Amenazaron a Juan tapia, el changarín que destapó el escándalo por irregularidades en el pago de compensaciones en la Oficina Nacional de Contro Comercial Agropecuario (ONCCA).

"Dejá de hablar boludeces"; "No firmes ni hables nada", y una más dura: "Así pones en riesgo a tu familia", lo intimidaron por teléfono apenas pasadas las 5 de la madrugada, informó el diario Clarín.

El changarín desocupado Juan Tapia, el hombre al que le prometieron una ayuda por desempleo y al que la ONCCA le depositó casi un millón de pesos en su cuenta bancaria, bajo la figura de un subsidio para un inexistente feed lot, se encerró ayer en su humilde casa con su familia y ya no quiso ver a nadie más. Dice que tiene miedo y que está muy asustado.

Después de las amenazas anónimas que sufrió por teléfono, también a la mañana, volvió a recibir la visita intimidatoria de uno de los hombres que le propuso cobrar el subsidio por desempleo y terminó por embrollarlo en un escándalo de corrupción millonario. Con Clarín habló pasado el mediodía: "Tengo miedo, ahora uno no sabe quién es quién y tampoco qué hacer", decía.

A media mañana atendió a algunos periodistas, pero excusándose de hablar. "No me filme, entienda que esta es una situación difícil", lo grabó igual el cronista de una radio que se acercó hasta su casa en el puerto, sobre la calle Vertiz. Al canal de cable TN le dijo: "El banco tiene las cámaras y van a ver que yo nunca toqué la plata; que la justicia vea y proteja a mi familia". Después, Tapia corrió las cortinas de su casa y desoyó cada vez que se lo llamó al timbre de calle.

Es en el puerto donde en las últimas semanas, de rumorearse en sus calles y sus bares, la propuesta del cobro del engañoso subsidio se convirtió en bulla. "Se sabía que estaban buscando pinches", dijo a Clarín una fuente que alguna vez trató a Sergio Paleo, el hombre del ONCCA que fue secretario de Recursos Turísticos de la comuna marplatense, hace dos años. "El gordo Paleo anda buscando gente", se hablaba, según la fuente.

Hace más de un año que a Paleo no se lo ve en la ciudad; tiene una casa en el barrio Divino Rostro, cerquita de Los Troncos. En la ONCCA, el contador Paleo estaba a cargo del pago de compensaciones a empresas de alimentos, por 3.600 millones de pesos.

Relacionado con el contador marplatense estaría José Luis Aguilar, el titular de la camioneta Ford Ranger gris claro con vidrios polarizados a la que Tapia, cuando sospechó una maniobra en el banco, le tomó el número de patente: AJJ 017. En esa camioneta viajaban los hombres que lo llevaron a Tapia a cobrar al banco, el 7 de septiembre. A él le dieron mil pesos y ellos vaciaron la cuenta: la ONCCA depositó más de 964 mil pesos. Aunque sin confirmar, una versión indicaba ayer que Aguilar sería un hombre vinculado a algún gremio portuario.

Entre mates y conjeturas, Tapia y sus familiares acordaron para hoy una salida. "Si no pasa nada, vamos", dicen. Irían a la sucursal del Banco Nación en Libertad y Dorrego, en La Perla, la misma donde a instancias de dos conocidos que identifica como "Toto Sosa" y "Cacho Rúa" lo acompañaron para abrir una cuenta bancaria (antes lo llevaron a certificar firmas a una escribanía de San Martín y San Luis); va a buscar el corte de hoja, como llaman al resumen de los últimos movimientos de la cuenta que, sabe, registra un saldo 4,90 pesos a favor.

Sus hijos mayores -tiene 5, el menor (13) está discapacitado- visitaron una abogada también del puerto, donde Tapia vive y hace changas de fileteado de pescado o de albañilería.

Por el momento, la abogada les sugirió que no hicieran denuncias. Sin embargo, aclaró a Clarín, nervioso, uno de los hijos, "si hay más aprietes nos vamos para la fiscalía".