El siempre polémico Elon Musk, que perdió el podio del hombre más rico del mundo (pero no tardará en reinar), se subió a la lista de las figuras polÃticas más relevantes del paÃs. El dueño de Twitter y de Tesla, con un perfil mediático altÃsimo, se codea y pelea cabeza a cabeza con pesos pesados como Donald Trump, Joe Biden y Ron DeSantis.
Según la última encuesta de HarvardCAP/Harris, donde midió a varias exponentes de la actualidad, los estadounidenses aman a Elon Musk. De hecho, el 61% piensa que el magnate está tratando de limpiar Twitter de los abusos, y su imagen positiva es 8 puntos superior a las negativas. Un 45% le ve como una figura "favorable" mientras que el 37% tiene una mirada negativa sobre él.
El saldo positivo de Musk es superado, entre la extensÃsima lista de Harvard que incluye mayoritariamente a polÃticos y posibles candidatos para el 2024, por el gobernador de Florida: DeSantis tiene un saldo a favor de 14 puntos, por lejos el que mejor mide (45% a 31%).
El banquero oculto que trabaja para Musk busca sacar a su jefe de la encerrona de Twitter
AsÃ, el dueño de Twitter que recientemente hizo una encuesta en la red social preguntando si el público querÃa que dejara de ser el CEO de la compañÃa (y obtuvo un 57% para que se bajara del máximo cargo), se sube a competirle -al menos en popularidad- a los pesos pesados de Washington.
Después de todo, Musk mide mejor que Joe Biden (el presidente tiene un saldo negativo de 10 puntos) y Donald Trump (con tan sólo un 1 punto negativo como resultado general).
Algunos creen que Musk, en su reciente sondeo para bajarse de Twitter, esconde una intención de saltar a la polÃtica. Otros, más bien, dicen que la intención es salirse de un barco que está yendo al iceberg y seguir tejiendo contactos polÃticos e influencia desde afuera como está haciendo en el último tiempo con el Partido Republicano y su apoyo en las elecciones intermedias y explÃcitamente a DeSantis para el 2024.
¿Puede irse indemne Musk de Twitter? El magnate habÃa dicho desde el principio que no planeaba quedarse de forma permanente como director ejecutivo. Y según la agencia Bloomberg, se ha rodeado de unas pocas personas de confianza, algunas de las cuales sugirieron que estarÃan listas para asumir lo que él llama una ingrata tarea.
"Nadie que realmente pueda mantener vivo a Twitter quiere el trabajo. No hay sucesor", tuiteó Musk, y agregó "y se ha estado acercando rápidamente a la quiebra desde mayo".
Independientemente de cómo termine la saga en Twitter, es claro que Musk se posiciona como una figura relevante para la sociedad. Su giro fue pensado y en dosis: aunque durante mucho tiempo se promocionó a sà mismo como "en algún lugar en el medio" en polÃtica, Musk ha estado compartiendo puntos de vista polÃticos cada vez más conservadores en Twitter desde que mostró interés por primera vez en comprar la plataforma.
"En el pasado voté por los demócratas, porque eran (principalmente) el partido de la bondad", escribió Musk en un tuit en mayo. Luego criticó al Partido Demócrata y agregó: "Pero se han convertido en el partido de la división y el odio, asà que ya no puedo apoyarlos y votaré por los republicanos".
En noviembre, llamó a los "votantes de mentalidad independiente" a votar por los republicanos para frenar la mayorÃa demócrata. Si bien tal respaldo puede parecer un lugar común en el panorama polÃtico actual, los crÃticos advierten que la influencia generalizada de Musk y las publicaciones cada vez más conspirativas parecen estar favoreciendo el extremismo de extrema derecha.
"Creo que está empoderando intencionalmente a los extremistas de derecha", dijo J.M. Berger, un investigador sobre el extremismo en las redes sociales como Twitter a Insider. "Cualquier argumento de que él está tratando de empoderar al centro es evidentemente una tonterÃa y debe ser tratado como tal".
Y The Atlantic en varios artÃculos lo cataloga como un "activista de extrema derecha" y se lamenta que "una parte importante de la opinión pública está controlada por un niño narcisista".
Sea como fuere, Musk sigue en el centro de atención. Para hacer negocios, para hacer polÃtica, o para ambas.
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