“Si sigue traficando declaraciones tan poco felices no va a poder ser ni candidato a intendente”, afirmó con cierta frustración un importante dirigente del peronismo bonaerense, que quiere bien al diputado Martín Insaurralde.

La frase concreta, hoy difundida por radio por la periodista de Perfil Marina Abiuso, que fue quien le preguntó porqué se mudó a Puerto Madero, dice textualmente: “Fue por dos cosas: Uno por el tema de la inseguridad porque ella (su novia, Jesica Cirio) estaba en Palermo y tenía bastantes temores; y segundo, también, porque es un lugar intermedio cuando vamos y venimos a Lomas (de Zamora)”.

Es decir, nunca dijo la frase: “Me mudé a Puerto Medro por la inseguridad”, como le atribuyeron.

Sin embargo, la frase no deja de ser desafortunada y poco solidaria –al menos para los vecinos de Palermo- y empaña el excelente momento político que vive el ex intendente de Lomas de Zamora.

“Yo mido 30 puntos”, se floreó en una de las últimas reuniones que mantuvo con diputados de la bancada kirchnerista. Y más allá del número, lo cierto es que en todos los sectores del peronismo bonaerense –incluido el massismo-, reconocen que hoy es el candidato a gobernador mejor posicionado en las encuestas.

“Martín esta diez sobre diez con Scioli”, afirman en La Plata, donde se jactan de una realidad: “Massa no tienen ningún candidato a gobernador que se le acerque”.

Esto hoy es tan cierto, como la enorme distancia temporal que falta hasta las elecciones de octubre del año próximo. Un lapso en el que todos los posicionamientos pueden cambiar, varias veces.

De hecho, Insaurralde mantiene una línea directa con Massa, con quien se mostró en el verano en el Museo de Arte Moderno del Tigre, junto a su novia Jesica Cirio, en una foto que le arruinó la digestión a los kirchneristas más recalcitrantes.

Si bien hoy Insaurralde reconoce que su idea es ser el candidato de Scioli, es obvio que esto estará atado a la evolución en las encuestas del gobernador.

La posibilidad de su pase al massimo el año que viene –sí o sólo sí a Scioli le va muy mal-, queda latente, para inquietud de los hombres y mujeres del Frente Renovador que ya empezaron a calzarse el traje de candidatos a gobernador: Darío Giustozzi, Joaquín de la Torre y Mónica López.

Otro vector importante en el futuro político de Insaurralde es la actitud que tome la Casa Rosada. Lanzado a la escena nacional por Cristina Kirchner, por una de esas incomprensibles actitudes del kirchnerismo, justo cuando había que capitalizar toda la inversión realizada en posicionarlo –la que hoy le permite ser el candidato a gobernador que más mide-, decidieron hostigarlo y negarle todo rol relevante en la Cámara de Diputados.

Si bien hasta ahora Insaurralde aguantó con paciencia los destratos del núcleo duro del kirchnerismo, no está claro que esto sea eterno, más cuando los dos dirigentes con más proyección y votos del peronismo, se lo disputan –por ahora- en silencio.