La crisis global del petróleo que está en mínimos históricos rondando los u$s 30 dólares el barril, pegó de lleno en la producción del Golfo San Jorge, Chubut, donde se extrae la variedad de crudo pesado Escalante que es básicamente de exportación, porque el país no tienen suficiente capacidad instalada para procesarlo.

En los últimos años el Estado subsidió el precio del barril para abastecimiento interno y compensó las diferencias con el precio internacional, para asegurar los puestos de trabajo y el abastecimiento. No ocurrió lo mismo con las empresas que exportan a las que se les hace económicamente inviable continuar la actividad con el barril a u$s 30. Pasa lo mismo en muchos lugares del mundo: Es Estados Unidos hubo reducciones drásticas de personal con decenas de miles de trabajadores en la calle.

Ayer hubo una cumbre convocada por el gobierno nacional y liderada por los ministro de Energía, Juan José Aranguren y de Trabajo, Jorge Triaca, a la que asistieron la provincia de Chubut y los sindicatos y las empresas que explotan los yacimientos en el Golfo San Jorge.

"Nos vamos más contentos que en otras reuniones y con la posibilidad concreta de una solución en el corto plazo", afirmó el gobernador de Chubut, Mario das Neves, al retirarse de la reunión que se realizó en las oficinas del Ministerio de Interior, encabezada por el titular del área, Rogelio Frigerio, y el ministro de Trabajo, Jorge Triaca. De acá al lunes próximo, el gobierno mantendrá reuniones con las operadoras privadas para acercar posiciones, y luego definir con las autoridades provinciales y el sindicato de petroleros, una salida a la crisis en base a una propuesta para "todos los sectores aporten".

Acá es la perinola, acá ponen todos, nosotros ponemos plata, inversión, dijo Carlos Bulgheroni, titular de la firma Pan American Energy que explota el Golfo San Jorge.

En este sentido, el empresario Carlos Bulgheroni, presidente de Pan American Energy (PAE) que tiene la concesión del Golfo San Jorge, afirmó que "es un tema complejo" pero reconoció que se está en "camino a solucionarlo. Creo que en los próximos días la solución va a estar al alcance de las manos; acá es la perinola, acá ponen todos, nosotros ponemos plata, inversión", afirmó. 

PAE tuvo que dar vacaciones a unos 3000 trabajadores, golpeado por la crisis.

Das Neves coincidió con Bulgheroni: "Es la perinola, todos ponen, el Estado nacional, las operadoras, y nosotros haremos el aporte con los gremios y lo que podamos aportar dentro de nuestras posibilidades".

Pero la visión optimista de Das Neves no fue compartida por el secretario General de los petroleros de Chubut, Jorge Avila, quien calificó el encuentro como "muy duro, muy tenso" y agregó que todavía "soluciones no hay". Avila criticó al gobierno nacional porque "hay un sector que es duro y que no quiere ceder", en referencia al ministro de Energía, Juan José Aranguren, que es el ex presidente de Shell argentina.

El gobierno debería destinar unos u$s 500 millones pasa subsidiar la diferencia del precio del petróleo para que la actividad en el Golfo San Jorge siga siendo rentable y no peligren los puestos de trabajo.

Por su parte el líder del Sindicato de Petroleros Jerárquicos de la Patagonia Austral, José Llugdar, advirtió que en caso de tomar acciones de fuerza (a nivel nacional), en el sector industrial la falta de gas o petróleo  "sin ninguna duda" se sentiría y estimó que ante una acción sindical "las plantas regasificadoras no van a poder sustituir" la producción de Chubut para abastecer plantas industriales de Bahía Blanca y de todo el interior del país. Avila descartó la posibilidad de que su sindicato realice un paro por el momento.

Por último, y en diálogo con los periodistas acreditados en Casa Rosada, Das Neves reveló que se reunió también con el jefe de Gabinete, Marcos Peña: "Ya debe estar en conocimiento el presidente, esperemos que se resuelva, hay todo un pueblo, una provincia detrás de esto".

Los números en juego 

En Argentina el desplome del precio del petróleo no tuvo un impacto masivo porque durante el gobierno de Cristina Kirchner, mediante las resoluciones 14/2015 y 33/2015, el crudo de consumo local quedó subsididado con precios de US$ 63 a US$ 77. A la vez se fijaron US$ 6 de estímulo a la exportación del crudo. En ese entonces el crudo aun no perforaba la barrera de los US$ 40.

Con el nuevo gobierno y el petróleo en caída libre, el actual ministro de Energía, Juan José Aranguren, negoció una reducción de estos precios subsidiados que pasaron a ir desde US$ 54,90 a US$ 63,50 por barril. Pero el precio había caído por debajo de los US$35 por lo que el monto a subsidiar no se redujo sustancialmente. No obstante, los tres dólares de subsidio a la exportación del crudo no son suficientes para mantener la producción a flote. Además con los impuestos y el pago de regalías, a las empresas les quedan cerca de US$ 23 por barril.

