Antonio Lavareda es un experimentado consultor político de más de 40 años de trabajo y con 91 campañas electorales encima. Actualmente es analista y presidente el Instituto IPESPE, una de las encuestadoras más leídas del país. 

En mano a mano con LPO, calificó la como "la más singular de la historia" y definió a Lula y Bolsonaro como "los dos líderes de masas que produjo la Nueva República". Lavareda toma ese concepto (Nueva República) en referencia al período que se abre tras el fin de la dictadura en 1985. 

A su vez, afirma que Bolsonaro buscará en un segundo mandato romper con aspectos básicos de la convivencia democrática inspirado en el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, y no descarta que intente reforma la Constitución para forzar un tercer mandato. 

La falta de interlocución de Lula con los militares preocupa al PT y alimenta la teoría del golpe 

Sobre Lula, considera posible una victoria en primera vuelta, destaca la abstención como un elemento a seguir de cerca y sostiene que de volver a gobernar, el ex presidente tendrá que encarar un "gobierno no petista".

¿Cuál es su evaluación de todo el proceso electoral?

Se trata de una elección singularísima en la historia de Brasil y en tiempos mundiales. Es la primera vez en la historia de este país que un presidente enfrenta un ex presidente en las urnas, es como si en el 2019 en Argentina, Macri hubiese enfrentado a Cristina. Eso genera una serie de consecuencias como que la intención de voto espontánea es muy elevada, el rechazo de los dos principales candidatos es alto y la polarización e muy intensa, lo que despierta la hipótesis de que esta elección sería la elección del rechazo, de la polarización y del odio. La realidad es que es la primera elección entre dos líderes de masas en la Nueva República, esa características es responsable de que la morfología de la disputa electoral sea una bipolarización muy grande y sin espacios para candidatos outsider como Sergio Moro o Luciano Huck. 

Además de los aspectos políticos que diseñaron esta arquitectura electoral es importante llamar la atención a que la elección es un test para la Nueva República, porque el presidente, Jair Bolsonaro,  no escondió su descontento con los principios constitucionales, es crítico del papel del Supremo Tribunal Federal como guardián de la Constitucion y asignó esa función a las Fuerzas Armadas. 

Él no esconde  que tiene relación con el régimen militar que perduró hasta inicios de 1985, entonces, no son pocos los que creen que si el gana las elecciones, interpretará su segundo mandato como una luz verde, un mandato para revocar, en parte, la configuración democrática asegurada por la Carta Magna de 1988. 

Bolsonaro es un admirador confeso del presidente de Hungría, Viktor Orbán y hay analistas que apuntan que imitará el segundo mandato de Orbán, quien en su segunda etapa dio los pasos más concretos para atacar las libertades democráticas y alterar el proceso de libre competencia político-electoral que generó que la Unión Europea no considere a Hungría un país democrático.  

Él (Bolsonaro) no esconde que tiene relación con el régimen militar que perduró hasta inicios de 1985, entonces, no son pocos los que creen que si el gana las elecciones, interpretará su segundo mandato como una luz verde, un mandato para revocar, en parte, la configuración democrática asegura por la Carta Magna de 1988

Desde el punto de vista político estamos entonces frente a un test de estrés de la Nueva República, se debate si continúa o no. El bolsonarismo es un movimiento político, civil-militar de carácter regresivo que alimenta la hostilidad contra este orden democrático. 

LPOAndrea Mestre

Eso siempre estuvo en la narrativa del bolsonarismo pero nunca se aplicó ninguna medida contraria a la convivencia democrática. ¿Qué tendría que pasar o que decisión podría tomar Bolsonaro para que atentar contra eso?

Él ha dicho que si es electo para un segundo mandato va a nombrar a dos jueces de la Corte Suprema, ya tiene dos. Los miembros de la Corte bien una situación de presión de parte de la opinión pública bolsonarismo, no sabemos como van a actuar los otros siete magistrados con siete años de presión encima. Eventualmente, si suma una mayoría en el Congreso el podría cambiar algunos aspectos básicos de la Constitución que haga que el sistema político se modifique. 

¿Por ejemplo?

Habilitar un tercer mandato. El dice que si es electo todos los poderes del Estado van a tener que "jugar" dentro de las cuatro líneas de la Constitución. Es una metáfora futbolera donde él se pone en el rol de arbitro del partido que convoque al resto de los poderes. 

¿Entonces la narrativa de Lula y el PT respecto a que estamos frente una elección de "Democracia vs auroitarismo y la cita a las "Directas Ya" previo al fin de la dictadura no estaba tan errada?

No, y eso es lo que explica la secuencia de actos en apoyo a Lula de sectores que nunca estuvieron con él ni lo votaron. Ex ministros de Fernando Henrique Cardoso, el ex ministro de Hacienda de Temer, Miguel Reale, el autor del pedido de impeachment contra Dilma, una serie de apoyos preocupados por terminar la elección en primera vuelta. ¿Por qué tanta preocupacion de que se resuelva el domingo? Una de las hipótesis es que Bolsonaro seguirá el modelo de Donald Trump, lo que ocurre si el rechaza el escrutinio de las urnas electrónicas en primer turno, pone en discusión la elección de todo el Congreso, en segundo turno no, es a penas el y media docena de gobernadores. De ahí la preocupación para que se resuelva ahora. 

Si Lula gana las elecciones, ¿podrá convivir con el empoderamiento de la Corte, el Congreso y las Fuerzas Armadas?

Lula necesitará hacer un gobierno no petista. Él tendrá que gobernar sintonizando con ese espíritu que se traduce en el frente democrático al final de la campaña. Su gobierno tiene que expresar más eso que al PT, expresado ese bloque va poder tener condiciones para enfrentar todas las adversidades que se le presenten. Si no interpreta correctamente el carácter de su posible victoria tendrá muchas dificultades. 

