Es el fin de Macarena Olona en Vox. Iván Espinosa de los Monteros lo anunció este jueves. "Definitivamente este es el fin del camino", lanzó el portavoz de la formación ultraderechista en el Congreso, quien lamentó que las últimas declaraciones de la exdiputada se usen "para hacer daño a un proyecto como el de Vox". La comparecencia de Espinosa de los Monteros se produjo después de la entrevista de Olona al diario ABC, en la que apuntó contra el que hasta hace poco fuese su partido.

Olona prendió el ventilador en varias entrevistas y viene cuestionando tanto a la cúpula de Vox como al futuro mismo de las filas de Santiago Abascal. La dirigente alicantina aseguró que la dirección facilitó filtraciones a la prensa que le causaron "mucho dolor" y que buscaban perjudicarle en plena campaña por las elecciones andaluzas. Y luego deslizó que "un partido que excluye no puede representar una alternativa de gobierno y desde luego no puede representar a España".

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Las fricciones entre Olona y Abascal terminaron de explotar tras los comicios autonómicos. Bajo la orden de Javier Ortega Smith, la dirección nacional aprovechó para quitarle centralidad política. Entonces Olona percibió que ya no era bienvenida y se alejó por cuestiones de salud, según había aclarado. Al líder del Vox le pareció desprolija esa salida, sobre todo porque le ha costado explicarla a las bases y a los medios. Cuando Federico Jiménez Losantos le preguntó la semana pasada por Olona, Abascal prolongó el silencio, balbuceó y dio una respuesta ambigua.

Santiago Abascal, líder de Vox. 

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Enseguida salió la exportavoz parlamentaria de Vox a comprometer a Abascal con un cara a cara. Y Abascal replicó que "en primer lugar tenemos que celebrar su rápida recuperación". Fue una bajada de línea para todos los diputados y cargos orgánicos de la formación. Pero Olona no estaba dispuesta a prestarse al escarnio y dejar que avanzara una narrativa sobre su alejamiento que omitía cuestiones centrales, como la candidatura en Andalucía, a la que se resistió hasta último momento, el poco respaldo durante la campaña y la negativa a un eventual regreso a Madrid.

Fuentes cercanas a la dirección desmienten que Olona exigiera un lugar en el comité ejecutivo como retribución a su paso por Andalucía, según pudo saber LPO. Sin embargo, resulta innegable que existe un conflicto entre Olona y sus excompañeros de partido. Abascal quiso pasar de capítulo antes de que la interna perjudique al partido en las encuestas y envió a Espinosa de los Monteros, quien tiene mejor relación con Olona, para comunicar el portazo. 

Olona concede entrevistas y proyecta una gira que ya le ha llevado a Granada y que tiene a Málaga y Murcia en el mapa. Son apariciones públicas sonadas, sin un aparato partidario detrás y centradas en un contacto directo con la gente. La exdiputada sigue siendo popular y cree que puede fidelizar a un grupo de votantes desencantados con Vox

No es solo que Abascal esté enfocado en definir las listas para las autonómicas y municipales de mayo, sino que teme un "efecto revancha" de su antigua compañera de bancada. Olona concede entrevistas y proyecta una gira que ya le ha llevado a Granada y que tiene a Málaga y Murcia en el mapa. Son apariciones públicas sonadas, sin un aparato partidario detrás y centradas en un contacto directo con la gente. La exdiputada sigue siendo popular y cree que puede fidelizar a un grupo de votantes desencantados con Vox.

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En la sede de Bambú temen que Olona llegue a construir la imagen de una política que ha enfrentado a un partido desgastado, a mitad de camino entre Isabel Díaz Ayuso, que abrió el año empujando un cambio en Génova, y Giorgia Meloni, la refundadora de la derecha italiana y favorita para las elecciones de este domingo, quien incluso la acompañó en la campaña andaluza. En el entorno de Olona confirman que la idea de un nuevo partido es seria.

Javier Ortega Smith, secretario general de la formación ultraderechista, es uno de los blancos de Olona. 

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Olona misma reconoció que tiene "la esperanza de poder aglutinar a todas esas personas que se han desencontrado por razones ajenas a su amor a España". Es bastante clara y explícita en sus ambiciones, un hecho que asusta en Vox. Abascal no quiere una escisión en el campo de la derecha radical, pero no imagina un escenario en el que Olona regrese al partido. La relación está en un punto muerto y la dirigente fuera del partido. Con todo, la dirección ha subestimado el capital político de Olona.

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En los números, Olona logró que Vox creciera del 10,9% al 13,4% de los votos entre la elección autonómica de 2018 y las de junio pasado. No era el resultado esperado, aunque tampoco se le puede comparar con las generales de 2019. La alicantina dice que hizo lo que pudo en Andalucía. Ha alcanzado si se considera que era de las pocas caras atractivas para el electorado, cuando la primera línea de Vox se caracteriza por una ausencia de carisma y cierta cercanía. Ahora comienza un nuevo camino para Olona. Sus excompañeros le seguirán el rastro.