Los populares quieren llegar al Palacio de Fuensalida y terminar con el gobierno socialista de Emiliano García-Page. El líder del PP en Castilla-La Mancha, Paco Núñez, avisó que no dudará en pactar con Vox si necesario, y para ello cuenta con el visto bueno de Alberto Núñez Feijóo. La elección de mayo también se jugará en los municipios y el PP buscará despojar de los ayuntamientos a los alcaldes del PSOE.

Feijóo acuerda con los barones la propuesta de que gobierne la lista más votada, pero Ayuso la rechaza

El jefe del PP limitó a último momento la propuesta de que gobierne la lista más votada al ámbito municipal. Ese giro le dio la oportunidad a Núñez de llegar a algún tipo de acuerdo con la formación ultra. El dirigente autonómico ha resuelto llevar los asuntos nacionales a Castilla-La Mancha para desgastar las posibilidades de García-Page, aunque también ha adoptado una retórica intransigente.

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, conversa con la secretaria general de la formación, Cuca Gamarra.

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En el PSOE regional califican a Núñez de "trumpista". "Es la línea Ayuso, cree que puede servirle", dice a LPO un miembro del partido oficialista. La semana pasada, el secretario de Organización del PSOE de Castilla-La Mancha, el diputado Sergio Gutiérrez, aseguró que Núñez es "el menos preparado y el más radical de toda España". Para los socialistas "queda mucho de Cospedal en el PP" autonómico. 

La campaña castellanomanchega puede frustrar las ambiciones de Núñez, en particular porque García-Page ha sido crítico con algunas iniciativas de Moncloa, como la reforma al Código Penal

Lo cierto es que el tono de Núñez está más cerca de Vox que del PP que pretende Feijóo. Ha llamado "ecologistas radicales" a los diputados que quieren poner fin al trasvase Tajo-Segura y sostiene que su prioridad es "sacar a los socialistas" de Fuensalida. La campaña castellanomanchega puede frustrar las ambiciones de Núñez, en particular porque García-Page ha sido crítico con algunas iniciativas de Moncloa, como la reforma al Código Penal.

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El PP autonómico irá desde abaja hacia arriba y centrará buena parte de sus recursos en las grandes ciudades de la comunidad. Los populares la tienen difícil en Toledo y Talavera, donde las alcaldesas Milagros Tolón y Tita García. En Albacete, el exalcalde del PP, Manuel Serrano, aspita a volver y echar a su sucesor, el socialista Emilio Sáez. El popular Paco Cañizares busca reemplazar a la regidora de Ciudadanos Eva María Masías en Ciudad Real y Ana Guarinos intenta hacer lo mismo con el socialista Alberto Rojo en Guadalajara.

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y el alcalde de Guadalajara, Alberto Rojo.

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Rojo dijo este martes que Guarinos, coordinadora del PP autonómico y vicepresidenta de las Cortes de Castilla-La Mancha, es "un tapón a la hemorragia que está sufriendo la formación en los últimos años". Si a los candidatos socialistas les va bien, García-Page tendrá la mitad del trabajo hecho. El principal riesgo del presidente castellanomanchego es doble: que el PP se coma los votos de Ciudadanos y sume votos junto con Vox y el veto anunciado por José Luis García Gascón, candidato de Podemos a la Presidencia.

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Núñez alardea con que la elección ya está ganada, pero Feijóo les ha regalado a las federaciones socialistas el argumento de una potencial alianza entre el PP y Vox en los territorios. García-Page sigue siendo un moderado al lado del Núñez y de una formación que ha llegado a cambiar el estatuto autonómico en la época de Cospedal para beneficiarse.