Mauricio Macri se rindió y avaló el proyecto de ley que le pone fuertes restricciones al Gobierno para tomar deuda externa, impulsado por el peronismo del Senado tras la sanción del acuerdo con los holdouts.

En el tercer intento, las comisiones de Economía y Presupuesto consiguieron quórum pero no por los legisladores de Cambiemos, que recién entraron al Salón Illia cuando el plenario había comenzado. La clava para arrancar fue el massista Roberto Basualdo.

Esta vez sí estuvo el tucumano José Alperovich, pero volvió a faltar el santiagueño Gerardo Zamora, ya un aliado macrista. 

Recién ubicado en su sillón, Julio Cobos, que había estado en contacto permanente con el secretario de Hacienda Gustavo Marconato, manifestó que el oficialismo avalaría el proyecto tras lograr varias modificaciones en la reunión de asesores de ayer.

Fue una jugada inteligente, porque con el aval de todo el FpV y de otros opositores el proyecto iba a aprobarse de cualquier manera y era mejor meter mano. Aunque el plan A del Gobierno fue y sigue siendo bloquearlo.

Uno de los cambios que logró Cobos fue exceptuar de cualquier control a la deuda emitida en organismos internacionales integrados por el país, como el Banco Mundial o el BID. Bien podría ser el FMI.

Además, las refinanciaciones de deuda no necesitarán aval parlamentario si se logran condiciones mejores, un cambio que no fue aceptado por la misionera del FpV Sandra Giménez y por eso tendrá dictamen propio. La acompañó en el repudio la formoseña Garciela de la Rosa.

Así está el Congreso por estos días: nadie controla nadie y todo sale por un consenso milimétrico. De hecho, este proyecto se siguió modificando en el plenario, cuando la santacruceña Ester Labado exigió un retoque para no apoyar, de rebote, el acuerdo con los holdouts que rechazó con furia en el recinto.

El resto del texto establece límites precisos a Macri para endeudarse. Su primer artículo es claro: “Las entidades de la Administración Nacional no podrán realizar operaciones de crédito público sin previa autorización por ley Específica del Congreso Nacional sancionada al efecto en forma concomitante y simultánea con la Ley de Presupuesto de la Administración Nacional”.

Además de detallar montos, plazos y tasas, el presidente deberá anticipar una “eventual prórroga de la jurisdicción para los instrumentos que lo puedan requerir”, un tema que claramente irritó al Gobierno, que por estas horas auspicia un road show para emitir deuda en New York.

“Creo que en este punto el Congreso se excede, porque las plazas para endeudarse son New York, Tokio y Londres”, se quejó la cordobesa Laura Rodríguez Machado, jefa del bloque PRO. "No era oportuno tratar esto ahora", se lamentó más tarde la radical tucumana Silvia Elías de Pérez. Ninguna parecía haber llegado dispuesta a firmar un dictamen. 

El salteño Rodolfo Urtubey aclaró con énfasis que también están incluidas las empresas del Estado Aerolíneas e YPF, que fue un atajo este año cuando tomó 1000 millones de dólares de deuda. Si el proyecto se sanciona, para repetir esa operación deberá detallarse en una ley que también estará adosada al presupuesto.

Allí, según este proyecto, habría que constatar “el plan anual financiero y de endeudamiento de las empresas y sociedades del estado y los fondos fiduciarios del Estado”; “la autorización a la administración central para otorgar avales, fianzas o garantías de cualquier naturaleza a empresas y sociedades del estado y los fondos fiduciarios del estado” y “la eventual prórroga de la jurisdicción para los instrumentos que lo puedan requerir”.

Otra excepción conseguida por Cobos fue para “las entidades públicas financieras y el Banco Central”, que en diciembre captó 5000 millones dólares.

Federico Pinedo, el otro senador del PRO presente, no emitió una sola palabra. Su próxima misión, tal vez, sea demorar todo lo posible este tema.