El domingo, Isabel Díaz Ayuso se enfrentó a la primera gran muestra de descontento social en su contra. Cientos de miles de madrileños salieron a las calles para exigir un cambio en sus políticas sanitarias. La presidenta de la Comunidad guardó silencio durante 24 horas. 

Meditó su respuesta con Miguel Ángel Rodríguez, su director de comunicación, mano derecha y único dirigente de confianza. Habló el lunes y desempolvó una estrategia discursiva tan radical como peligrosa: que el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, planea un golpe de Estado.

La tesis, que ni Vox se animó a formular de forma tan explícita (la portavoz de la formación de ultraderecha, Rocío Monasterio, reconoció el déficit sanitario y pidió "escuchar antes de realizar determinadas afirmaciones), será un eje de campaña de cara los comicios de mayo. 

La táctica trazada por Sol tiene tres ejes: nacionalizar el conflicto autonómico, roer el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo (nada de "moderación") y colocar a Sánchez como un déspota. 

Ayuso: "Este comunismo renacido quiere minar las instituciones, serán suyas o las incendiarán en las calles"

Ayuso preparó el terreno días antes de la manifestación. Manejaba la información que la convocatoria iba a ser "grande". En una entrevista en El Programa de Ana Rosa, acusó al jefe de Gobierno de querer sabotear al rey Felipe VI para "instaurar una República" y "meter en la cárcel" a los partidos de la oposición, "como en Nicaragua". 

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La frase no fue una ocurrencia del momento ni una exacerbación. El lunes profundizó en esta idea. A su entender, Sánchez quiere "instaurar en España una República federal laica de facto".

"Animo a no dormirse a quien crea que el peor de los modelos no va a llegar. Sánchez firma nuestra rendición, nadie lo votó para tal cosa", lanzó al denunciar que "peligra la prosperidad y la libertad" de la región en manos de los "comunistas". "Son los comunistas los que intentan destruir lo conseguido", bramó.

 Este miércoles, Ayuso volvió sobre esta tesis. Publicó un artículo de opinión titulado en El Mundo titulado "Adónde nos llevan", en el que desmenuza -e insiste- con su idea: la voluntad del líder socialista es imponer en España, al margen de los mecanismos constitucionales, una república federal laica de facto.

España, sostiene, no está en riesgo por las "ambiciones de poder de un mentiroso compulsivo", sino por un "objetivo espurio que no es ajeno a la desmembración" del país que está en "connivencia con socios internacionales" que desestabilizan por el "resentimiento contra Occidente".  

Sánchez quiere instaurar en España una República federal laica de facto

"Por eso, es esta, la Historia, la primera que hay que envenenar: el revisionismo, el indigenismo, la cancelación del que disiente, la supresión de la cronología en el estudio de la historia, o el mismo abandono de los grandes museos nacionales, su politización, y ahora el intento de "descolonizarnos" son buena prueba de la estrategia que está en marcha", explica en su texto.

Y agrega: "Nadie lo dude: antes que nada los mueve y los une (por Sánchez y sus socios políticos) el afán de acabar con nuestra Nación de siglos".

Ayuso retrocede hasta la caída del muro de Berlín para encontrar el origen de intento de golpe de Sánchez. "Cuando el fin celebrara el fin de la tiranía comunista en Europa, el totalitarismo renacía al otro lado del Atlántico, en el Foro de Sao Paulo y luego con el movimiento por el "socialismo bolivariano", de cuyas actividades son responsable y se han lucrado directamente los actuales socios de Gobierno".

Génova blinda a Ayuso y lanza una campaña para "nacionalizar" la crisis sanitaria

Esta foto explica, según razona la líder madrileña, la "terrible presión" que estas ideas ejercen sobre "la sociedad española y sus instituciones". "Ahora queda claro adónde quieren llevarnos Sánchez y sus socios".

La táctica trazada por Sol tiene tres ejes: nacionalizar el conflicto autonómico, roer el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo (nada de "moderación") y colocar a Sánchez como un déspota

Ayuso utiliza los últimos párrafos de sus artículos para ahondar en su planteo. "Frente a la monarquía de todos, buscan imponer una república, con su división frentista y su ruina demostrada en sus dos intentos históricos. Frente a la soberanía única de nuestra nación de siglos quieren un federalismo que borre a España. Frente a la aconfecionalidad de la Constitución, libre y respetuosa, imponen el laicismo, que expulsa la dimensión religiosa de cada persona, tenga fe o no, de la vida pública".

Miguel Angel Rodríguez, mano derecha de Ayuso y mentor de esta estrategia de extrema radicalización

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El PSOE, dice la líder de Sol, no se atreve a concurrir a unas elecciones con estos postulados, no así sus socios, que proclaman estos propósitos "con descaro". A Sánchez, agrega, le "estorba la Historia, la Corona, la presencia de la Guardia Civil, las Fuerzas Armadas, la Constitución, la independencia judicial, la educación de calidad, la prensa libre y Madrid, ese que Antonio Machado llamó "el rompeolas de todas las Españas".

Ayuso culmina su texto aclarando que no está "enzarzada en una lucha ideológica y de poder", sino que está intentando "salvar esta España libre y próspera". 

Frente a la monarquía de todos, buscan imponer una república, con su división frentista y su ruina demostrada en sus dos intentos históricos. Frente a la soberanía única de nuestra nación de siglos quieren un federalismo que borre a España

Por el momento, su cruzada no tiene eco interno -ningún barón del PP salió a respaldar esta tesis- ni externo: Vox la considera "exagerada" y "poco razonable". "No contribuyen a derribar a un Gobierno que ha hecho mucho daño a España y lo sigue haciendo y que si no lo impedimos por lo menos lo seguirá haciendo durante casi un año", cuestionó el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros.

Ayuso se siente cómoda en su soledad. Está convencida que la polarización más extrema es la mejor vía para retener la comunidad de Madrid, para tomar el asalto de Moncloa y para -más temprano que tarde- entrar en Moncloa.