Ni su amistad con Blásquez le sirvió a Jaime Bonilla para meterse en el Congreso del Estado, ya que con oficio en mano los petistas le dijeron que no puede imponer a su escudero en la coordinación parlamentaria, y se tendrá que quedar fuera en una batalla más que pierde el exgobernador que, dicho sea de paso, está siendo investigado por corrupción y por el homicidio de la periodista Lourdes Maldonado.

En la más reciente plenaria del PT, el ex gobernador -ahora senador petista- se topó con la oposición de los diputados locales Claudia Agatón y Julio César Vázquez Castillo en su intento de imponer a Marco Antonio Blásquez. Los diputados de la bancada votaron en contra de que se convirtiera en coordinador.

Acto que no aceptó Blásquez y lo hizo saber al no firmar el acta de esa plenaria y retirarse indignado. Después de las declaratorias del senador en la máxima tribuna donde señaló fuertemente al gobierno de Marina del Pilar, en el Estado se empieza a hablar de un partido dividido, dos partidos dentro de uno, en donde el "petismo real" y original del estado no quiere a Bonilla ni a sus camaradas en sus filas. y sus advenedizos.

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A lo anterior se le agrega que ninguno de los miembros que tienen historia dentro del Partido del Trabajo aceptan dichas acciones, desde los diputados y los regidores que hace tiempo cerraron filas con la gobernadora Marina del Pilar y, por obvias razones, no comparten los pensamientos del senador ahora fuera de las filas del partido guinda.

Finalmente, luego de esta acción del PT, Bonilla necesitará más personalidades de su lado para lograr tener presencia en el Congreso del Estado, escenario que parece complicado ante la hegemonía de Morena y el cierre de filas con las corcholatas presidenciales de varios de los liderazgos afines a la 4T: Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Marcelo Ebrard. Ninguno es el gallo de Bonilla, sino Gerardo Fernández Noroña.