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Bankman-Fried, el estafador perfecto que paga para que el casino de las bitcoins siga andando
Declarado culpable en Nueva York, al cerebro de FTX le espera una condena de más de 100 años. Dos investigaciones recientes explican cuál es el secreto del entorno crypto.

Declarado culpable de siete cargos de fraude y conspiración, el empresario de las criptomonedas Sam Bankman-Fried se enfrenta a una posible condena centenaria. El juez que preside el proceso judicial, Lewis A. Kaplan, se expedirá sobre la sentencia de Bankman-Fried, de 31 años, en marzo.

El juicio que duró poco más de un mes y capturó la atención de la prensa mundial motivó incluso dos libros: uno, Going Infinite [Al infinito] del reconocido escritor de no ficción cientificista Michael Lewis (también autor de Moneyball, The Big Short, y Flash Boys) y Number Go Up [Número sube arriba] del periodista Zeke Faux. La pirámide especulativa que motivó las comparaciones entre Bankman-Fried y empresarios como Mark Zuckerberg y financistas de la talla de Warren Buffett colapsó y dejó en evidencia la escueta e irrisoria promesa de las criptomonedas.

El colapso de FTX y Alameda, que desembocó en el veredicto que Bankman-Fried recibió hace escasos días en la Corte de Nueva York, es representativo de un entorno ‘Crypto' atravesado hasta la médula por el fraude.

Con su propia criptomoneda, el creador del ChatGPT se enfoca en el tercer mundo 

La primera criptomoneda, Bitcoin, fue lanzada en 2008 por el programador anónimo Satoshi Nakamoto. Aunque la tecnología subyacente, la blockchain -en términos abreviados, un listado de transacciones compartido entre una multitud de servidores-aparentaba ser una innovación transformadora como la Internet o las redes sociales, sus aplicaciones hasta el momento han sido limitadas en desarrollo y pírricas en su utilidad y rentabilidad.

Como cuenta Faux-cuyo libro es más crítico que el de Lewis- tras graduarse del MIT, Bankman-Fried obtuvo una pasantía en la compañía financiera Jane Street Capital, donde aprendió a implementar métodos computacionales de vanguardia para extraer márgenes de mercados financieros. En 2017, fundó un fondo de inversión especializado en el intercambio de criptomonedas llamado Alameda Research.

Especializado en el intercambio de criptomonedas, Alameda obtuvo entre $10 y $30 millones aprovechando diferencias de precio en el bitcoin que existían entre Japón y EEUU. No obstante, dada la desconfianza del sistema financiero convencional en el bitcoin, la pequeña compañía se vio obligada a organizar una serie de transferencias entre bancos de diversos países. Esta sería la primera, pero no la última, de las operaciones que llevaría a cabo Bankman-Fried dentro de los grises de la ley. Para principios de 2019, Alameda se había visto obligada a mover su base de operaciones a Hong Kong, dada la dificultad de lograr que el sistema bancario de EEUU les permitiese operar con criptomonedas, las cuales eran consideradas bienes especulativos e inestables.

El colapso de FTX y Alameda, que desembocó en el veredicto que Bankman-Fried recibió hace escasos días en la Corte de Nueva York, es representativo de un entorno ‘Crypto' atravesado hasta la médula por el fraude.

Bankman-Fried y sus colaboradores pronto entendieron que para poder crecer su proyecto precisaba ensamblar un ‘intercambio' de criptomonedas, en esencia una plataforma que facilita las transferencias mediante la blockchain y ofrece intereses a quienes depositan sus criptomonedas a cambio del cobro de comisiones en sus operaciones.

FTX, el exchange que fundaría Bankman-Fried junto con sus colaboradores en 2019, se posicionaría como el segundo en el mundo por volumen de transacciones. En sucesivas rondas de financiamiento e inversión privada, recibiría cientos de millones de dólares ($420.69 millones en su primera ronda). El intercambio que administra el mayor volumen de transacciones es Binance, fundado en 2017 por un programador sino-canadiense.

Para Faux, FTX al igual que Binance y otros intercambios, no son más que "casinos" en los que se puede apostar por la suba y baja de las criptomonedas en el futuro. De hecho, las criptomonedas han tenido una historia despareja, marcada por burbujas especulativas que ocasionan aumentos impredecibles y caídas estrepitosas junto con ubicuas operaciones fraudulentas al margen de la ley.