¿No petista sería sumar figuras identificadas con otros partidos?

Sin mencionar nombres propios porque no sería correcto, el propio Lula materializar la idea de un gobierno no petista cuando invita a Alckmin a ser su vice. Es claro que habrá petistas y del PSB, segundo partido de importancia en la coalición y otros con perfil más parecido a Alckmin. Creo que los ministros de Lula va a sorprender a varios.

¿Puede ganar en primera vuelta?

Puede, en la última encuestas nuestra el llega a 50,5 de votos válidos. Cuando hablamos de un punto o dos en un electorado de 156 millones de personas estamos viendo que cualquier elemento que puede mover el cuadro. La abstención que fue en 2018 de 20 por ciento y si sumamos a los blancos y nulos estamos hablamos de más 40 millones de brasileños que no fueron a votar. 

La abstención es importante, sobre todo en los sectores de renta baja que votan a Lula y suelen ausentarse,  porque cuanto más abstención haya, menos chances de resolver la elección en primera vuelta. 

Lula necesitará hacer un gobierno no petista ni un gobierno de coalición de izquierda. El tendrá que gobernar sintonizando con ese espíritu que se traduce en el frente democrático al final de la campaña. Su gobierno tiene que expresar más eso que el PT, expresado ese bloque va poder tener condiciones para enfrentar todas las adversidades que se le presenten. Si no interpreta correctamente el carácter de su posible victoria tendrá muchas dificultades.

En dirección contraria, el 70 por ciento quiere que la elección se resuelva ahora y hay una fuerte campaña de los medios de comunicación y del Tribunal Superior Electoral para que la gente participe. Hay una gran ansiedad para votar y para que termine todo ahora. 

¿Hay margen para indecisos en este contexto de polarización?

Un pequeño margen, sí.  Con mi experiencia en 91 campañas electorales como consultor, imagino que un elector en una campaña cerrada y polarizada como esta, que comenzó hace mucho tiempo, tiene dos personajes antagónicos como protagonistas, difícilmente que esa persona se decida por algunos de eso dos candidatos o no vayan a votar. 

¿Qué se puede decir de la tercera vía?

 Hay dos, la de centroizquierda y la de centroderecha. La primera es Ciro Gomes que es candidato por cuarta vez y quedó muy resentido con la falta de apoyo del PT para su candidatura en 2018. Lo que está haciendo ahora es un típico resentimiento. Cuando Lula fue liberado, su candidatura perdió sentido, no pudo crecer en el espectro de centroziquieda y empezó con maniobras por izquierda, centro y hasta por derecha, cercano a Bolsonaro con declaraciones contra Lula, en fin. Perdió eje y se convirtió en una figura patética. No descarto que termine cuarto, teniendo en cuenta la buena campaña de Simone Tebet.

¿Cómo caracteriza los cuatro años de Bolsonaro? ¿Cumplió sus objetivos?

Los votantes eligieron a Bolsonaro para cumplir algunos objetivos, más consciente o menos consciente. Combate a la corrupción, promoción de desarrollo económico para salir de la crisis y mejorar la renta de la gente, valorización de la familia y posiciones de valores como el armamentismo. Armas para la población lo consiguió aunque recientemente el STF derogó su decreto, pero lo había logrado, el crecimiento económico no lo logró, tuvo que lidiar con la pandemia, pero la renta cayó, el desempleo está bajando ahora pero es mayor que cuando asumió, la inflación es más alta que cuando llegó y el combate a la corrupción, convocó a Moro, pero luego lo apartó para acordar con el Centrao que no tiene ningún interés en investigar.

¿Puede la derecha democrática recuperar los votos que perdió con el bolsonarismo?

Es muy difícil. Bolsonaro es el segundo líder de masas que la Nueva República produjo, Lula es el primero. La centroderecha más liberal, tradicional y democrática necesita un líder que pueda competir con Bolsonaro, y eso es muy complicado. 

LPOAndrea Nestra

Es interesante esa idea de líder de masas. ¿En el caso de Bolsonaro, cómo se combina eso con al aspecto religioso y militar? 

Bolsonaro también es un líder sindical-militar. Él representaba a los militares y luego logró extenderlo, gracias a las redes sociales, a los policías militares, entendiendo que había condiciones para que crezca su base social. 

En paralelo a esa construcción de base social, logró incorporar al segmento evangélico más conservador, sobre todo después de que los evangélicos abandonaran el gobierno de Dilma Rousseff. Un pariente de Edir Macedo, líder de la Iglesia Universal del Reino de Dios y su sobrino, ex el alcalde de Río d Janeiro,  Marcelo Crivella, fueron ministros. 

Bolsonaro es el segundo líder de masas que la Nueva República produjo, Lula es el primero. La centroderecha mas liberal, tradicional y democrática necesita un líder que pueda competir con Bolsonaro, y eso es muy complicado.

Lo cierto es que se fueron del gobierno de Dilma por el impeachment pero especialmente ante la intención de cobrarle impuestos a las iglesias. Bolsonaro percibió todo eso, contuvo a los militares que ya tenía, amplió a policías militares y civiles y todas las guardias existentes en el país, trajo a los evangélicos y a los sectores rurales del agro-negocio, tradicionales y reaccionarios. Con eso construye su núcleo duro del bolsonarismo que se vertebra por su carisma parecido, a pesar de las diferencias, con Lula pero con una ventaja para Bolsonaro: el bolsonarismo nace digital, el PT surgió analógico. 

LPOAndrea Mestre