haití, de Nicaragua, de Cuba, de otros países, la posibilidad de tener una visa para entrar, o al menos parole para entrar en Estados Unidos por motivos humanitarios. Hay programas de reunificación familiar ahorita con países como Ecuador. Entonces, ha habido muchas iniciativas. Sin embargo, aquí en la frontera todavía tenemos la prohibición de tránsito de asilo y otras cosas que obligan a los migrantes a esperar en México. Estamos tratando de incidir para mejorar las políticas.

"The American dream is increasingly difficult, and more and more an illusion"

¿Esta prohibición depende del gobierno nacional o del gobierno estatal?

Lastimosamente, de los dos. Por eso siempre estamos trabajando un poco a contracorriente.

El gobernador Abbot tiene un plan de migración verdaderamente brutal, que incluye la construcción de muros  y están militarizando el río para dificultar el cruce. 

Justamente en la organización hablan de un reseteo de las prioridades. ¿Qué puede ofrecerle El Paso a las otras ciudades que tienen que lidiar con situaciones que no conocen o no son tan comunes como las que ustedes reciben todo el tiempo?

Sí, creo que las comunidades fronterizas tenemos mucha experiencia al respecto y muchas lecciones aprendidas que podemos compartir, muchas buenas prácticas. El espíritu de colaboración que tenemos aquí entre sociedad civil, gobierno, iglesias, es muy bueno y nos permite trabajar juntos, enfrentar las situaciones difíciles cuando las hay. Y tenemos mucha experiencia en recibir a las personas, pero lo que es más importante ahorita, sobre todo durante este momento político en Estados Unidos en que muchos están sembrando miedo, como por ejemplo el gobernador y otros actores, otros políticos inclusive, están diciendo que tenemos que tener miedo a los migrantes. Yo creo que esa es la gran diferencia, la lección más importante que podemos ofrecer. Es decir, no tenemos que tenerles miedo, los migrantes llegan y son seres humanos, quieren lo mismo que nosotros, quieren trabajar, contribuir, ayudar a sus familias, quieren tener, criar a sus niños con seguridad y ofrecerles mejores oportunidades. Eso es lo que queremos todos. Y esta es una comunidad mayormente migrante. Más del 82% somos mexicano-americanos. Un cuarto de nuestra población nació en el extranjero. Pero somos una comunidad vibrante, tenemos una economía que funciona, tenemos oportunidades, diversidad, somos una comunidad segura. Entonces, sabemos que la migración enriquece. Y si cambiamos un poco esa actitud y vemos a los migrantes no como amenaza, sino como una invitación a la solidaridad, podemos beneficiarnos todos.

Dylan Corbett

En septiembre las organizaciones y albergues hicieron sonar las alarmas ante la incapacidad de atender a los aproximadamente 1200 migrantes que eran liberados a diario por el gobierno federal.

Sí, aunque la situación ahora es mucho más tranquila, no está tan desbordada como en septiembre. Y aunque sí hay momentos difíciles, y aunque va a haber momentos difíciles, te aseguro que en el futuro, la verdad es que toda la comunidad está haciendo mucho para recibir a los migrantes. Muchas veces los medios se enfocan en los momentos difíciles - y los hay, sin duda. Pero la mayor parte del tiempo la comunidad tiene muchos recursos, puede contar con muchas organizaciones, muchas iniciativas, tanto del gobierno como de la sociedad civil y las comunidades de fe. Es un trabajo que realizamos para recibir con dignidad, con humanidad a los migrantes. Y cada vez tenemos más recursos, más organizaciones. Entonces, aunque sí hay momentos difíciles - seguramente los habrá -, también es importante destacar el trabajo que se hace todos los días para recibir a los migrantes y que se hace sin controversia. Es algo que hemos hecho aquí en esta comunidad desde hace muchos años y que vamos a seguir haciendo a pesar de la situación.

La gran lección que podemos ofrecer dede El Paso es que no tenemos que tenerles miedo a los migrantes. Llegan y son seres humanos, quieren lo mismo que nosotros, quieren trabajar, criar a sus niños con seguridad y ofrecerles mejores oportunidades.  

Urgieron a las autoridades de El Paso para la construcción de un migrant processing center permanente. Ahora que es una realidad, ¿cómo funciona?

Sí, existe un centro de acogida a nivel del condado, a nivel del gobierno local, que recibe a muchos migrantes después de ser procesados por las autoridades federales, es decir, la Patrulla Fronteriza. Y es una iniciativa que tiene poco tiempo, menos de dos años, y está funcionando muy bien, ayudando a los migrantes a viajar a sus comunidades de destino después de pasar por la Patrulla Fronteriza. La mayoría de los migrantes tiene familiares, amigos, tienen planes para llegar a otras comunidades en los Estados Unidos. Casi nadie se queda acá.

