Alana Pilar Cantillo nació en Barranquilla, Colombia y lleva 30 años en Nueva York. Actualmente Cantillo es vicepresidenta de la Coalición de Inmigración de Nueva York, donde proporciona una visión estratégica y de supervisión de las agendas federales, estatales y locales de las organizaciones para la ayuda a inmigrantes. Antes de llegar a su puesto actual, Cantillo se desempeñó como directora del Caucus Progresista del Concejo Municipal de Nueva York, donde coordinó 18 oficinas que buscaban promover una agenda por una ciudad más justa e igualitaria.

Trabajas con uno de los colectivos más vulnerables, del que tu propia experiencia te sirve para entender una realidad que afecta hoy en día a más del 5% de la población de Nueva York que se encuentra en situación irregular.

Pasé muchos años con la inseguridad presente, separada de mis papás. Este es un trabajo muy personal y poder hacer programas, cambios administrativos para que Nueva York sea más accesible para los inmigrantes es algo crucial para mí.

¿Cómo ves la crisis migratoria actual y el impacto en Nueva York?

La situación no es más que la propia historia de Nueva York. Aquí siempre le hemos dado la bienvenida a los que buscan refugio y piden asilo. Para tener acceso a ciertos servicios médicos o escuelas piden una identificación local y ya tenemos sistemas para que los inmigrantes puedan acceder a estos servicios básicos independientemente de su status migratorio. Las necesidades son enormes y tenemos la capacidad en estos tiempos de emergencia para asegurar oportunidades para abrir puertas. Pero ellos necesitan muchísimo más tras esa experiencia de cruzar la frontera. Poder hacer eso sin miedo ni riesgo. Tenemos que reconocer que la ciudad está preparada para dar servicio a los inmigrantes, pero nos da mucha pena que los republicanos en la frontera sur estén tratando a esas personas como un juego político para avanzar con su agenda racista y antiinmigrante. Nosotros no vamos a dejar que se rompa el espíritu de bienvenida, pues es parte esencial del espíritu neoyorquino. El gobierno ha prevenido a muchas personas que estén en la calle, pero la coalición de inmigracion de Nueva York exige más inversiones para poder hacer este trabajo lo mejor posible.

La ciudad está preparada para dar servicio a los inmigrantes, pero nos da mucha pena que los republicanos en la frontera sur estén tratando a esas personas como un juego político para avanzar con su agenda racista y antiinmigrante.

¿El alcalde Eric Adams está haciendo un buen trabajo en este ámbito?

Definitivamente puede hacer mucho más. Con el anuncio de presupuesto del alcalde, por ejemplo, vemos como no hay una agenda que responda de manera activa a las necesidades mucho más complejas para estos 30 mil individuos recién llegados. El alcalde tiene la oportunidad de reconocer los grupos comunitarios que responden, manejan los casos y entienden los recursos que necesitan, como inscribir un niño a la escuela, medicamentos... pero no los está teniendo en cuenta. Sin los recursos para manejar estos programas en esta situación desbordada, no podemos responder de manera adecuada para la circunstancia.

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¿Crees que la inmigración es un tema importante en la agenda política de la alcaldía y el gobierno del estado?

No aparece en la agenda política. El alcalde presentó sus ambiciones y no promovió una agenda que reconozca esta realidad. Los neoyorquinos estamos preocupados por estas familias, pero es una atención nacional. Hay una oportunidad para invertir en abogados, grupos comunitarios que pueden reconocer los problemas y expandir los programas, pero Adams no tiene esa prioridad y no solo hace otras inversiones sino que recorta otros programas que pueden beneficiar a esta población.

Alana Cantillo junto a un grupo de funcionarios electos y lideres comunitarios en Nueva York,

LPO

El tema divide a todos. Entre los migrantes, unos agradecen lo que se les brindan y otros están más combativos reclamando mejores ayudas. Incluso se alzan voces de vecinos que ven que se les dan recursos a los recién llegados en detrimento de otros grupos necesitados.

Estos recursos son accesibles para cualquier persona de bajos ingresos o pasando dificultades económicas, y si están a disposición del inmigrante recién llegado lo están para todo el mundo que los necesite. Aunque varios de estos recursos se están usando de manera controvertida, por ejemplo los albergues que no son accesibles. Como coalición nos preocupa como son planificados estos albergues y rechazamos desde un inicio el plan original que quería ubicar los campamentos en lugares inaccesibles. Ese aislamiento dificulta que puedan tener accesos a servicios o conseguir trabajos.

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Los campamentos habilitados a la fecha suponen un enorme gasto en las arcas municipales, pero la llegada de inmigrantes en el fondo es una necesidad que tiene el país ante la falta de trabajadores.

Totalmente, desde el principio rechazamos esos planes. Hay estructuras y propiedades que maneja la ciudad que son más accesibles y más integradas en los vecindarios. Para nosotros esos campamentos no tienen esa oportunidad. Los hoteles no son la solución, pues son edificios no ideales a largo plazo, pero hay otras oportunidades. Esas inversiones no son la manera de responder en este momento.

Yo he recibido llamadas que hay gente que tiene miedo incluso de ir al hospital. Esas emergencias no suponen riesgo para la ciudadanía en Nueva York, pero no sucede lo mismo en el resto de Estados Unidos. No solo hay que invertir para dar oportunidades económicas sino también dedicar recursos en el aspecto social y educativo. La experiencia de inmigración es muy diferente en función del código de área donde se reside y sobrevivir en esta ciudad es complicado. A nivel nacional hacen mucha falta trabajadores en muchos sectores y los recién llegados hacen falta. La ventaja de su llegada es económica pero también social. Aquí en Nueva York la mitad de los pequeños negocios son abiertos y operados por inmigrantes y entendemos que sus contribuciones son mucho más que solo económicas.

Aquí en Nueva York la mitad de los pequeños negocios son abiertos y operados por inmigrantes y entendemos que sus contribuciones son mucho más que solo económicas.

A nivel político, ¿ves que las necesidades de inmigrantes y latinos en general son escuchadas?

Hemos visto cómo los legisladores y los grupos de representación cada vez son más diversos. El concejo municipal por ejemplo, por primera vez en sus 300 años de historia, tiene mayoría de mujeres. Este resultado electoral se traduce en la gestión de las prioridades. Tuvimos casi respuesta inmediata tras la primera sesión del comité en agosto. Al llegar los autobuses de inmigrantes hubo respuesta rápida y se sacaron los contratos de emergencia para dar atención. Esa representación ha llegado a los legisladores y las necesidades de los latinos son cada vez más escuchadas.

Aunque la gente vea que se abren albergues y hay camas y techos para los inmigrantes, somos un estado y una ciudad muy ricos y tenemos que crear una agenda que pueda ser un modelo nacional de recursos de servicios sociales, prevenir el hambre y apoyar a las comunidades vulnerables. Tratamos de mostrar cuales son las necesidades y luchar para que entiendan ese mensaje también los republicanos.