Por eso las tres operadoras grandes en la región, YPF, Tecpetrol y Pan American Energy (PAE), decidieron ralentar la explotación hasta que el precio repunte y en el caso de PAE dieron vacaciones a sus trabajadores para frenar sus actividades sin causar despidos. Mientras que Tecpetrol de Techint directamente los despidió y por eso el Ministerio de Trabajo le impuso una conciliación obligatoria. Son casi 5.000 puestos de trabajo en cuestión.

Como pudo saber LPO, de los 69 equipos de torre que tiene la industria en la provincia, 51 están parados. 18 dependen de YPF y, de estos, solo 4 están en "stand-by", lo que representa unos 300 trabajadores de las empresas de servicios que YPF contrata para hacer perforaciones y work-over. 41 de esos equipos dependen de PAE y están todos momentáneamente paralizados.

La empresa de los Bulgheroni es una de las majors del país y exporta el 84% del total de crudo que exporta la Argentina.

Tecpetrol exporta la totalidad de su producción y a este precio no cubre los costos, por lo que su situación es tal vez más extrema, pese a que solo exporta el 12,58% del crudo del país y tiene el 4% de los equipos activos. Y en último lugar queda Petrobrás, que ya anunció su interés en vender sus activos en el país, en línea con su política de contracción mundial.

Por su parte, YPF es la mejor parada porque exporta menos del 10% de su producción de crudo y destina casi el total del crudo pesado a su refinería de La Plata, la única en el país capaz de procesar Escalante. Sin embargo, es la principal petrolera del país y tiene interés en que se llegue a un acuerdo en el conflicto en breve. Los trabajadores del sector amenazan con paralizar la producción de todo el país, lo que para la petrolera de bandera significaría pérdidas millonarias. 

El intendente de Comodoro Rivadavia, Carlos Linares, y el gobernador Das Neves temen por la paz social. Por eso hace una semana elevaron un documento al Ejecutivo nacional. La movilización de cerca de 20.000 petroleros de la semana pasada tuvo buen cauce por la buena voluntad de todos. No hay fuerzas de seguridad suficientes en la provincia para encausar esa cantidad de manifestantes en caso de que algún grupo optara por causar disturbios y la marcha se desmadrara. Para la próxima movilización, Ávila adelantó que esperan multiplicar los participantes invitando a las familias.

Para dimensionar los montos en juego, Das Neves señaló que la pérdida anual que le genera a la provincia este precio del crudo en concepto de regalías es del orden de "los 80 millones de dólares" y aclaró que es muy difícil proveer educación y salud sin ingresos.

El Estado Nacional tampoco está bien parado frente a esta negociación. Estimaciones propias indican que con los actuales precios y a los subsidios convenidos, para el Estado el subsidio al petróleo de consumo interno ronda el 1,12% del PBI, unos 60 mil millones de pesos al año.

Dado que el déficit fiscal creciente es difícilmente sostenible como indicó el mismo ministro de Hacienda Alfonso Prat-Gay, el gobierno va a quitar el subsidio a la energía eléctrica y el gas para ahorrarse una suma muy similar, el 1,5% del PBI. 

YPF puede aportar una solución muy parcial. Para el tercer trimestre de este año planea inaugurar una planta de procesamiento del escalante conocido como "coke". YPF, según su vocero, no estaría en condiciones de autoabastecer la planta, por lo que podría comprar la mitad de la producción de Tecpetrol y evitar su cierre. De todos modos, esa solución no llegaría por los próximos 7 meses.

No les estamos pidiendo que nos subsidien toda la vida. Lo que les estamos diciendo es que nos ayuden en este momento que creemos que va a ser difícil, afirmó Avila.

"No les estamos pidiendo que nos subsidien toda la vida. Lo que les estamos diciendo es que nos ayuden en este momento que creemos que va a ser difícil", aclaró Ávila. El sindicalista sabe bien que el subsidio a la producción le saldría más caro al gobierno nacional que simplemente subsidiar a los trabajadores. Por eso antes del encuentro, Ávila sostuvo que "no hay muchas alternativas" y agregó que en el caso de no llegar a un acuerdo "dejaremos el petróleo y el gas bajo tierra hasta que esto mejore y tengamos una mejor oportunidad para sacarlo".

Para Ávila, la posición de Aranguren es en exceso rígida. Hoy a radio 10 dijo "la única manera de arreglarlo es que el Gobierno entienda que tiene que ayudarnos" y "Que el Ministerio actúe como un ministerio y no como un grupo de CEO. Nosotros siempre le hemos dado una mano al Gobierno nacional".