"Immigrants keep coming, and the fight is not over because the challenges are still monumental"

El Paso es tradicionalmente hospitalaria, pero el gobernador Abbott fleta a los migrantes a ciudades como Denver, Chicago, Nueva York. ¿Por qué nunca se quedan en El Paso?

Sí, hay que destacar que esos programas de transporte del gobierno no son la misma cosa. Cuando estamos hablando del condado, acá por ejemplo, está ayudando a los migrantes, es otra iniciativa, otro esfuerzo del gobierno, no es la misma cosa. La mayoría de los migrantes va a otros lugares, tiene amigos o familiares. Hay una población, un porcentaje de la comunidad sudamericana, la mayoría son venezolanos, que cuando llegan no saben adónde ir, porque no hemos tenido mucha migración de Venezuela, no hay muchas comunidades en Estados Unidos que ya estén establecidas. Pero sí saben que tienen compatriotas en Nueva York, Chicago u otras ciudades. Llegan ahí buscando trabajo, una oportunidad. Ahora bien, lo que está haciendo el gobernador tiene un fin, un propósito político claro que es sembrar caos. El transporte que realiza Abbott se hace a propósito sin coordinar con las comunidades de destino, sin coordinación con Nueva York, sin coordinación con Washington, sin coordinación con Chicago. Entonces, no resuelve nada, no ayuda, sólo genera conflictos, confusión y caos. Los migrantes son las víctimas en estas circunstancias, porque no saben nada de la política estadounidense y muchas veces pueden aprovechar ese transporte para llegar a otras comunidades donde esperan encontrar trabajo, una acogida, aunque a veces no es así, en casi la totalidad de los casos los migrantes son víctimas de esta estrategia política.

¿Y qué hacen en las otras localidades cuando llegan estas personas en estas condiciones, sin haber sido algo arreglado?

Es un poco caótico, porque no saben qué van a encontrar cuando lleguen. Y hay muchas dificultades, hay que decirlo, en comunidades como Nueva York y Chicago. Hay esfuerzos, hay comunidades que también se están organizando para recibir a las personas con dignidad. Lo que sucede es que muchas veces esta población no puede trabajar porque, lastimosamente, nuestro sistema es muy anticuado. Los migrantes que llegan y quieren trabajar, pero tienen que esperar a veces hasta un año o más para recibir autorización para hacerlo. El sistema está fallando, la verdad, porque nosotros en Estados Unidos tenemos muchas necesidades a nivel laboral, muchos vacíos a nivel de la economía. Necesitamos más trabajadores, los estudios nos dicen eso. Cada vez más necesitamos más trabajadores. Y estamos también pagando las consecuencias de muchos años cuando, durante el gobierno anterior, no permitimos a los migrantes entrar. Los sectores de la agricultura, hoteles y restaurantes, construcción necesitan trabajadores. Sin embargo, no estamos permitiendo a esta población trabajar. Y ellos están sufriendo mucho. El gobierno ha hecho algunas iniciativas para agilizar este proceso, por ejemplo, otorgando a una buena parte de la población venezolana TPS (Estatus de Protección Temporal), pero los que están llegando ahora no se beneficiarán de TPS. Entonces no tenemos una solución a largo plazo. Los migrantes tienen muchas ganas de trabajar, de integrarse, de ser parte de una comunidad, de ayudar a sus familias. Sin embargo, el sistema no les permite hacer eso con mucha facilidad. Entonces necesitamos cambios políticos. Son once, doce millones de personas sin documentos que viven todo el día sin poder integrarse completamente en nuestra sociedad.

¿Cómo interpreta la visita de Elon Musk a la frontera?

Muchas personas llegan aquí a la frontera. Muchos actores vienen acá con motivos políticos. Otra vez, con ese propósito de sembrar miedo. Y creo que este fue otro ejemplo más. Me quedé muy decepcionado, porque sembró la imagen de caos aquí en la frontera, cuando la verdad es que no es así. A pesar de los retos y dificultades, no es así. Y al fin y al cabo fue simplemente para eso, para provocar otra vez miedo. Y eso a su vez genera una respuesta política xenofóbica. No diría nada más allá de eso.

¿Pero la actividad de Elon Musk en el sur de Texas estaba relacionada directamente con una cuestión política?

Sí, yo diría que sí, sin duda. Es decir, manipular, o sea, también es una manipulación de la realidad, fue una manipulación de la situación, pero es una manipulación deshumanizadora, porque mostró a los migrantes en sus momentos máximos de vulnerabilidad para difundir esa imagen de caos por motivos políticos que generan reacciones represivas y xenofóbicas. Entonces, ese miedo también genera odio. Hemos visto aquí en El Paso, cuando permitimos eso, permitimos esa esa retórica xenofóbica, racista, de miedo, genera reacciones que provocan la muerte, provocan violencia, provocan respuestas violentas. Entonces, me da mucho coraje, pero no diría nada más por qué. Para mí fue un espectáculo cruel y sin sentido. No diría nada más.

