Isabel Díaz Ayuso sueña con una mayoría absoluta desde las elecciones de mayo de 2021. La dirigente popular se acercó bastante, gracias a la debacle de Ciudadanos y el traspaso de esos votos, pero dependió de Vox en la Asamblea. La situación es diferente ahora y la presidenta madrileña lo sabe, por lo que encargó a su equipo que trabaje sobre los votantes de los municipios del sur.
Esta vez Juan Lobato, el candidato del PSOE, cuenta con la ventaja de unos comicios municipales y autonómicos en simultáneo que le permitirán capitalizar el éxito de los alcaldes socialistas. Por ejemplo, Javier Ayala, al frente de Fuenlabrada, arrasó con el 55,54% de los votos en 2019, mientras el PP no llegaba 11% y caía por debajo de Ciudadanos.
De hecho, Ayuso viene pergeñando la estrategia sobre el sur. El año pasado apartó a Marina Cortés como portavoz del PP en Móstoles y ungió como candidato en ese municipio a un hombre de confianza, Manuel Bautista, viceconsejero de Organización Educativa. La presidenta de Madrid sorprendió el 4M al sacar 46.180 votos cuando Ángel Gabilondo obtuvo 22.719.
Ayuso aprovecha la ruptura con Vox para conquistar el voto ultra y frenar a Lobato
Ayuso cree que puede repetir la performance de 2021 y hasta mejorar los resultados, aunque también aspira a colocar la mayor cantidad de regidores en el cinturón rojo, especialmente en los más poblados, como Móstoles, Fuenlabrada, Getafe, Alcorcón y Leganés. El PP local entiende que Lobato tiene más posibilidades allí en que los municipios que gobierna. Además, el candidato socialista tiene otro incentivo: recuperar el primer lugar en la izquierda, arrebatado por Más Madrid.
Lobato visita y hace campaña en los bastiones del PP, como Alcalá de Henares o Pozuelo de Alarcón, y Ayuso apunta los municipios socialistas. La campaña en Madrid se adelantó porque los dos partidos se juegan todo en mayo. Las encuestas, las encargadas y las que no, admiten en ambas formaciones, marcan un crecimiento de Lobato que incluso podría catapultarle a la presidencia autonómica si Más Madrid y Unidas Podemos se mantienen.
Ayuso quiere una mayoría propia en un contexto más difícil. Las elecciones en Madrid se realizarán mientras todo el país vota y ya no podrá confrontar con el gobierno central. Sin pandemia, no hay carácter plebiscitario ni modelos en pugna para explotar electoralmente. Pablo Iglesias no está al frente de Podemos y Pedro Sánchez prefiere mantener el pulso con Alberto Núñez Feijóo.
Y a diferencia de 2021, esta vez se votará al presidente o presidenta de Madrid y a los alcaldes regionales. Ayuso se había beneficiado del adelanto electoral del 4M porque solo se definía al presidente de la CAM y pudo ganar votos del PSOE ante las medidas de restricción y la figura de Gabilondo. Hay muchos factores que podrían poner en peligro la estrategia de la líder del PP madrileño.
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