Tras dos semanas de crisis, Diego Cardozo presentó su "demorada" renuncia al Ministerio de Salud. Lo reemplaza Gabriela Barbás, una epidemióloga que tomó preponderancia durante la pandemia, pero que no es del riñón de "el Cabo" Cardozo, como llaman al exministro sus críticos. La profesional se venía desempeñando como secretaria de Promoción de la Salud.

El relato oficial es que Barbás tampoco conocía las muertes de bebés en el hospital Neonatal, por lo que quedó fuera de la rabia de Juan Schiaretti. El gobernador está pagando el costo político del caso y en su entorno consideran que la factura es "100 por ciento responsabilidad" de Cardozo.

Además de la enfermera imputada por ser la presunta autora de las inyecciones que provocaron al menos dos muertes de bebés, en la causa están apuntados por incumplimiento de funcionarios públicos la ex directora del Neonatal y dos jefes de Neonatología del nosocomio. No se descarta que el propio Cardozo quede implicado en la causa.

La sospecha es que él sabía de las muertes bajo investigación y que no las denunció a tiempo. Es una hipótesis que puede traer más imputaciones. Como se recordará, la primera denuncia data del 7 de junio y es de un ciudadano no identificado, no de una autoridad.

Schiaretti le tomó juramento a la nueva ministra, Gabriela Barbás

Si se sigue la cadena de mando de Salud, en ésta están profesionales de la salud que militan con Cardozo en "La Carrillo", una agrupación creada por el propio exministro que controló la estructura sanitaria de Córdoba, tanto en el ministerio como a través de las direcciones de hospitales. La nueva ministra no proviene de allí.

En la estructura de Cardozo están el viceministro de Salud Pablo Carvajal y el subsecretario de Salud Carlos Cánovas. Este conflicto también impacta a Esteban Ruffin, director de Hospitales de la ciudad de Córdoba. Todos militantes de "La Carrillo", una agrupación que "no es K ni macrista, es schiarettista", en la definición del propio Cardozo. Aún la nueva ministra no anticipa si se aplicará cirugía mayor, anticipándose a la Justicia, o si esperará el avance de la causa.

Schiaretti corrió al ministro de Salud de la crisis por la muerte de bebes

Como anticipó LPO, desde la semana pasada Cardozo estaba excluido del manejo de la crisis. Schiaretti delegó el tema en dos ministros de su confianza: Claudia Martínez (Mujer y Género) y Julián López (Justicia). Este último jugó un rol central al llevar a las madres de los bebés fallecidos al despacho del gobernador.

Ejerció con rigurosidad su cargo. A poco de asumir firmó el Memorándum 2/2018, a través del cual prohibió a los directores y subdirectores de los hospitales hablar con el periodismo. Él dijo que la medida era para ordenar la comunicación, aunque en los hechos los funcionarios que están al frente de los nosocomios dejaron de hablar. En paralelo, aquellos directores comenzaron a ser desplazados por tropa propia.

También surfeó el costo que pagó por el caso Solange: una joven internada con cáncer en etapa final a cuyo padre no dejaron ingresar a la provincia por el imperio del protocolo sanitario durante la cuarentena. Paradójicamente, durante la crisis del coronavirus algunos lo imaginaron candidato.

Ahora, al no denunciar los decesos en el Neonatal, "incumplió sus propios protocolos" y "expuso innecesariamente al gobernador en una crisis", dicen en El Panal, donde intentan que el costo político que pague Schiaretti sea el menor posible.