Me quedé muy decepcionado con la visita de Elon Musk, porque sembró la imagen de caos aquí en la frontera, cuando la verdad es que no es así. A pesar de los retos y dificultades, no es así. 

¿Cree que las políticas públicas del estado de Texas son las más duras en cuanto a migración?

Sí, creo que sí. El gobernador ha tomado la batuta, digamos, en cuanto a las políticas represivas contra los migrantes y aprovecha la situación difícil aquí en la frontera. Pero por motivos políticos. Lastimosamente, la derecha aquí en Estados Unidos ha visto que generar miedo va a tener cierto éxito político. Aunque el gobernador haya optado por esa estrategia política, esa línea xenófoba y racista, no creo que sea sostenible a largo plazo. Ojalá haya un cambio de rumbo. El gobernador también es una persona de fe. Ojalá que tenga un momento de conciencia y se dé cuenta de todo el daño que está provocando.

¿Cómo evalúa el Operation Lone Star de Greg Abbott?

El Operation Lone Star es el proyecto del gobernador que abarca muchas cosas, pero efectivamente es el programa de militarización aquí de la frontera Texas-México e incluye desplegar muchos policías estatales. Incluye también la construcción del muro, también ese aspecto de poner obstáculos en el río para que no puedan cruzar. Y estamos hablando de miles de millones de dólares. Es absurdo también porque las comunidades fronterizas en Texas, comparadas con otras en Texas, son comunidades de bajos recursos. Entonces, podríamos invertir ese dinero en cosas diferentes, educación, desarrollo de oportunidades de trabajo, etc. Es un gran gasto de recursos para el ciudadano de Texas militarizar la frontera y tener presencia masiva de policías estatales aquí.

¿Y el Asylum Ban de Joe Biden?

La prohibición de tránsito de asilo de Biden es una política que implementó después de Título 42, y obliga a los migrantes que llegan a la frontera a esperar muchas veces en México. A veces son periodos de espera muy largos y mientras están vulnerables a situaciones difíciles de explotación. Es una postura mayormente en contra de los solicitantes de asilo, permite al gobierno expulsar a muchas personas. No es la mejor política, es una política migratoria que no funciona. Hemos hablado mucho de los migrantes aquí en El Paso, pero hay que destacar que hay miles y miles de migrantes en México esperando a causa de esta política de Biden. Necesitamos un cambio para tener un sistema más humano, más humanitario para recibir a los más vulnerables.

¿Cómo evalúa la posición de la administración Biden respecto de la situación en Gaza y el apoyo al Estado de Israel?

Las fronteras pueden ser lugares de tensiones, de conflicto. Eso es lo que más nos preocupa, por ejemplo, cuando estamos hablando de las políticas del gobernador, que está creando conflictos no necesarios aquí en la frontera, militarizándola contra un país que es nuestro vecino. Pero las fronteras también pueden ser lugares de encuentro, de crecimiento. Eso es lo que nosotros vivimos en lo cotidiano en lugares como El Paso y Ciudad Juárez, que la frontera es un lugar que nos une, donde compartimos cultura, donde hay enlaces culturales y familiares que nos unen. Hay que trabajar por una cultura en donde las fronteras sean así. Lastimosamente, hemos visto en el caso de Israel que la frontera se ha convertido en un lugar de odio, de miedo, y deberíamos trabajar para una solución al conflicto, pero este gobierno ha respaldado completamente la postura muy bélica de parte de Israel. Y ese apoyo incondicional ha permitido una respuesta desenfrenada que ha afectado a la comunidad, a los civiles sin discriminación. Hemos visto más muertes en Gaza en estas semanas de conflicto que en dos años de conflicto en Ucrania. Por supuesto, Israel tiene derecho a proteger su población. Sin embargo, hemos visto que el gobierno de Biden, con su respaldo total, ha facilitado una respuesta que ha impactado de una manera desenfrenada a la comunidad civil y ha provocado muchas muertes. Es inaceptable. Es su momento difícil, claro, y el terrorismo no es aceptable. Sin embargo, no podemos permitir respuestas que desproporcionadamente afectan a los civiles. Necesitamos otra solución, la militar simplemente no sirve tampoco en este conflicto. Y el gobierno de los Estados Unidos debería presionar mucho al gobierno de Israel para que cambie su postura, porque está afectando desproporcionadamente a los civiles. Necesitamos un cambio de rumbo y pensar en cómo apoyamos a Israel.