Bankman-Fried, el estafador perfecto que paga para que el casino de las bitcoins siga andando

Las dos burbujas más notorias ocurrieron en el 2017, con su colapso correspondiente al año siguiente, y en 2020, con un consiguiente colapso en 2022. Entre las estafas y esquemas ilícitos o especulativos más notorios del mundo cripto, se encuentra el videojuego Axie Infinity, cuyos usuarios (principalmente de procedencia filipina) obtenían criptomonedas al jugar; y los NFTs (Non-Fungible Tokens), una tecnología que permitía indicar la propiedad de archivos digitales mediante la blockchain. NFTs produjo una multitud de emprendimientos que comerciaban ilustraciones digitales a precios multimillonarios hasta que su inutilidad quedó en evidencia y sus precios cayeron de manera estrepitosa.

Si bien SBF es un protagonista clave del libro de Faux, quien se desempeña como periodista investigativo para Bloomberg, Number Go Up toma una visión de mayor amplitud y se concentra principalmente en las llamadas "stablecoins": criptomonedas cuyo valor debería ser estable y, en su mayoría, estar vinculado a alguna moneda ‘fiat' como el dólar estadounidense o el euro. Estas cumplen la función clave de vincular los sistemas monetarios, y sus emisores alegan una correspondencia del 1:1 entre el volumen de las monedas y el capital que las respalda.

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La más célebre stablecoin, llamada Tether y emitida por la compañía del mismo nombre, tiene un valor de un dólar, y llegó a un techo de circulación de alrededor de $84 mil millones. Así se convirtió en la criptomoneda más intercambiada del mundo tras superar a Bitcoin en el 2019. Sin embargo, el número de criptomonedas solo parece subir, y las llamadas ‘shitcoins'-monedas de escasa capitalización con frecuencia asociadas a distintas estafas-abundan dada la facilidad de lanzar una ICO (‘initial coin offering') y la dependencia en instituciones bancarias escasamente reguladas.

La resistencia de los sistemas bancarios convencionales a aceptar el uso de criptomonedas motivó a países como Las Bahamas o El Salvador a establecer marcos regulatorios amigables al difuso mundo ‘crypto'.

Para Faux, FTX al igual que Binance y otros intercambios, no son más que "casinos" en los que se puede apostar por la suba y baja de las criptomonedas en el futuro.

FTX movería su centro operativo a un multimillonario complejo en Nassau antes de colapsar, y la gran mayoría de sus clientes no serían ciudadanos estadounidenses, dadas las restricciones impuestas por el sistema bancario del país. Dicho colapso inició luego de que el portal de noticias financieras Bloomberg reportara que FTX y Alameda Research parecían tener una relación económica problemática por su proximidad.

Alameda, según Bankman-Fried luego le confirmaría a Faux, tenía permiso de operar dentro del intercambio FTX con mayor holgura que cualquier otro cliente, e incluso de girar en descubierto miles de millones de dólares: eso es, con fondos que no eran propios sino que habían depositados en FTX por clientes. 

Esto constituye, bajo cualquier marco regulatorio, un comportamiento fraudulento semejante a un esquema de Ponzi: Bankman-Fried financió las inversiones de una compañía (Alameda) que comerciaba dentro de la plataforma de otra de sus firmas (FTX) con dinero que no era suyo. Esto le permitió simular un nivel ficticio de actividad en FTX y así subir la valuación bursátil de ambas compañías al duplicar el dinero real que administraban. Además, siendo las comisiones por transacción la principal fuente de ingresos de FTX, este giro en descubierto elevó artificialmente los ingresos de FTX y Alameda.

La más célebre stablecoin, Tether, tiene un valor de un dólar, y llegó a un techo de circulación de alrededor de $84 mil millones. Así superó a Bitcoin y se convirtió en la criptomoneda más intercambiada del mundo. 

Tras una de muchas corridas en todo el mercado cripto y el colapso de varias otras compañías de cripto -la mayor de ellas Celsius, una billetera de criptomonedas de colapsó a mediados de 2022-, la capacidad de FTX de completar los retiros de sus clientes fue puesta en duda. El mayor competidor de FTX, Binance, primero aceptó y luego se negó a financiar a la compañía que se vio obligada a declararse en bancarrota en noviembre de 2022, cuando sus activos en Bahamas y el resto del mundo fueron congelados. Bankman-Fried junto a sus colaboradores más próximos fueron arrestados y extraditados a EEUU en diciembre.

La culpabilidad de Bankman-Fried se vio confirmada cuando sus tres colaboradores más cercanos-la CEO de Alameda y su expareja, Caroline Ellison; su brillante mejor amigo, Gary Wang; y el ingeniero Nishad Singh-decidieron colaborar con la justicia a cambio de sentencias reducidas.

Si bien tendremos que esperar a marzo para saber qué será de Bankman-Fried, no debemos creer que esto marca el fin del fraude o los engaños en el universo de las criptomonedas. Binance, Tether, y Bitcoin se mantienen firmes, e incluso han recuperado gran parte de su valor tras el colapso del 2022. No obstante, el caso FTX demostró que no siempre las computadoras son la solución.

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