Isabel Díaz Ayuso sabe que la confrontación le ha sido redituable en su carrera política. La presidenta de Madrid está preparando al PP para las municipales de mayo con un único objetivo en mente: ganar en las 179 circunscripciones y obtener la mayoría absoluta que por poco se le escapó de las manos en 2021. Para eso debe mantener el antagonismo con el Ejecutivo central como combustible para la campaña y, al mismo tiempo, impulsar una agenda paralela a la del PP nacional, aunque se resienta la relación con Alberto Núñez Feijóo.

La mandataria madrileña no ha podido ser más explícita este miércoles al reconocer en una entrevista concedida a Cope que le causaba gracia "cuando me intentan cambiar el rumbo y la forma de pensar porque haya habido cambios en el PP". "Hablamos de discrepancias, pero es que yo ya estaba aquí", dejó en claro Ayuso. Fuentes de Puerta del Sol aseguran a LPO que la líder del PP de Madrid no busca desacreditar a Feijóo, sino llevar adelante la campaña con libertad de acción, algo que no ocurrió bajo la conducción de Pablo Casado.

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"No puedo ser un producto de marketing ni una veleta que va buscando el mensaje según el momento", apuntó la dirigente madrileña. Ayuso descree de la moderación que traído el expresidente de la Xunta de Galicia a Génova y en estos meses reeditará la consigna "comunismo o libertad". Junto a Enrique Ossorio, vicepresidente y mano derecha, la baronesa popular define candidaturas, ultima la estrategia electoral y discute con sus asesores cómo debilitar al PSOE en Madrid y darle el golpe de gracia a Podemos. Si la meta es obtener una mayoría absoluta y lastrar a la izquierda, la sobriedad no puede dictar el tono de la campaña.

Feijóo junto al presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y la titular del PP de Segovia, Paloma Sanz.

Europa Press

Ayuso ya venía despegándose de Feijóo en los últimos meses. El decreto de ahorro energético de Pedro Sánchez marcó una división al interior del PP entre los presidentes autonómicos y Feijóo, partidarios de cumplirlo, y la líder popular de Madrid, que prometió recurrirlo en el Tribunal Constitucional. Pero a Ayuso no le gusta la previsibilidad a la hora de marcarle la línea del PP madrileño a Génova. Cuando defendió el derecho de las menores a acceder a un aborto sin autorización de los padres, estaba transgrediendo un posicionamiento clásico de los conservadores y diferenciándose del resto de los populares. A seguidores y oponentes les recordó la crítica que le hizo a Rocío Monasterio por vincular a los menores extranjeros no acompañados (menas) con la delincuencia. 

Junto a Enrique Ossorio, vicepresidente y mano derecha, la baronesa popular define candidaturas, ultima la estrategia electoral y discute con sus asesores cómo debilitar al PSOE en Madrid y darle el golpe de gracia a Podemos

Por su parte, Feijóo entiende que involucrarse en los asuntos de Madrid no es un buen negocio. Tampoco es una cuestión que le interese particularmente. En Génova deslizan que una vez pasado el vendaval de febrero Ayuso consiguió librarse de la tutela de la dirección nacional y se atribuyó a sí misma la potestad de moverse sin condicionamientos. Es un acuerdo no escrito que el dirigente gallego se compromete a respetar. Ayuso le reconoce que ha sido capaz de descomprimir el malestar entre la antigua dirección nacional y los líderes territoriales -después de todo Casado no podría haber caído solo por las acusaciones de la presidenta madrileña- y respeta su liderazgo.

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Además, Feijóo no quiere que ninguna discrepancia le desconcentre de dos cuestiones prioritarias: un partido en armonía de cara a las generales de finales de 2023 y el cuidado a los dirigentes que miden y pueden ayudarle a ganarle a Sánchez. En ese esquema, Ayuso es uno de los mayores capitales políticos del PP y la cita electoral en Madrid cimentará el camino al triunfo el año próximo, según se ilusionan en Génova. La presidenta de Madrid, sin embargo, hace una lectura un tanto diferente que explica los últimos movimientos.

 El secretario general del PSOE de Madrid, Juan Lobato.  Ayuso quiere debilitar a la izquierda en las municipales de mayo. 

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El entorno de Ayuso afea a Moncloa el enfrentamiento "artificial" que se quiere montar entre Feijóo y la presidenta regional del PP. Pero Ayuso piensa que el líder popular ha perdido una oportunidad en el Senado frente a Sánchez y que ha tenido un intercambio deslucido. La encuesta del CIS confirma esta visión. No se deja seducir por el llamado "efecto Feijóo", pese a que el último barómetro de José Félix Tezanos indica que el PP desalojaría al PSOE de Moncloa en 2023. Pero si Sánchez se mantiene al frente del Ejecutivo central sería un panorama complicado para Feijóo y una oportunidad para Ayuso.

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Con todo, la presidenta madrileña no se impacienta y prefiere ir paso a paso. Ayuso insiste cada vez que tiene un micrófono cerca en que su lugar es Madrid y que el aporte al PP es a través de su gestión. Las encuestas que ha encargado le garantizan la mayoría que busca y que podría catapultarla más allá de la CAM. Si puede arrasar y llevarse puestas a las izquierdas en Madrid, se preguntan sus acólitos, por qué no podría replicarlo a nivel nacional.