Con Pablo Casado fuera de la dirección nacional del partido hace poco más de un año, sus fieles en Madrid esperaban la represalia por quien finalmente se convirtió en la líder del PP regional. Isabel Díaz Ayuso dio de baja a los alcaldes en funciones con pasado casadista. Susana Pérez Quislant no repetirá por Pozuelo tras ocho años en el cargo por su cercanía con Teodoro García Egea, a quien la presidenta madrileña no le perdona aún los meses de batalla para evitar que se hiciera con la conducción del PP en la CAM.

José Luis Álvarez Ustarroz tampoco podrá buscar un segundo mandato en Majadahonda por haber estado del lado equivocado en la guerra abierta entre Casado y Ayuso. Tal vez el todavía alcalde del municipio, como muchos otros, no esperaba que el desenlace terminase consagrando a la presidenta de Madrid. Ese cálculo le ha dejado sin posibilidades de repetir, aunque el PP no da revelado quién le reemplazara y si podrá retener el control de Majadahonda para el partido.

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Álvarez Ustarroz había cometido el pecado de afirmar que el congreso regional del PP -que terminó con Ayuso consiguiendo su objetivo- podía esperar, desafiando a la presidenta. Algo similar le ocurrió a Jorge García, alcalde de Colmenar Viejo, pero no por su adscripción al casadismo. García pidió en noviembre un médico para las urgencias extrahospitalarias para su municipio, justo cuando Ayuso entraba en guerra con los sindicatos de la sanidad. La baronesa sintió que le estaba desautorizando en público.

Isabel Díaz Ayuso con el alcalde de Majadahonda, José Luis Álvarez Ustarroz, en mayo de 2022.

Con todo, Ayuso no quiere perder la elección en el mano a mano con la izquierda. Antonio González Terol, exsecretario de Política Territorial en la época de Casado y dos veces regidor de Boadilla del Monte, competirá ahora por Alcorcón, uno de los municipios más poblados de la CAM. Ayuso se muestra así como pragmática y una dirigente ajena a la venganza política, por más de que sus decisiones van en ese sentido. José Luis Martínez-Almeida retiene su candidatura, pero no tendrá potestad para armar su lista.

El equipo de Ayuso se basa en las encuestas y dicen puertas afuera que la presidente ganará una mayoría absoluta, por lo que cada candidato se verá fortalecido por su figura. En el PP nacional no están tan seguros de lo que dicen las encuestas

En Génova no convence del todo las decisiones de Ayuso, sobre todo porque es una muestra de poder que se siente como una amenaza en la dirección nacional. Además, temen que esa sed de venganza termine jugando en contra del partido en su bastión político histórico. La presidenta podrá tener la última palabra, si bien eso no significa que los nuevos candidatos vayan a repetir los resultados de 2019.

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Ayuso ha resignado a los casadistas sin consultar con Génova. La autonomía del PP madrileño es fáctica, nunca una resolución de la cúpula nacional, pero la presidenta está creando una Comunidad a su imagen. Para Pozuelo suena uno de sus principales hombres de confianza, el consejero de Sanidad Enrique Ruiz Escudero, cuya candidatura aún no está oficializada Desde el ayusismo responden que buscan aspirantes conocidos por los madrileños y de perfil alto. 

El consejero de Sanidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, suena fuerte para Pozuelo. 

Europa Press

El equipo de Ayuso se basa en las encuestas y dicen puertas afuera que la presidente ganará una mayoría absoluta, por lo que cada candidato se verá fortalecido por su figura. En el PP nacional no están tan seguros de lo que dicen las encuestas. "Algunas están encargadas, lo sabemos todos", desliza a LPO un miembro del partido con una relación distante con Ayuso. La lógica municipal, además, es diferente a la elección de 2021 que confirmó a la baronesa en su cargo. 

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Por lo tanto, la jugada puede fallar y crear un escenario adverso para su continuidad y ascenso dentro del PP. Ayuso tiene que estar a la altura de sus expectativas porque en Génova más de uno está esperando un susto para la presidente de Madrid. En menos de 100 días se decidirá quién gana el pulso interno.