No hubo sorpresas por parte de Banxico, que cumplió con otra alza de 75 puntos base, en línea con sus últimos movimientos, ubicando la tasa de interés en 8.50%, ante un pronóstico un tanto más pesimista sobre la inflación al cierre de año.

La decisión era ya esperada por el mercado, que ante los recientes datos de inflación en México y la última postura de la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés) auguraba que el banco central mexicano continuaría con incrementos similares, pero la decisión anunciada este jueves revela también un entorno más desafiante.

En su comunicado revelan un brinco en las proyecciones inflacionarias, al esperar ahora una inflación general al cierre de año en 8.1% contratando fuertemente con la expectativa de 7.5% que tenían en julio; además, prevén que al tercer trimestre de este año se ubique en 8.5%.

Los funcionarios destacaron que los precios al consumidor registrados por Inegi han sido los más altos en dos décadas, además de notar el alza generalizada en el mercado en las proyecciones para este indicador.

Además, consideraron también los mayores retos para la conducción de la política monetaria ante el apretamiento de las condiciones financieras globales, el entorno de acentuada incertidumbre, las presiones inflacionarias acumuladas de la pandemia y del conflicto geopolítico, y la posibilidad de mayores afectaciones a la inflación.

Todo eso en un contexto global donde la inflación global siguió aumentando, alcanzando nuevamente en algunos casos su mayor nivel en décadas, en un entorno donde persisten desbalances entre la demanda y la oferta en diversos mercados y precios aún elevados de alimentos y energéticos".